La Duquesa Abandonada

En el ducado, Aina y Dunkan pasan más tiempo juntos, Lucían también convive con ellos, para el San una familia, su papá ahora come con ellos.

-Luciel pasa algo?

-No, me gusta que comamos los tres, antes comía solo con mi papá, ahora estás con nosotros.

-Bueno es que estaba confundida, estaba triste, desde los 5 años viví en el palacio, después vine aquí, pero ahora estoy bien.

-Papa iba a verte cuando podía sin que te dieras cuenta.

-Cof cof, Luciel...

-Eso es cierto?

-Si, tu padre pregunta por ti.

-Por mí?

-Si, no lees sus cartas?

-Cuáles cartas?

-Que?

-Como que cuáles cartas, las de tu padre y las de la emperatriz, llegaban cada cierto tiempo, las últimas fueron... Por... Por la fecha en que te enfermaste, ahora ya han pasado como tres meses, normalmente llegan al empezar la primavera.

-Nunca he recibido nada.

-Las cartas llegan a tu oficina y se supone que te las tenían que entregar, maldita sea, Robert ven aquí.

-Si excelencia.

-Donde están los documentos que sacó tu sobrina del despacho de Aina.

-Dejo todo en el escritorio que tenía en su despacho.

Dunkan va con Aina a despacho, ahí el asistente de Dunkan le enseña cuál era el escritorio de la joven, revisan todo, pero no hay nada.

-Tu sobrina está en problemas, no solo se tomó atribuciones que no le correspondían, ha ocultado documentos privados eso es un delito, te daré vacaciones, vas a ir a dónde la mandaste y le preguntarás sobre las cartas, ruega que no las haya quemado o la acusaré para que la encierren.

-Si mi señor lo que ordene.

Robert no sabía cómo disculparse, jamás imagino que esa niña se atreviera a tanto.

-Dunkan cálmate, él no tiene la culpa.

-Ya lo sé, por eso va de vacaciones y no está despedido, ven vamos a la casa.

Dunkan sale del despacho y se va con Aina la toma de la mano y ella acepta, él está molesto, por qué ahora entiende por qué Aina estaba aislada, pensó que nadie la recordaba y que la habían abandonado.

-Perdóname, créeme que si lo hubiera sabido yo...

-Calma, Dunkan, mi padre siguió escribiendo, al igual que la emperatriz, ?

-Si, el me escribe, pero jamás dijo que no le respondías, siempre me pide que te cuide, algo que no he hecho muy bien que digamos

-Tu no sabía cómo hacerlo, yo no salía y si lo hacía era cuando no estabas, también de eso no hemos hablado, las minas tienen un capataz y un administrador, a qué vas? Con ir cada año sería suficiente, el administrador es el que debe de venir.

-Ese es otro asunto, le escribiré a tu padre explicando todo.

-Yo también le escribiré, le diré que me explique lo de las cartas.

-Debo poner mas atención, yo no quería molestarte.

-Con la atención que tengo por ahora es más que suficiente, la primavera está por llegar, te irás nuevamente.

-Quieres que me quedé.

-Para ser sincera si, quiero que te quedes, dime hay problemas en la frontera o es otra cosa.

Ambos se sientan en el sillón, Dunkan se recuesta y pone su cabeza en las piernas de Aina.

-Si es la frontera, el ejército esta ahí, el reino vecino siempre ha querido las minas, desde hace tres años, el Rey enfermo y cuando muera probablemente hará conflicto, sobre todo por los problemas en nuestro reino

-Los nobles quieren que tú seas el Emperador.

-Si, pero yo me he negado desde que soy mayor de edad, por eso entrene hasta el cansancio, para estar en la frontera.

Aina acaricia su cabello y él sus manos, es evidente que ambos se desean, solo quieren que cuando pase algo más entre ellos sea por amor y no solo por el deseo carnal.

Luciel entra al cuarto y va corriendo a enseñarles su pintura, ha dibujado a su familia, la niñera se retira y lo deja con sus padres.

-Mamaaaaa mira, dibuje a papá, cárgame a mí también.

Dunkan se levanta y abraza a Luciel, ahora los tres ven la pintura.

-Oh! Es muy bonito lo colgaré ahí en mi cuarto.

-Gracias mamá, podemos dormir contigo.

-He!.

-Siiii, los tres juntos.

Aina solo mira a Dunkan que ríe ante el comentario de Luciel

-Luciel tu madre está cansada.

Luciel hacia una cara triste, Aina no le gusta verlo así, solo accede en su petición.

-Solo hoy, dormirás en medio.

-Gracias.

Luciel vuelve a salir, él va contento a su cuarto.

-Joven amo como le fue.

-Si acepto, que tal si me duermo antes que ellos.

-Yo entrare a despertarlo no se preocupe.

-Gracias.

Luciel le pidió a su niñera consejos para juntar a sus padres y ella le dio la idea.

En la noche después de la cena los tres suben, Aina entra al baño para ponerse su bata, Dunkan también lleva un pantalón y camisa, no suele dormís con camisa pero en esta ocasión lo hará, Luciel está más que listo en la cama, le leen un cuento y el se duerme, después de un rato se duermen ellos dos, La niñera se quitó los zapatos y entra lo más lento posible, despierta a Luciel jalando sus pies y sale lentamente de la cama, ambos salen y cierran la puerta.

-Si ellos duermen juntos tendré un hermano.

-Este... Talvez no hoy, pero por algo se empieza.

Ambos chocan sus manos y se van, en el cuatro Dunkan y Aina duermen juntos.

Aina en la noche siente los brazos de Dunkan, se despierta un poco asustada, sobre todo por qué Luciel estaba en medio, se da cuenta que no está, así que sale y va a su cuarto, lo ve profundamente dormido.

-Pero que? Luciel eres cupido acaso, bueno me dejaré llevar, gracias Luciel, gracias dios.

Aina regresa a su cuarto y vuelve a acostarse, Dunkan duerme profundamente, solo ve su rostro, lo acaricia.

-Quiero estar aquí contigo, si me dieron una oportunidad, quiero esa vida contigo.

Después de un rato ella se vuelve a dormir, Dunkan la jala inconscientemente y el despierta, ve que Luciel no está, se pregunta si se regresó a su cuarto, solo cierra los ojos y se concentra, siente a Luciel en su cuarto, es una habilidad de su magia, solo así vuelve a abrazar a Aina, la ve siente su cuerpo a su lado, el deseo por ella es grande, por ahora solo dormirá, esperara hasta que ella esté lista.