Mitológico Amor

Ronald suspiro mirando el gran edificio frente a sus ojos, cuarenta pisos de acero puro reflejaban la riqueza del imperio Anderson.

La familia Anderson era famosa en el mundo de la moda, los mejores diseñadores peleaban por ser contratados para las diferentes campañas que promovían. Quien lograba un contrato con ellos seguro alcanzaría el excitó,

Las empresas pertenecientes a la familia Anderson monopolizaron toda la industria de la moda, desde fábricas textiles, estudios diseños, revistas de moda y becas universitarias exclusivas, todo y más estaba bajo su monarquía.

Acomodó su traje y con paso firme atravesó el vestíbulo hasta el ascensor, marco el piso dieciséis, y volvió a respirar viendo como los números avanzaban lentamente, trataba de convencerse, su hija tendría una mejor vida, y el podría salvar su empresa.

-Es lo mejor –pensó al detenerse el ascensor y abrir sus puertas.

-Buenos días- lo saludo amablemente una joven perfectamente arreglada- En que lo puedo ayudar.

-Buenos días, quisiera hablar con el señor Thomas Anderson, esta esperándome

-Usted es el Señor Connor- pregunto con una gran sonrisa.

-Sí, el mismo- Ronald agradecía el buen trato, pero no se sentía tan amable el día de hoy.

-Debe ser alguien importante para el señor Anderson regrese, hace mucho no visita la empresa y hoy vino exclusivamente para encontrarse con usted.

-Ronald solo asintió y espero que la joven lo guiara a la oficina.

-Adelante- la joven se puso a un costado luego de anunciarlo y este entro con paso firme y un rostro duro.

A un costado de la gran oficina decorada con cuadros, y esculturas que definitivamente eran de gran valor, se encontraba con un vaso de wiski un hombre de unos ochenta años-

-Es bueno verte Ronald.

- Lo mismo digo Señor Anderson.

-Dime Thomas y siéntate ¿algo de beber ?-

. Solo café por favor.

El anciano llamo a la secretaria y solicito el café que en pocos minutos se encontraba en manos de Ronald.

-Es bueno saber que aceptaste la oferta, me hace feliz.

-Quisiera decir los mismo.-Dejo salir incomodo.

-Esto es un negocio, ambos no beneficiamos, Thomas bebió su wiski.

-Solo que no será Sara, mi hija está estudiando y es muy joven para casarse y…

-Alto ahí… fue interrumpido por Thomas.

-¿Quién dijo que quería a tu hija menor?- Thomas negó con una gran sonrisa y Ronald entrecerró los ojos-

-Tu hija …como se llamaba lo tengo en la punta de la lengua…era

-Fénix. Dejo salir en un susurro Ronald sintiendo que su corazón se estrujaba.

-Sí, Fénix, hermoso nombre, sabía que es un ave mitológica, los antiguos decían que era única en su especie parecía morir cubierta de fuego, pero luego Puf- las manos de tomas siguieron el sonido de sus labios- simplemente renacía de sus cenizas aún más majestuoso que antes, ¿Quién le dio tan bello nombre?

-Su madre- Ronald sintió como su garganta se cerraba y el nudo en su estómago se hacía más grande-

-Victoria Luxor, preciosa mujer, la conocí hace, muchos años cuando hice negocios con su padre- recordó con una sonrisa Thomas-

-Conoces a mi hija? Ronald necesitaba cambiar de tema, no podía hablar de Victoria su recuerdo era demasiado doloroso.

-La conocí hace- el hombre pensó un unos segundos- dos o tres años.

-Ronald abrió sus ojos enormes, no sabía que este hombre había visto a su hija mayor, ella ya no se mostraba en sociedad, Débora creyó que era lo mejor luego de lo que sucedió.

-Fue en una competencia en el Instituto de diseño, la empresa premia los mejores diseñadores, con una beca de tres años en Europa, luego se les brinda la posibilidad de trabajar aquí, si sus resultados son óptimos. podría decirse que es el semillero de Empresas Anderson. Y debo decir que tu niña tiene mi admiración, lamente que no nunca haya reclamado su premio, supuse que un hombre rico como tú no querría que su hija fuera becada, dime ¿avanzo en sus estudios?

Ronald no podía creer lo que escuchaba, esa fue la competencia por la que su niña de diecinueves años se arrodillo llorando para ir, solo quería terminar esa última tarea para luego no volver a salir de la casa a menos que fuera necesario.

-No pudimos, Fénix tuvo problemas de salud.

-Thomas se enderezó en el sillón, ¿ella se encuentra bien?

-Si, por supuesto. -afirmo seguro

- Eso es bueno\, será una gran nieta política en la familia Anderson-

-¿Por qué ella y no Sara? Pregunto curioso, no porque que quisiera que su hija menor se casara, eso Débora jamás lo permitiría, lo cierto que el nieto del viejo Thomas era noticia cada día por sus amoríos.

- No te ofendas Ronald, pero esa niña heredo el talento de su madre es una artista, aún tengo el diseño con el que gano. El hombre se levantó lentamente y busco en su escrito una carpeta que alcanzo a Ronald,.

Los ojos de Ronald se iluminaron al ver lo talentosa que era su niña, definitivamente eso saco de su madre, sus ojos se cristalizaron y respiro varias veces para contener la emoción.

- Entiendo tu emoción Ronald, dijo Thomas sacándolo de su burbuja- no es para menos es muy buena y por lo que recuerdo es muy dulce y amable.

- Lo es- dijo en seco.

- Bien, ahora que sabes a que se debe el interés en tu niña, hablemos de negocios. El hombre mostro una gran sonrisa embustera.

Este solo asintió viendo al viejo sonreír.

- Deberán casarse en un mes, haremos una fiesta de compromiso, y en tres meses cancelaré todas tus deudas-

- Ronald arqueo sus cejas y su rostro de tenso- ¿tres meses? Pero mi hija va a casarse, porque esperar tres meses.

- -Sencillo, confió en tu niña pero conozco a mi nieto, si tu niña mantiene ese matrimonio los primeros tres meses sin salir corriendo de la casa de mi nieto, sé que ambos se acostumbraran el uno al otro y allí pagare tu deuda.

- ¿Joshua lo sabe? Pregunto seriamente.

- No, pero no podrá negarse de eso, me encargo yo.

- Bien, Ronald se puso de pie para salir, pero la voz de Thomas lo detuvo.

- ¿Sabes?  aun no puedo creer que mi amigo Luxor dejo que su hija se casaras con un empleado de la empresa, esa niña realmente te amaba. Sintió como unos cuchillos atravesaban su corazón- Es una pena que muriera tan joven, en fin fue bueno hacer negocios contigo.

- Ronald salió de la oficina temblando sin despedirse de la secretaria entro al ascensor y las lágrimas comenzaron a salir desbordante, su cuerpo parecía encender y su puño se estrelló fuertemente contra el metal-

- ¿Por qué Victoria? ¿Porque?  Sollozo.