¡Mi suegro mafioso me quiere!

...ADALBERTO FERRAZ...

Después de lo que sucedió en la fiesta de compromiso, supe que Fiorella corría peligro aquí en Australia. A pesar de que Argo Romanov es muy poderoso, el contra son sus enemigos. Hablé con mucha gente y pude confirmar que él es uno de los hombres más despiadados liderando una mafia. Y administrar una organización que trafica armas es realmente peligroso. Jared Romanov parece ser un chico que no le importan los negocios de su padre. Además de no hablar conmigo, el propio suegro.

Loretha Romanov es diferente, parece cuidar mucho de la familia, y lo vi cuando fue a buscar a mi hija en la fiesta. Pero tomé la decisión, pago lo que sea para llevar a Fiorella de vuelta conmigo. Dejarla aquí y quedarme con el corazón en la mano, con miedo de que algo le suceda, me quitó el sueño toda la noche.

Pensé que ella estaría radiante con la noticia, pero dudó por un momento. Mi hija tenía dudas sobre si quería volver a Alemania. Ayer estaba decidida, hoy está indecisa.

— ¿Dónde estabas? — pregunté cuando vi a Jonah acercarse a la sala.

— Por ahí, papá. ¿Dónde está Fiorella?

— Adentro con Argo.

— ¿Con Argo?

— Tampoco me gusta eso, ¿qué tiene una chica que hablar a solas con un hombre como él?

— Tranquilo, papá. Fiorella no es ese tipo de chica.

— Lo sé, Jonah, eso es lo que me tranquiliza.

— ¡PAPÁ! — entramos a la sala al mismo tiempo que ella gritó.

— ¿Decision, hija? — Argo, que estaba de pie, regresó a su silla.

— He decidido, papá.

— Entonces, hermana. ¿Vamos a volver?

— Me voy a casar con Jared Romanov.

— ¿Estás segura, Fiorella? — Jonah sostuvo el rostro de su hermana. — ¿Estás bien? ¿Te golpeaste la cabeza?

Admito, no sé qué le ha pasado a Fiorella para que quiera quedarse, después de tanto insistir en no casarse. Me preocupa, pero también estoy feliz. Perdería mucho dinero si ella se echara atrás y eso sería malo para Don, mi jefe en Alemania.

Saqué un celular nuevo del bolsillo y se lo entregué.

— ¿Estás segura? — pregunté y le di un beso en la cabeza.

— Sí, papá. Voy a extrañarlos mucho a los dos.

— Yo también, cariño, te amo mucho. Te llamaré todas las noches, mantén el celular contigo.

Miré a Argo Romanov.

— Cuide bien de mi hija. — estrechamos las manos.

— Será bien cuidada, Adalberto Ferraz. Ya los están esperando abajo.

— Gracias por la hospitalidad, Argo.

— ¿Nos vemos en un mes para la boda?

— Nos vemos en un mes.

...FIORELLA FERRAZ...

Desde el día en que mi papá se fue, me siento completamente sola aquí. Una casa llena de empleados y seguridad en la puerta, vigilando quién entra y sale. Parece que soy Rapunzel encerrada en esta habitación. Tengo ganas de hablar con alguien de mi edad que no sea Jared. Quiero ir a la universidad, hacer algo para olvidar este mundo criminal en el que vivo.

Estoy encerrada en esta habitación viendo películas\, "*ver películas*"\, esto se ha convertido en una rutina. Empecé a ver series emocionantes\, algo que nunca pensé en ver hace una semana. Y ver esas escenas de sexo me afecta mucho\, incluso a mi cabeza\, porque no puedo olvidar al furioso pitbull de Argo Romanov. De hecho\, fue por él que decidí quedarme\, por miedo a casarme también con Victor. Pero cuando dijo esas palabras: "*¿Quieres cuestionar todo lo que digo\, no respetas mis órdenes? Eres malcriada y no quiero criar a una segunda hija rebelde*"\, sentí excitación. No tuve miedo de esa mirada enojada\, quería que me tocara. Todo eso era nuevo para mí y no podía renunciar a lo que sentía y arriesgar casarme con un viejo gruñón en Alemania.

Mi cuerpo no reacciona a Jared de la misma forma en que reacciona solo al pensar en su padre. Si al menos pudiera salir, conocer a otros chicos. Necesito saber si solo siento esto por Argo o si siento lo mismo por otro hombre también. Quiero conocerme a mí misma, conocer mi cuerpo, y solo pensar en que Jared será la primera persona en poseerme me llena de rabia. No quiero que él sea el primero en tocarme.

Pensando en eso, cojo mi celular y comienzo a buscar sobre besos, "cómo aprender a besar". Las búsquedas me llevan a una chica que dice que la mejor manera de aprender a besar es en el dorso de la mano. Acerco mi mano a mi boca, pero me da vergüenza solo de pensarlo. ¡Qué mierda! Tengo 18 años y no sé besar. Empiezo a avergonzarme de mí misma.

Jared es guapo, y aunque no quiera perder mi virginidad con él, el BV no sería un problema. Tal vez si besara a mi prometido sentiría algo por él.

Me quedo con esa idea en la cabeza, besar a Jared será genial, y quiero hacerlo lo más pronto posible. ¿Por qué no pensé en esto antes? Será solo un beso, será rápido.

Apago la televisión de mi habitación y me doy una ducha, me cepillo bien los dientes y me pongo una ropa bonita, un tanto corta para que él no pueda resistirse a mí. Si él rechaza mi beso, moriré de vergüenza. Todavía es las 18:30h de la noche, seguro está en casa, no sé adónde va diariamente, pero después de tres días encerrada en esta casa, pude darme cuenta de los horarios de cada uno. Doña Loretha se va todos los días después del almuerzo y regresa a la hora de la cena, Jared se va por la mañana y regresa a las 16:00 o 17:00 de la tarde. En cuanto a Argo, no lo he visto en dos días, pero antes de eso, escuché su voz en el pasillo hablando con un guardia, era muy tarde en la noche.

Salgo de la habitación con la sensación de haber salido de una jaula, no veo a nadie excepto una mucama en el piso de abajo de la casa.

- Disculpe\, ¿por casualidad ha visto a Jared por aquí?

- ¿Eres su prometida?

- Sí\, soy yo. - La mujer parece muy simpática.

- Casi no te veo por aquí\, ¿te pasas todo el día en tu habitación?

- No hay nada que hacer en esta casa. - Me quejo.

- Hay una piscina afuera\, hay un cine en el tercer piso.

- No\, gracias. En la piscina hay varios guardias y películas ya las veo en mi habitación.

- Entiendo. Mi nombre es Angela\, si necesitas algo\, estoy aquí todo el día. Y sobre Jared\, creo que estaba en su habitación\, escuché su voz por ahí.

- Eres muy amable\, Angela.

ARGO ROMANOV...

Estuve todo el día preocupado por el atentado que sufrimos el día del compromiso. La policía está siguiendo nuestro rastro debido al automóvil que disparamos, no deberíamos haber hecho eso. Tienen nuestro rastro por las cápsulas de balas que quedaron en el asfalto.

¡Mierda! Tenía la cabeza llena por culpa de esa barbie hablando en mi oído y cometí una tontería. La culpa de todo esto es suya, únicamente suya. La única forma de deshacernos de la investigación es hackeando su sistema, y recordé que Jared es bueno en eso. Hay hombres más capacitados, por supuesto, pero en quienes no puedo confiar.

Llegué a casa temprano con un único propósito, convencer a Jared de trabajar para mí. Ya es hora de que haga algo por la organización. Lo sostuve del brazo y lo llevé a su habitación.

- Necesito que hagas algo\, chico.

- Primero\, deja de llamarme chico.

- Eres un chico\, ¿qué haces todo el día en la calle?

- No querrías saberlo. - Él dice en un tono irónico.

Respiro profundamente e intento mantener el control, si le grito a este chico no me ayudará.

- Necesito que hackees el sistema de la Policía del Sur.

- ¿Hackear?

- Sí\, Jared\, ¿puedes hacerlo? No puedo confiar en nadie más.

- Solo por eso\, ¿verdad\, papá? Solo porque no confías en nadie más.

- Al menos confío en ti\, Jared. Y admito que eres bueno en estas cosas.

- Está bien\, lo intentaré. Puedo crear un enlace malicioso\, pero necesito que ellos abran.

- ¿Cómo?

- Puedo poner un virus en un sitio web\, pero necesito que alguien dentro lo abra\, ¿entiendes?

- Eso es fácil para mí.

- También quiero dinero por esto.

- Mierda\, chico. ¿Por qué necesitas dinero? ¿Para gastarlo en burdeles? Sé que vas casi todas las noches.

- ¿Pusiste a tus guardaespaldas tras de mí?

- Prepárate porque cuando te cases\, eso terminará.

Él abre la boca para protestar, pero mi teléfono suena. Veo que es una llamada importante y confidencial, salgo de su habitación y entro en la siguiente habitación vacía para contestar.

- ¡Habla!

- ¿Qué tal?

- ¡Habla de una vez\, desgraciado! Estoy en casa\, maldición\, y no hablo de eso en mi casa.

- Es sobre el cargamento allí.

— ¿Qué día será?

— Mañana, al mediodía.

— ¿Mediodía? ¿Estás loco?

— Fue el horario que mi jefe dio, si se da cuenta estoy jodido, los entrego a ustedes.

— ¿Me estás amenazando, pedazo de mierda?

— No, señor. Solo...

— ¡Espera! — aparté el celular de mi oído cuando escuché pasos en el pasillo. Me escondí detrás de la puerta para saber quién era.

— ¿Jared, estás ahí?

Era Barbie. ¿Cuánto tiempo hacía que no escuchaba esa voz suave? Desde el día en que su padre se fue. Evité a esa chica durante 3 días. Es difícil descifrar la mente de una mujer, aún más una de 18 años. Juraba que se iba a ir y ya estaba hasta aliviado por eso. Y cuando decidió quedarse, decidí evitarla.

¡Espera! ¿Qué fue a hacer ella en el cuarto de Jared? Me acerqué a la puerta para escucharla y colgué la llamada.

— ¿Puedes abrir?

¿Ella quiere entrar en su cuarto? ¡No es posible! Empiezo a sentir rabia hacia esta chica. ¿Será realmente virgen? ¿Qué fue a hacer al cuarto de un hombre?

...FIORELLA FERRAZ...

Cuando Jared abrió la puerta, entré de una vez. Quería hacerlo rápido antes de echarme para atrás y arrepentirme.

— Hola, hermoso. ¿Qué trae a mi prometida a mi cuarto?

— Entonces... — Empecé a sudar de nervios, aun así me acerqué a él. — Jared, quiero hacer algo.

— ¿Hacer algo? ¡Madre mía! No juegues con eso, ya me estoy imaginando cosas.

Este chico no me besa, mierda. Estoy tan cerca, ¿tendré mal aliento? Un montón de mierda empezó a pasar por mi cabeza. ¿Por qué no toma acción?

— Jared, yo...

— ¿Quieres algo?

— Quería besarte. — dije, él pareció asustado.

— B-besar? Espérate un momento, hermosa. — se apartó de mí. — En serio?

— Tú dijiste que me encontrabas bonita.

— No eres bonita, eres maravillosa, hermosa para joder.

— Entonces? — pregunté desanimada.

— Es que... quiero besarte... pero mi padre.

— ¿Tu padre? — interrumpí. — Él no necesita saberlo, Jared, solo es un beso.

— ¿Eres BV? Digo, ¿boca virgen? Quiero decir, ¿nunca has besado?

— Está bien, Jared. Entendido, me iré a mi cuarto.

Me giré, él agarró mi brazo, pegó su cuerpo al mío y acarició mi cabello:

— Mi padre me prohibió besarte, no es que no quiera, quiero mucho, muchísimo, ya no veía la hora de ser honesto. — Argo prohibió a su hijo besar a su propia prometida. Saber eso me dejó con una pulga detrás de la oreja. — Pero no necesita saberlo, ¿verdad?

Asentí con la cabeza en afirmación. Estoy extremadamente nerviosa. Él lame sus labios y eso es un poco sexy, sostiene mi cuello con ambas manos y acerca su boca a la mía.