UN PADRE PARA MISAEL (6)

Cuando se subieron y se sentaron atrás del chofer y el escolta que iba de copiloto, Cerem percibió un olor dulce y muy agradable

__ ¿Qué olor es ese? Fred

__ Perdon señor _ dijo el escolta mostrando el dulce que tenía en la mano, apenas estaba abriendo la envoltura

__ ¿Ese es el dulce que la bruja le estaba dando a la niña?

__ si, señor, pero como usted no la dejó recibirlo, la señora me lo obsequió a mí

__ A ver, dame aca _ dijo Cerem arrebatando el dulce de las manos de Fred

Cerem, terminó de abrir el dulce, estaba embriagado de su aroma, todo el interior del auto se había impregnado de ese dulce y delicioso olor.

Le dio un pedazo a la pequeña y un pedazo para él, Fred se quedó con la mano estirada, esperando su dulce o por lo menos un pedazo, pero solo recibió de vuelta la envoltura vacia,

Unos cuantos gemidos, se escucharon en el vehiculo

__ Humm, humm, que delicioso papi

__ Si, tienes razón mi pequeña es exquisito,

__ ¿No que no podían aceptar obsequios de un desconocido? _ preguntó Fred notablemente molesto

__ No seas tonto, te conozco hace casi diesz años Fred, no eres un desconocido para mi

Fred, sintió ganas de golpear a su jefe, pero tenia la boca hecha agua, solo el delicioso aroma, le quedó del obsequio de aquella bruja desconocida y altanera, capaz de retar a su jefe.

Cerem, llevó con su hija en brazos y la niñera se hizo cargo de ella, Cerem por su parte fue a su despacho a responder unos correos, cuando de repente se recostó de su silla y sonrió

__ pero que bruja más hermosa y altanera, grosera y abusadora _ dijo para si mismo, se quedo un rato recostado con sus ojos cerrados y recordando esos maravillosos ojos bicolores que no salían de su cabeza

Fedra, por su parte se encontró con Diana y su amiga la regaño, el balón puede haberle golpeado el vientre, aunque apenas tenga dos meses de embarazos debe cuidarse, Fedra aceptó el regaño de su amiga y continuó en silencio, pero una traviesa risa se ahogaba en su garganta,

Tonto, animal, bruto, nunca había insultado, tanto a un hombre y menos a un desconocido, pensaba Fedra, mientras se despedia de su amiga y se marchaba a su casa.

Asi pasaron los días y un martes en la mañana Cerem tuvo que llevarse a su niña a la oficina, pues su niñera había enfermado y ya estaba de vacaciones, asi que tomó su morral algunos colores y marcadores, para entretenerla en su oficina

Todos estaban muy contentos al ver al CEO, que siemre se mostraba tan frio y arrogante, caminar derretido al lado de su princesa,

__ Humm, ¿papi hueles eso?

__ No amor, no _ decía Cerem e intentaba afinar su olfato mientras entraban al ascensor

__ papi, huele a dulce de fresa, como el pastel de mi amiga del parque

Cerem tomó una gran bocanada de aire y ahí si sintió el dulce olor, ese aroma que lo embriagaba, inconsicentemente había relacionado ee dulce aroma con la bruja del parque y eso lo hacia sonreir

Llegaron a su piso y la niña, siguió olfateando como un pequeño sabueso, seguía con su naricita el dulce aroma, seguía avanzando afinando su olfato hasta que por fin lo detectó

__ Es aquí _ dijo la niña señalando a la secretaria de su padre con el dedo

__Pequeña Adalaet, que sorpresa tenerte por aquí _ saludo la mujer algo sorprendida al ver a la pequeña señalarla con el dedo

__ Hola, Ayla, es ella papi, _ insistia la niña, poniendo nerviosa a la mujer

__ Ayla, ¿tienes algún dulce por ahí? _ preguntó Cerem viendo a la chica con mirada acusadora

La secretaria abrió los ojos en señal de sorpresa,

__ Oh, ah si, si, es un pastel de fresas, es mi favorito _ dijo Ayla sacando de su bolso un pequeño empaque, pero ella no cayó en su error hasta que padre e hija, se vieron con complicidad, mientras Fred reia de no ser el único ingenuo,

__ Ayla, entrégame ese dulce y vaya a comprar más _ Fred acompañala, asi aprendes la dirección de donde los venden,

Ayla, no podía creer lo que estaba pasando hasta que vio a la pequeña bribona abrir el empaque delante de sus ojos y compartilo por la mitad con su padre, ambos entraron juntos a la oficina y Fred al fin soltó la risa sostenida

__ Lo siento Ayla, a mi me pasó lo mismo hace un dos días aproximadamente

La niña y su padre, entraron a la oficina y los gemidos de degustación se oían por todo el lugar

__ son deliciosos papi _ dijo la pequeña chupándose los dedos

__ Tienes razón pequeña, son exquisitos, pero no debemos comer muchos, son muy dulces y después nos dolerá el estómago y también te pondrás muy inquieta

__ Solo uno más, ¿si?

__ esperemos que llegue Fred y lo veremos.

Ayla y Fred llegaron y los golosos padre e hija, se comieron dos cada uno, probaron el de mora, frambuesas, higo y piña, pero su preferido siguió siendo el de fresa.

Mientras tanto, Fedra ya estaba por reinaugurar la ampliación de su negocio, incluso estaba planeando abrir una sucursal a diez calles de esa, a petición de algunos clientes que viajaban desde lejos para comprarlos, Fedra viajó una semana con su amiga para ver un local que estaban vendiendo en esa dirección, toda esta información fue suministrada por un cliente, que por cuestiones de trabajo se mudó para esa zona y los extrañaba mucho, así que decidió comprarlos al mayor y venderlos en su casa, pero su clientela había crecido y ya no podía cumplir la demanda, así que expuso su idea a Fedra y a ella le pareció magnifico, tener varias sucursales antes del nacimiento de su pequeño Misael, era maravilloso para ella, tenía que darle estabilidad económica su pequeño, hasta el momento ella le había creado un fideicomiso con la mitad del dinero que le dio su padre, pero quería ir incrementándolo poco a poco, su hijo era un Petrov, por lo menos de sangre y ella no se perdonaría que el viviera con privaciones,

El local era incluso más grande que el otro, pero necesitaba unos arreglos, Fedra calculaba que en más o menos un mes estarían inaugurándola.

Ella regresó a su casa y se acostó cerca de la piscina, en una pequeña estancia que tenía todas las comodidades para pasar una relajante tarde

Fedra había contratado a una señora para hacer el aseo y a un jardinero, pero solo trabajaban en el día, Fedra no quería a nadie cerca por las noches, le gustaba disfrutar de su soledad y vivir con sus recuerdos.

__ te amo, mi pequeño Misael _ le susurro a su vientre que ya empezaba a notarse

Dos meses más habían pasado y el vientre de Fedra ya era más notorio, mientras que su pequeña amiga y el gruñón de su padre se habian convertido en sus fieles clientes, pero para la niña, solo comer los dulces que Fred le compraba ya no era suficiente, ella quería conocer el lugar donde vendían esas maravillosas tartas, comerlas en ese mismo lugar sin tener que esperar.

Fedra trabajó hasta tarde, y se fue a descansar

Al dia siguiente, se levantó temprano y se puso un vestido azul oscuro, unas cómodas zapatillas y salió para su negocio como siempre, al llegar se sorprendió al ver una larga fila de personas que esperaban afuera, eran las diez de la mañana y ya no habían mesas, cuando se dispuso a entrar escuchó una vocecita conocida

__ Amiga, amiga soy yo _ grito Adalet llamando la atención de Fedra, que sonrió al verla de pie en la fila

__ hola, pequeña princesa, ¿vienes por dulces?

__ Si, los de fresa son mis favoritos, pero tengo que esperar y mi papi se quiere ir _ dijo la pequeña haciendo un tierno puchero

__ Hagamos un trato, entren conmigo, pero preguntale al gruñon de tu padre, para ver si acepta

Cerem, había estado viendo de cerca la interaccion de su princesa con esta bruja hermosa, al parecer trabaja en este lugar, pero el semblante de Cerem, cambió al ver el vientre abultado de Fedra, una gran decepcion se reflejó en sus ojos, ¿estaba casada?, claro que estaba casada ¿que maldita pregunta era esa?, una mujer hermosa y dulce como ella no podía estar sola, y para desgracia de Cerem, esos hermosos ojos que lo perturbaban toda la noche ya brillaban de ver a alguien más,

Él se acercó y tomó a su pequeña en brazos

__ papi, mi amiga nos ayudara a entrar, no tenemos que esperar

__ No, mi princesa tenemos que irnos, papi tiene una emergencia en su trabajo