Rindiendome A Tu Piel

Isabel observó tirado a sus pies el cuerpo de Marisol sudada y postrada a su merced, alzó la vista y miró hacia donde Itzel, caminando hacia ella con la frente en alto; sin embargo, la intriga y los nervios de saber el paso a seguir se encontraban batallando dentro de ella.

Cuando llego a la estática mujer, está, sonrió al ver la eminencia encontrada en esta joven que ha sido un diamante brutalmente descubierto, qué pulido a la perfección ¡será una joya!, deseable y apetecible para muchos sumisos, eso la satisfacía, ya que el sacrificio que estaba a punto de hacer no sería desperdiciado, más bien sería aprovechable y admirable para muchos.

Dio una mirada a Isabel, la cual captó al instante que quería que siguiera sus pasos. Se posicionó frente al público con alas de superioridad, Isabel siguió sus pasos e Itzel empezó a decir

 —Como lo acaban de observar, Isabel, quiso entrar a nuestra práctica y ser una dominante.

Itzel, al decir esas palabras, Alicia no pudo evitar hacer un movimiento brusco en el lugar donde se encontraba sentada. Will dio un apretón en la pierna de ella, indicando que se tranquilizara, que su amiga lo había hecho bien, mientras apreto la pierna de Alicia, observó a Vanessa de reojo y vio que ella lo observaba.

Alicia lo observó un instante, pero no le dio importancia, ya que lo que su amiga estaba haciendo no dejaba de sorprenderla, así que volvió a mirar hacia las mujeres para escuchar atenta lo pronto que iba a suceder.

Isabel permanecía en su lugar mientras Itzel terminaba de hablar.

—Ella, al querer entrar en esta práctica, se les fueron impuestas algunas pruebas, las cuales superó satisfactoriamente. Después de superar dichas pruebas, quedaría lista para escoger su primer sumiso.

Jhordán, al escuchar atentamente esas palabras sin emitir sonido, su corazón estallaba de emoción, al escuchar las palabras de su ama, se llenó de nervios ¿Quién sería su sumiso? Sabía que a él nunca lo escogería por todo lo que había sucedido.

Sin embargo, no podía dejar de estar feliz por lo ocurrido hoy en estas mazmorras. Al recordar lo realizado por Isabel, sus suaves manos acariciando suavemente su cuerpo, el cual se erizó, así sintiera su cuerpo agotado por la sesión anteriormente hecha. Su cuerpo anhelaba ser tocado y poseído. Que esas delicadas manos volvieran a experimentar con él todo lo deseado.

Los azotes dados por el látigo tenían algunas aventuras que dejaban algunos caminos de sangre en él, que se encontraba inmóvil esperando el actuar de su ama.

Itzel terminó de hablar, le dio una mirada a Will y se dirigió a la salida junto a Isabel y Will que se reunirían con la ahora odometría.

Cuando los amo salieron con sus sumisos, los demás hicieron lo mismo despejando la zona, siguiendo cada uno a explorar a diferentes zonas del lugar.

Vannesa se encontraba sentada en la barra hablando con un hombre. Will junto a Alicia se acercaron a ellos.

Alicia observó detenidamente al chico y luego miró a su amiga y saludó.

—Hola, Vanne.

—¡Alicia!!!, pensé que se habían ido.

Dijo Vannesa con una grata sonrisa.

Alicia la analizó, intrigada, respondió y preguntó.

 —¡No!! Estábamos esperando a Isabel, pero se va a quedar. ¿Quién es tu acompañante?

preguntó.

Will miraba a la pareja sin poder procesar lo que veía

Sólo observaba enojado, sus entrañas quería explotar de la inconformidad por la lo que veía; Sin embargo, estaba curioso por saber la respuesta que iba a dar Vannesa, cuando llegó alguien y contestó por ella.

—Vannesa querida, aún no les presentas a tu novio.

 Dijo Dalís quien se acercó a ellos, dio un beso en la mejilla de su hijo.

Will la quedó mirando sin creer lo que su madre decía y como lo permitió y lo trajo aquí.

 Alicia ajena a lo que sucedía, feliz, la elogió y la abrazó cuando la soltó abucheo para que se dieran un beso.

 Will observaba la actitud de Alicia y quería estrangularla y silenciarla en ese incómodo instante.

 Alicia seguía los abucheos, ya que no lo podía creer. Vannesa siempre estaba sola ni en las salidas a discoteca, permitía que alguien se le acercara ¡según!, porque no quería conocer a nadie.

Vannesa se quedó mirando a Dalis, pero después entró en razón a lo hablado con ella en su apartamento. Si él hacía su vida sin importarle, ¿por qué ella no podía hacer lo mismo? Volteó y agarró a Kiam de la cara y lo besó. Él correspondió y la sostuvo de la cintura para profundizar el beso.

Will no podía disimular su sorpresa, jamás imaginó que Vannesa le hiciera esto, estaba enojado y moría de los celos, pero su orgullo era más fuerte.

Will interrumpió el beso diciendo.

 —Vannesa yo me voy, te quedas encargada.

Dijo.

 Pues él sabía que ella no diría que no, ya que siempre le había sido leal y estaba en todo momento a su lado, pero él no contó nunca con la respuesta dada por esta.

—¡Hay Will! Déjame decirte que nunca agarro días libres y siempre estoy aquí, ¡Así que, Lo siento!, o busca quien me reemplace en lo que termina la noche o lo haces tú, por qué yo tengo una cita con este galán.

 Dijo dio media vuelta y se fue agarrada de manos con Kiam, sin dar tiempo a una contradicción.

Will quedó loco con lo que Vannesa le dijo, pues nunca se lo esperó. ¿Qué le pasó a su dócil, tranquila y pasible Vannesa? Se preguntó para él, mirando hacia dónde está se había marchado.

Alicia observaba el espectáculo, no era tan ciega ni tan boba para no sospechar que algo pasaba, pero no dijo nada, se enteraría de lo que ocurre, pero no en ese instante.

Dalis estallo en una notoria carcajada sacando a los presentes de sus pensamientos, miró a Will se acercó a él y dijo.

—¡hay hijo!, yo también me voy.

le dio un beso en la mejilla.

—Ah no nos presentaron, soy Dalís la mamá de este guapote.

Dijo la mujer golpeando el pecho de Will.

Alicia sintio una extraña sensación se sintio en medio de un círculo vicioso.

—Mucho gusto, “Alicia”.

Exclamó Alicia.

—te dejo a cargo de tu harén, hijo.

 Dijo Dalís sin poder parar de reír por lo ocurrido, se sentía victoriosa, ya que todo salió mejor de lo que ella esperaba, al igual que Vannesa dio media vuelta y se fue.

Mario llegó en ese instante y también quedó asombrado con lo ocurrido allí.

—Quedas a cargo.

Dijo Will dirigiéndose a Mario.

Mario dio un movimiento de aceptación con su cabeza.

Will miró a Alicia y le explicó que Isabel estaría ocupada un buen rato, que él la llevaría a su casa.

Alicia aceptó salir junto a él del club.