Bruna, una joven de 18 años, vive con sus padres en la ciudad de Río de Janeiro. Son una familia humilde y sencilla, pero de corazón generoso. Bruna y sus padres deciden mudarse a Betim, en Minas Gerais, en busca de mejores condiciones de vida. Con lo poco que lograron ahorrar de sus trabajos, alquilan una casa y se preparan para esta nueva etapa.
Víctor, un viudo de 32 años y empresario exitoso, pierde a su esposa en un trágico accidente automovilístico. Se siente culpable por lo ocurrido, sin darse cuenta de que su esposa nunca fue la persona virtuosa que él imaginaba. Es dueño de la mayor productora de aviones del país, Embraer, empresa en la que también ejerce como CEO.
Víctor busca una asistente personal. Bruna, por su parte, busca un trabajo en una gran ciudad, mientras él necesita una empleada. Bruna es muy inteligente, dulce, tierna y pura, mientras que Víctor, viudo despiadado, no muestra una sonrisa a nadie.
¿Pero será que seguirá siendo así?
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Capítulo 17
— Victor, cuando llega a casa, se acuesta en su cama y se pregunta.
Victor: Bruna, ¿consigues amarme? ¿Puedo confiar todo en ti? ¡Oh, Dios mío! Ya no consigo disimular: necesito a Bruna como mi pulmón necesita aire.
— Y, con esas reflexiones, acaba durmiéndose. El padre de Bruna está bien, y ella pasó la noche suspirando por Victor.
— El domingo pasó, y, en la mañana del lunes, los dos se encuentran en el trabajo. Al entrar en su sala, él la encuentra linda y perfumada, cerrando las cortinas y abriendo la ventana. Y, cuando se gira, él la observa con una sonrisa tonta en el rostro.
Bruna: ¡Ah, Señor Victor, buenos días!
Victor: ¡Hola, Bruna! ¡Buenos días! Estás haciendo igual a la música de Amado Batista — él sonríe —, tan dulce y linda, y estoy a punto de enfrentar serios problemas legales. — dice, ¡acercándose a ella y tocando su rostro!
Bruna: Señor Victor, no diga tonterías, pues puedo creer; ¡soy humana y tengo corazón! No me haga correr un gran riesgo de sufrimiento.
— Victor la mira a los ojos y acaricia su cara, haciendo que ella cierre los ojos. Alguien llama a la puerta, ella se recompone y va a abrir, mientras Victor sonríe.
Bruna: "¡Hola, buenos días!" — la muchacha no responde y la empuja, entrando con todo.
Victor: ¿qué intromisión en mi sala es esa? ¿Perdió completamente la educación?
Juliana: ¡Buenos días, cuñado! — Bruna siente un dolor en el corazón y se pregunta en pensamientos:
Bruna: 💭🤔¿Cómo así cuñado? ¿Él tiene novia? ¿O esa es novia de un hermano de él? — dice en pensamientos —
Victor: ¿Cuñado? Jajaja, ¿qué quieres aquí, Juliana?
Juliana: denos licencia, secretaria. El tema es personal e íntimo — dice con desdén, pero Victor dice —.
Victor: mi secretaria no se va, estamos ocupados, y la única que debe salir de aquí eres tú. No tengo ningún asunto personal, y mucho menos íntimo, para discutir contigo — afirma, serio.
Juliana: su imbécil desgraciado, asesinaste a mi hermana. Es por eso que ella nunca te amó, ninguna mujer va a amarte, ¡su débil! Homicida.
— Bruna llega, se asusta, y Victor lo nota —.
Victor: ¿Yo maté a alguien? Jajaja tú, tu hermana, tu madre, tu padre, son todos unos aprovechadores, traidores, malditos. Tu hermana que se mató, como una loca, ¿y quieres saber? Gracias a Dios, por causa de aquella desgraciada, hoy llevo una vida infeliz, sin coraje para buscar mi felicidad. Ahora, sal de mi empresa y no oses retornar!
Juliana: jaja, nos veremos, gatito, yo seré la próxima en ir para tu cama.
— Bruna llega y baja la cabeza. Juliana sale, pero antes Victor habla con rabia.
Victor: vas a ir para la cama del Diablo y no para la mía, zorra igual a tu hermana era.
— Ella sale sonriendo de forma burlona. Esa infeliz apenas agravó aún más la situación de Victor —
Bruna: Entonces, señor Victor, voy a liberar su agenda. No habrá reuniones hoy, pero será necesario que el señor descienda al sector de producción para verificar un jet que está en fase de montaje. Así que llegué aquí, el gerente de la caballeriza pidió que el señor compareciera. ¡Con permiso!
— Ella va a salir y él la jala por la mano, quedando bien cerquita de ella, con las respiraciones mezclándose.
Bruna: "Señor Victor, no mezcle las cosas, aquí soy apenas su secretaria" — dice, luchando contra las lágrimas, pues todo lo que oyó fue confuso para ella.
Victor: tienes razón, Bruna, yo no consigo hacer a nadie feliz. A veces me cuestiono: ¿por qué nací, si soy apenas un inútil que ni coraje de asumir lo que siente tengo? — Bruna queda aún más confusa. Él se sienta en su silla y se inclina sobre la mesa, con la mente agitada, y ella sale.
— El día avanza, y ellos solo comentan sobre trabajo. El martes, miércoles y jueves pasaron, y ellos solo conversaban sobre trabajo, ambos sufriendo; ella aguardaba una actitud de él, mientras él se sentía incapaz de hacerla feliz. El jueves, al final del expediente, él sale y va para un barcito, donde bebe demasiado, bebiendo y llorando. El bar Men hace una llamada para los amigos de él, y, en seguida, Isaac y Noah aparecen.
Isaac: ¿qué mierda es esto, Victor?
Noah: ahora jodió de vez, ¡nunca te vi tan borracho! Cara, mañana es el día antes de la fiesta de la empresa.
Victor: salgan de aquí, déjenme solo, soy un débil, un desgraciado, sufriendo por amor, un inútil que no consigue decirle a la mujer lo mucho que la quiere — dice borracho y llorando, y los amigos ríen.
Isaac: ¿estás hablando de Bruna? Jajajaja, cara, disculpa.
Victor: rían a voluntad. Yo amo a Bruna y necesito de ella, de la misma forma que mis riñones necesitan de agua para funcionar. —Él grita: "¡Estoy loco apasionado por Bruna!"
Noah: jajaja hermano, di eso a ella jajaja tú estás muy borracho, vamos para casa, vas a descansar que la fiesta es después de mañana.
Victor: yo quiero a Brunaaaaaaaaaaaa —él grita—. Bruna, mi amor, ¡te amo!
Isaac: "Cara, es serio, estoy feliz, hermano, pero necesitas decir a ella, y no a las personas del bar."
— Él medio que vuelve al juicio, mira en vuelta y dice.
Victor: ¿Qué están mirando? ¡Amo a Bruna, mi muñequita de ojos encantadores! Quiero ver a Bruna, voy atrás de ella — él se levanta, casi cae, y Noah lo sostiene.
Noah: vas es para casa, su loco, Bruna verte así no va a quererte nunca jajajajaja.
— Al llevarlo para casa, Luzilene se preocupa al ver al hijo en aquel estado. Los muchachos explican la situación de forma resumida y, al final, ella acaba sonriendo. Los muchachos se despiden.
Victor: "¡Madre, yo quiero a Bruna!"
Luzilene: tu padre va a ayudarte a tomar baño, su sinvergüenza, y vas a dormir para recuperarte de esa borrachera. ¡Mañana hablamos, muchacho!
Aracy: jajaja ya sabía que iba a acabar así, ¡tú mismo que quisiste!
Matteo: solo de ese modo aprende. ¡Vamos a tomar baño! — el padre lo ayuda a tomar un baño helado, mientras la madre le ofrece un café fuerte y amargo. Y así transcurre la noche. Bruna está bastante triste, pues está apasionada por Victor y ni sospecha de la humillación que él pasó gritando que la ama.
