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Un Asunto De Estado Y Estilo

Un Asunto De Estado Y Estilo

Status: En proceso
Genre:Romance / Comedia / Amor prohibido / Cambio de Imagen / Polos opuestos enfrentados
Popularitas:6.1k
Nilai: 5
nombre de autor: @ngel@zul

Alejandro es un político cuya carrera va en ascenso, candidato a gobernador. Guapo, sexi, y también bastante recto y malhumorado.
Charlotte, la joven asistente de un afamado estilista, es auténtica, hermosa y sin pelos en la lengua.
Sus caminos se cruzaran por casualidad, y a partir de ese momento nada volverá a ser igual en sus vidas.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Entre presentaciones y murmullos

Capítulo 5 : Entre presentaciones y murmullos

Después de que el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron con un suave clic. Charlotte salió ajustándose el abrigo imaginario que llevaba, y miró alrededor con la curiosidad característica de quien pisa un territorio desconocido. Alejandro la siguió, manteniendo su porte impecable, la mirada firme y el gesto serio, como si cada paso estuviera calculado.

—Bienvenida al centro de campaña, señorita Rossi —dijo con formalidad, haciendo un leve gesto hacia el pasillo—. Aquí es donde trabajará.

Charlotte asintió, sosteniendo su bolso y su cuaderno, y le respondió con su habitual franqueza:

—Gracias, señor Montalbán. Solo para estar clara… ¿cómo espera que me integre al equipo? No soy política ni asesora de estrategia; solo soy estilista...

Él la miró con la calma que lo caracterizaba, analizando cada palabra:

—Lo sé, por eso su rol es puntual, enfocado en vestuario, presencia y estilo. No se requiere su presencia diaria, pero sí cuando sea necesaria. Mientras tanto, puede observar y familiarizarse con el equipo.

Charlotte arqueó una ceja, ligeramente divertida.

—¿Observar? Eso suena… estratégico. Bien, señor Montalbán, observaré. Pero si me deja opinar, no se sorprenda, ni se queje después.

—Lo tendré en cuenta —respondió él, sin perder la compostura.

Avanzaron por el pasillo hasta llegar a la sala de juntas, donde el resto del equipo ya esperaba. Charlotte respiró hondo sin perder su confianza.

Apenas entraron, hubo un murmullo entre las filas de asistentes, y Charlotte percibió las miradas críticas de dos mujeres que intercambiaban susurros apenas audibles. Pero su sonrisa se mantuvo intacta.

—Esta es la señorita Charlotte Rossi —anunció Alejandro—. A partir de hoy se encargará de coordinar los aspectos de imagen personal de la campaña. Trabajará directamente conmigo.

Las últimas palabras provocaron un murmullo apenas audible. Giulia levantó una ceja, cruzando las piernas con un movimiento calculado.

—Bienvenida —dijo, con una sonrisa tan educada como distante—. Supongo que ya vio que aquí no tenemos tiempo para distracciones.

—Tranquila —contestó Charlotte sin titubear—, no pienso distraer a nadie.

Un par de risas nerviosas rompieron el silencio. Alejandro observó el intercambio con calma, sin intervenir. Había notado desde el principio que Giulia era territorial y que la llegada de Charlotte no le agradaba, pero prefirió no interrumpir la dinámica: quería ver cómo reaccionaba la recién llegada.

Cuando la reunión terminó, Charlotte salió a tomar aire al pasillo. Sabía que había sido directa, pero no estaba allí para agradarles. Aun así, no pudo evitar notar las miradas que se cruzaban a su paso. En especial, las de Giulia y Paola, que hablaban entre susurros cerca de la máquina de café.

En los descansos, los murmullos eran inevitables.

—No entiendo por qué la trajo directamente él —decía Paola en voz baja—. Ni siquiera pasó por recursos humanos.

—Por obvias razones —respondía Giulia, sorbiendo su café—. Ya viste las fotos. Cenar bajo la lluvia con el jefe no parece un proceso de selección muy transparente.

Paola rió por lo bajo.

—Y ahora la pone a “trabajar directamente con él”. Qué conveniente.

Charlotte, que en ese momento se acercaba sin ser vista para dejar unos papeles, alcanzó a escuchar la última frase. Se detuvo. No por inseguridad, sino por esa mezcla de fastidio y desafío que le hervía en la sangre cada vez que sentía una injusticia.

Respiró hondo y siguió su camino sin mirar atrás. Pero el tercer día, la historia se repitió.

Eran casi las seis de la tarde. La mayoría del equipo comenzaba a recoger sus cosas cuando oyó de nuevo las voces de Giulia y Paola en el pasillo. Charlotte estaba cerca, organizando material gráfico. No tenía intención de meterse, pero algo en el tono con que pronunciaron su nombre la obligó a levantar la vista.

—Lo peor —decía Paola— es que ahora todo el mundo piensa que ella lo va a manejar a su antojo.

—No creo que sea así, Alejandro no es ese tipo de hombre. —respondió Giulia.

—Lo sé, pero hay que tener en cuenta que hasta los hombres más fríos tienen debilidades.

Charlotte dejó el marcador sobre la mesa y caminó hacia ellas con paso decidido.

—¿Puedo saber de qué hablan exactamente? —preguntó con voz serena, aunque sus ojos brillaban con fuego.

Giulia fingió sorpresa.

—Oh, señorita Rossi, nada que tenga que ver con usted, o sus tareas aquí. —respondió.

—Entonces qué alivio —replicó—, porque sería decepcionante que mujeres adultas perdieran tiempo en rumores mediocres.

Paola intentó reír.

—No te alteres, solo estábamos bromeando.

—¿Bromeando? —Charlotte dio un paso más cerca—. Curioso concepto. Yo lo llamaría falta de profesionalismo. Aunque supongo que cuando no se tiene talento para destacar, hablar de otros es la única manera de ser escuchada.

El silencio fue absoluto. Giulia se quedó helada. Paola bajó la vista. Charlie respiró hondo, se dio media vuelta y volvió a lo suyo como si nada hubiera pasado.

Lo que no sabían era que, desde el extremo del pasillo, Alejandro Montalbán había presenciado toda la escena. Había salido de su despacho justo a tiempo para escuchar los comentarios de las dos mujeres y estaba a punto de intervenir cuando escuchó la voz firme de Charlotte.

Se detuvo, y observó.

No hubo gritos, ni dramatismo. Solo una mujer joven enfrentando a dos compañeras con una mezcla perfecta de dignidad y seguridad. Cuando ella terminó de hablar, Alejandro sintió algo que hacía tiempo no experimentaba: respeto sincero.

La vio regresar a su lugar, con la cabeza en alto, y no pudo evitar sonreír levemente. Aquella muchacha no necesitaba que nadie la defendiera.

Ese día, Charlotte fue la última en retirarse del edificio. El sol comenzaba a ocultarse detrás de los palacios vecinos, tiñendo la fachada del palazzo de un tono naranja que reflejaba en los cristales. Caminó hacia la acera, revisando su bolso y consultando la aplicación del taxi. Estaba cansada, pero satisfecha.

Mientras esperaba, vio a Alejandro bajando con paso firme. Su abrigo gris oscuro se movía con precisión, y la corbata azul marino seguía impecable. La presencia del hombre era inconfundible, incluso desde cierta distancia.

—Señorita Rossi —dijo con tono tranquilo al acercarse—. Parece que espera un taxi.

—Así es, señor Montalbán —respondió ella, sin perder la formalidad que lo caracterizaba.

—Podría llevarla, si me lo permite .

—Me parece que sería mejor no aceptar ningún transporte ofrecido por mi jefe. —replicó ella —No quiero alimentar rumores innecesarios.

Él arqueó una ceja, divertido por su cautela y, a la vez, ligeramente impresionado por la manera en que Charlie manejaba la situación.

—Entiendo —dijo, cruzándose de brazos—. Aunque, si algún comentario llegara a surgir...estoy seguro de que sabrá cómo resolverlo usted misma.

Charlotte lo miró de reojo, sorprendida por la referencia sutil. Alejandro no necesitaba explicar más: había escuchado su enfrentamiento con Giulia y Paola, y su comentario dejaba claro que confiaba en su criterio. Por un instante, ella se sonrojó levemente, y luego recuperó su usual sonrisa desafiante.

—Ah, ¿lo escuchó todo? —preguntó, divertida—. Bueno, señor Montalbán, me alegra saber que al menos alguien reconoce mi talento para poner a las personas en su lugar.

Él esbozó una leve sonrisa, con un toque de ironía:

—No lo llamaría talento… más bien instinto de supervivencia. Y lo hizo de manera impecable.

Charlie rió, esta vez sin reservas. El sonido llenó la calle casi desierta, y Alejandro la observó con atención. Sus ojos reflejaban una mezcla de diversión y admiración discreta, aunque su postura seguía siendo impecablemente profesional.

—Está bien —dijo ella finalmente, con un gesto que mezclaba resignación y humor—. Admito que, después de todo, quizá aceptar su ofrecimiento no sería tan perjudicial.

—Entonces… —comenzó él, con un toque de satisfacción—, ¿me permite llevarla a casa?

Charlotte levantó una ceja y suspiró, fingiendo dramatismo:

—Solo porque no quiero que me acusen de tener “mala predisposición con el jefe”. Pero que conste que estoy haciendo esto estrictamente por protección personal.

Alejandro arqueó una ceja, divertido, y abrió la puerta de su auto. Charlotte subió, acomodándose con cuidado, y él cerró con un clic que resonó firme. El interior estaba silencioso y cómodo, con olor a cuero y madera pulida. Ninguno rompió la formalidad del trayecto, aunque la cercanía del vehículo y la luz de la tarde provocaban una sensación de complicidad apenas contenida.

—Debe ser extraño —dijo Charlotte, rompiendo el silencio—. Entrar en un lugar donde todo el mundo ya habla de ti antes de que digas una sola palabra.

—Es parte del trabajo —respondió Alejandro, con voz medida—. La política no es solo estrategia y cifras; también es percepción. Y la percepción a veces se forma antes de que uno tenga oportunidad de explicarse.

Charlotte asintió, mirándolo de reojo.

—Entonces, supongo que es bueno tener a alguien que sepa cómo manejar esa percepción… aunque solo sea para la apariencia.

Él sonrió apenas, sus ojos mostrando un atisbo de diversión:

—Exactamente. Y por eso su opinión será valiosa cuando se requiera.

Charlotte soltó una risa baja, genuina esta vez.

—Está bien, señor Montalbán… supongo que puedo permitir que me “rescate” de los rumores por esta vez. Pero solo por esta vez.

Él levantó una ceja, divertido, y la mirada que le dedicó era casi como un premio silencioso.

—Acepto las condiciones —dijo con calma—. Pero no me sorprenda si decide romperlas en algún momento.

Charlotte giró los ojos, fingiendo molestia, y luego se dejó llevar por la risa nuevamente. El auto arrancó suavemente, adentrándose en el tráfico de la ciudad. La luz dorada del atardecer se filtraba entre los edificios, y Charlotte no pudo evitar sentir una extraña satisfacción: había comenzado su primer día con desafíos inesperados y había salido adelante, manteniendo su independencia y su humor intactos.

Alejandro, al volante, la observaba de reojo, con la tranquilidad que lo caracterizaba, aunque con una chispa de curiosidad que hacía tiempo no sentía. Esa mujer, pensó, no solo estaba dispuesta a enfrentar cualquier rumor… sino que tenía la capacidad de poner a todos en su lugar sin levantar la voz. Y, por primera vez, Alejandro Montalbán sintió que, además de necesitarla para su imagen, empezar a conocer a Charlotte Rossi podría convertirse en algo… interesante.

Cuando el automóvil llegó a la esquina donde Charlotte vivía, la muchacha bajó, ajustando su bolso y dando un paso firme hacia la acera iluminada por la farola.

—Gracias por el viaje, señor Montalbán —dijo, con una mezcla de seriedad y diversión—. Prometo no abusar de su cortesía nuevamente…

—Será un acuerdo —respondió él, manteniendo la formalidad—. Hasta mañana, señorita Rossi.

Charlotte levantó la mano en un gesto de despedida, y mientras se alejaba, no pudo evitar sonreír para sí misma. Ese primer día había sido agotador, sí, pero también había sido un recordatorio de que incluso en un mundo lleno de formalidad y expectativas rígidas, la seguridad y el humor podían abrirse camino de manera inesperada.

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Suleima Dominguez Guzman
gracias Angeluz un súper capítulo
Mine Romero
Excelente novela 👏👏, me encanta, por favor nos puedes regalar más capítulos, muchas gracias
Marshaan Sanchez: por favor ya una pequeña tregua y que muestre un pequeño avance de acercamiento entre ellos un 💋 por muero de ganas leer un capítulo entero de pasiot😜🥰🤭
total 1 replies
Suleima Dominguez Guzman
gracias angeluz por cada capítulo cada día es más interesante me encanta tu novela
Suleima Dominguez Guzman
excelente novela súper recomendada
Suleima Dominguez Guzman
gracias angeluz por cada capítulo excelente novela me encanta lo engancha de una te felicito
Suleima Dominguez Guzman
felicitaciones autora muy linda tu novela me encanta cada capítulo es única
Suleima Dominguez Guzman
gracias autora por cada capítulo excelente novela
Mine Romero
Muchas gracias por actualizar y regalarnos tú enorme talento 👏👏😊😊
Marshaan Sanchez
está novela para mí me tiene de emoción en emoción y deseando que la imaginación de la escrictora haga su magia por favor ya no más me tiene de muerte lenta
Carmen Palencia
más capitulos por favor que está novela está súper emocionante
Nairobis Cardozo Portillo
🤭🤭🤭🤭
Nairobis Cardozo Portillo
Celos celos 😍😍
Nairobis Cardozo Portillo
❤️❤️❤️
Carmen Palencia
gracias por actualizar me encanta esta novela
Marshaan Sanchez
sin duda está novela tiene todo los elementos que le dan al lector todo los matices para vivir como propia cada momento que viven los personajes y anhelos de cuando ellos tenga un roce que encienda lo que se espera magia polémica me tiene cautiva en tu novela mi querida escritora 🥰
Sorany Quintero Bernal
🥰 No lo quiere aceptar pero ya se enamoró de ella pero puede más su orgullo y la arrogancia que aceptar que le gusta ella que está enamorado hasta los huesos me gusta mucho esta novela cada capítulo que leo me meto más en ella
Mine Romero
Muchas gracias por actualizar. excelente novela me encanta, por favor nos puedes regalar más capítulos 😊😊👏👏
Nairobis Cardozo Portillo
Alejandro Charlie te gusta admitelo 😍❤️😍
Nairobis Cardozo Portillo
❤️❤️😍😍❤️
Mine Romero
Excelente novela me encanta muchas gracias por actualizar 👏👏por favor nos puedes regalar más capítulos
Marshaan Sanchez: de cuerdo y mucho mas👏para ella en cada capítulo no deja ver y leer el talento que tiene son novelas que no quiere dejar de leer y espera un gran final jajajaja a hasta con hijos 😜🤭😂
total 1 replies
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