La Apuesta Y El Renacer

--- Emilia, Emilia, dijo la secretaria de Abraham, es señor abraham mandó por ti.

Emilia se puso demasiado nerviosa - ¿ qué querrá ese hombre conmigo? - le pregunto Emilia a la secretaria.

--- no lo se, Emi, es mejor no hacerlo enojar, hoy despidió a muchas personas.

--- lo se, también fui una de ellas, dijo Emilia con sus ojos llenos de lágrimas.

la secretaria no lo podía creer.

--- pero Emi, - ¿por qué te despidió a ti? Si tú siempre has hecho bien tu trabajo, jamás has llegado tardé. La secretaria todavía no podía creerlo.

--- según ese hombre, soy una madre soltera que no es capaz de dar el 100%, ya que mis hijas son un impedimento para trabajar y según el, yo voy a pedir permiso por puras estupideces y que mis niñas solo me harían dar el 99%.

--- Dios emi, no lo puedo creer, me dejas anonadada, ese hombre es un monstruo, como va a despedir a alguien solo porque es madre, ese hombre acaso - ¿no es un humano?.

--- al parecer en su mundo perfecto, nosotros solo somos peones y cuando ya no servimos simplemente nos despiden, mejor iré a ver que mierda quiere ese hombre, e iré rápido para no meterte en problemas a ti. Termina de hablar Emilia.

Ella llega y se para al frente de aquella puerta, respira un par de veces, y toca la madera esperando ese permiso que le indicará qué ya puede entrar.

--- adelante, se escucha la voz de Abraham, a Emilia esa voz la puso nerviosa, pero solo hizo lo que se le indicó y paso aquel espacio, donde trabaja su verdugo.

---señor aquí estoy, dice esta nerviosa, Abraham la miro fijamente y no entiende Como no la reconoció, si está igual, ella siempre fue hermosa, pero era muy estudiosa y eso a él no le gustaba, él en esos tiempos prefería a las mujeres más rebeldes, que les gustará el sexo sin compromiso ni complicaciones, y también le gustara mucho las fiestas, ( en pocas palabras las chicas fáciles). en cambio Emilia era todo lo contrario, le gustaba la tranquilidad, leer, y ser la mejor en sus clases.

---Siéntate Emilia, Necesito que firmes estos papeles, ella pensó que era su finiquito, pero grande fue su sorpresa cuando vio que era un nuevo contrato.

Abraham miró la cara de sorpresa de Emilia, Y entonces inmediatamente respondió.

--- revisé tu desempeño anteriormente, Y me di cuenta de que eres muy capaz, aparte hablé con tu antiguo jefe y me dio muy buena referencias tuyas, por eso decidí darte una oportunidad.

( lo de hablar con su antiguo jefe de Emilia, es totalmente Mentira, pero Emilia jamás sabrá eso, necesitaba una excusa para poder mantener a la madre de sus hijas al lado de él).

Emilia dio una radiante sonrisa, sonrisa que por cierto le encantó a Abraham y la encontró hermosa.

---¡ Oh! - muchas gracias señor, de verdad muchas gracias, Yo necesito mucho el trabajo, gracias por no despedirme y confiar en mí, Prometo no desilusionarlo y daré el 100% de mi capacidad, para que usted no tenga motivos para despedirme en el futuro.

--- Eso espero Emilia, eso espero, pondré toda mi confianza en usted, aparte recapacité y me di cuenta que no puedo despedir a una mujer que necesita el trabajo y es madre de 2 bellas niñas.

--- de verdad muchas gracias, agradezco la confianza. dijo esta tratando de terminar el tema de sus hijas, Aunque sabe que Abraham no la reconoce, Pero es mejor prevenir, que lamentar. - ¿no es así? - pensaba Emilia.

Antes de que Emilia saliera de aquella oficina, Abraham le hace una pregunta que literal aceleró el corazón de la pobre mujer.

--- Cuéntame Emilia - ¿qué edad tienen sus niñas? - ¿cómo se llaman? - Me podría mostrar una foto de ellas o - ¿es mucho pedir?, pregunta Abraham haciéndose el tonto, era como preguntar a un empleado por su vida, o por lo menos eso trató de aparentar.

Disculpe si soy muy invasivo con mis preguntas, pero me gustaría llevarme bien con mis empleados, por eso aquellos que sean padres les haré las mismas preguntas que a usted, Este se defendió automáticamente para que ella no se dé cuenta que el ya sabe quien es ella, y también sabe su secreto.

Emilia confiada que él no la reconoce, y menos sabría que las niñas son de él, lo único que no hará es mostrarle las fotos, porque Lamentablemente son un retrato de él.

Emilia sonríe y empieza a hablar. - mis niñas son unas personitas adorables, con un corazón enorme, aman jugar, aman a ser amigos, les carga las injusticias, ellas ya van a cumplir 11 años, ya no queda mucho, Siempre se han tapado la una a la otra, por ejemplo si una se manda una embarrada, la otra la ayuda a tapar aquella travesura, para que yo no me enteré, son súper unidas, Dios son hermosas, Son preciosas mis niñas, con sus pelitos negritos, sus bellos ojitos color miel, Emilia en un momento se encontró sonriendo, eso siempre le pasaba cuando hablaba de sus hijas, mi niñas son tan bellas, son igual a su p... Y antes de terminar la palabra ella cerró la boca automáticamente.

--- Lo siento señor, siempre cuando hablo de mis hijas me pasa esto, me excedí, Bueno yo me retiro, Muchas gracias por esta oportunidad y prometo dar lo mejor de mí. dijo Emilia antes de salir literalmente corriendo de aquella oficina.

Lo que Emilia no sabía es que dejó a un Abraham con el corazón latiendo A mil por hora, ya que ella estaba describiendo a sus hijas y ella iba a decir que las niñas se parecían a él.

(-¿ cómo es posible que esté enamorándome de dos personitas que aún no conozco? - pero el hecho de saber que existen ya me hacen amarlas, y solamente quiero conocerlas, y protegerlas de quien sea, incluso protegerlas hasta de mí mismo).

--- se parecen a mí, sé que se parecen a mí, ya que tú lo ibas a decir Emilia, pero te callaste a darte cuenta que dirías que se parecen a su padre, Dios no lo puedo creer, No puedo creer que tengo dos hijas de Casi 11 años, por mi estupidez de juventud Perdí todo, perdí ver el vientre de Emilia crecer, donde crecían mis hijas, me perdí verlas nacer, me perdí ver cómo le salían sus primeros dientes, me perdí cuando empezaron a dar sus primeros pasos, también me perdí cuando empezaron a decir sus primeras palabritas, por ser un imbécil me perdí 11 años de la vida de mis hijas. Abraham se tocaba la cara y el pelo de frustración, al pensar todo lo que tuvieron que haber sufrido Emilia y sus niñas, mientras él se daba la gran vida de soltero, entre mujeres, alcohol, parranda, viajes, gastando dinero por montón, mientras la bella Emilia tenía que trabajar embarazada, para comprar las cosas de sus niñas.

--- Dios soy un maldito hijo de perra, no tengo perdón de dios ni de las niñas, - ¿ Cómo haré para recuperarlas? Este no se dio cuenta de que lloraba, hasta que sintió lágrimas que salían de sus ojos y mojaban su rostro.

--- carajos, qué patético soy. se dijo así mismo.

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En eso suena el teléfono de Emilia, y esta se sorprendió, ya qué era del colegio de las nenas..

--- ¿¿Quee?? Debe de estar muy equivocada señorita directora, mis niñas jamas se han involucrado en una pelea, No se preocupe iré inmediatamente para allá, Muchas gracias por informar.

Abraham escuchó esa conversación y sin pensar en nada le dijo a Emilia.

--- vamos yo te llevo, me das la dirección del colegio, está obviamente por lo preocupada que estaba simplemente le dio la dirección a Abraham y este empezó a conducir, inconscientemente y sin que Emilia se diera cuenta, Abraham por primera vez en su vida, estaba preocupado por otra persona, que no fuera él, y sin conocerlas a un, él estaba preocupado por sus hijas, lo único que quería era llegar e ir directamente a ver qué sucedía con las pequeñas..

Continuará....