A veces, la vida nos juega una mala pasada. Nos hace probar el dulce néctar del amor, para luego arrebatárnoslo como si fuera una burla. Ésta historia le pertenece a ellos, aquéllas dos almas condenadas a amarse eternamente, Ace e Isabella.
—¿Seguirás amándome en la mañana?.
—Toda la vida, mi amor...
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Capítulo 6
Él me observó con sorpresa.
—¿El amor de tu vida? ¿Dices que soy idéntico al amor de tu vida? –Indagó–.
—Sí, es lo que digo. –Afirmé–.
—¿Esa es tu forma de coquetear conmigo? Porque debo decir que es muy pobre. –Declaró, haciéndome fruncir el ceño–.
—¡No estoy coqueteando contigo! –Me quejé–. Además tienes novia. –Murmuré, aún dibujando en mi libreta–.
—Entonces, si no tuviera novia sí coquetearías conmigo, ¿Eso estás diciendo? –Preguntó, observándome–.
Me tensé.
—¡Claro que no! –Hablé en voz alta, llamando la atención de todos en la clase–.
Rápidamente cubrí mi boca con mis manos, poniéndome roja de vergüenza.
—Señorita Davinia, ponga atención en la lección, por favor. –La voz de profesor, regañandome–.
Asentí.
—Pido disculpas, profesor. –Dije avergonzada, y pude oír a mi esposo riéndose a mi lado–.
Lo observé molesta.
—¡Todo es tu culpa! –Lo regañé en voz baja y él siguió riendo–.
No podía estar enojada con él.
Había extrañado tanto su risa, que si se reía de mi, bienvenido sea.
—Vamos, no puedes culparme. Tú fuiste la que gritó –Respondió Ace, riendo–.
—Eres un mocoso. –Me quejé–.
—Un mocoso guapo. –Afirmó él–.
—Entonces... –Una voz femenina nos sacó de nuestra burbuja–. ¿Quién es éste chico, Isabella? –Cuestionó Lisa con una sonrisa maliciosa–.
—¿Es tu novio? –Intervino Yazmín, sonriendo–.
Estaba tan absorta en mi esposo, que olvidé que mis amigas estaban aquí.
—N-No... –Negué–. En realidad no sé quién es. –Declaré con calma–.
—Ah, ¿No? ¿Y por qué están tan pegados, eh? –Indagó Joshua–.
No me había dado cuenta de lo juntos que estábamos mi esposo y yo.
—B-Bueno yo... –Intenté hablar pero no supe que decir–.
Mi esposo notó ésto y respondió.
—Soy Ace, Ace Darrell. Y no, no nos conocemos. En realidad es la primera vez que hablamos. –Informa–. Y no, no soy su novio. –Declaró–.
«No, no es mi novio, es mi esposo»
Eso es lo que pensé, pero obviamente no podía decir eso.
—Sí, acabamos de conocernos. –Comenté–.
—Ya veo. –Lisa asintió–. Bueno, nos vamos a ir a almorzar, ¿Vienes con nosotros, Ace?
—Me encantaría pero debo ir a ver a mi novia. –Dijo, rechazando la oferta–.
Mi corazón se rompió al escuchar sus palabras, y un brote de celos llenó mi cuerpo.
Pero no pude decir nada.
No podía hacerlo.
Porque el Ace que fue mi esposo, ya no estaba.
Ahora estaba éste Ace, el chico que es novio de Angélica.
Me dolía como el infierno.
Pero, no importaba. Iba a esperar.
Incluso si Ace se quedaba con ella, no importa, el simple hecho de verlo vivo y cerca de mi, es suficiente.
—Bueno, quizás la próxima. –Respondí con calma–. Fue un placer Ace. –Me despedí, dirigiéndome hacia el comedor, seguida de mis amigas–.
—Es un chico sexy. –Declaró Yazmín–.
—No hace falta ni que lo digas. –Comentó Lisa–. Un chico sexy... Al que nuestra Isabella no podía dejar de mirar. –Se burló dándome un golpecito en la costilla–.
—Ah, callense... Es atractivo, ¿De acuerdo? –Admití–.
—Claro que lo es. Y al parecer, le caíste bien. –Informó Lisa con una sonrisa burlona–.
—Si, estaba muy pegado a ti. –Intervino Joshua–. Demasiado para un chico con novia. ¿Quién sabe? Quizás le gustas.
«Claro que le gusto, ese hombre es mi esposo en otra línea temporal»
Pero no podía decir eso.
—No digan tonterías. Ace tiene novia y una muy bonita. –Les recordé–.
—Sí, pero eso no quita que en algún momento puedan romper. –Dijo Martha–. Además, sólo estamos diciendo que es guapo. No es como si fueras a robarle el novio a otra chica.
«Bueno...»
—No, no, por supuesto que no. Yo no hago ese tipo de cosas. –Remarqué–.
Todos fuimos a almorzar.
Pasamos un rato tranquilo, lleno de burlas y risas.
Fue maravilloso volver a estar con todos ellos. Incluida Yazmín.
Ni si quiera sé porque me caía mal en la primera línea temporal, en realidad es muy amable y divertida.
Mirando hacia atrás, y comparándolo con éste nuevo presente, pude notar cosas que antes no.
Cómo por ejemplo, Lisa y Joshua, tienen una química increíble. Cosa que en el pasado no noté.
Saber que estuve rodeada de personas maravillosas y no las valoré, hace que mi corazón duela.
Pero no volverá a suceder.
No los alejaré de nuevo.
Tomaré lo que es mío, así me cueste la vida.
Han pasado dos meses desde que viajé al pasado.
Tenía el plan de seducir a mi esposo y alejarlo de Angélica pero, no pude.
Nunca podría hacer algo tan inmoral.
No soy ese tipo de mujer.
Así que decidí esperar, esperar al día que ellos terminen su relación.
Ace y yo a veces hablamos, aunque últimamente no lo hacemos.
Cada que me ve, se aleja. Y, cuándo no hace eso, está mal humor.
Decidí enfocarme principalmente en mis amigos, estudios y en disfrutar de la juventud que perdí hace años.
Aún así, siempre estoy pendiente de Ace. Porque después de todo, vine aquí por él.
Una mañana me encontraba en clases, haciendo unas tareas, cuándo siento que alguien se sienta a mi lado.
Al voltear, veo a mi esposo.
—¡Ace! –Sonreí con alegría al verlo–
Hace varios días no lo veía, y lo extrañaba.
—¿Dónde estabas, eh? ¡Te echaba de menos! –Sonreí, observándolo, pero él no respondió–.
Ni si quiera me miró.
—¿Ace...? –Hablé en voz baja–. ¿Estás bien...? Ha pasado tiempo y...–
—No me hables. –Dijo él, interrumpiendome–.
Jadeé con sorpresa.
—¿Qué...? ¿E-Es algún tipo de broma? –Sonreí con nerviosismo–. Estás bromeando como siempre, ¿Verdad? –Indagué, anhelando con todo mi ser que fuera una broma–.
Ace levantó la cabeza, y sus hermosos ojos color miel se posaron en los míos.
Me observó con frialdad y lo supe.
Supe que no estaba bromeando.
—Ace... ¿Hice algo mal...? –Pregunté con preocupación– Si cometí un error, lo siento mucho... –Extendí mi mano, intentando tocarlo, pero él se apartó de mi tacto, observándome con molestía–.
Me paralicé.
—No me toques. Y no me hables. –Repitió, observándome molesto–.
Siento cómo un nudo se forma en mi garganta, y mi vista se nubla porque las lágrimas llenaron mis ojos.
Asentí levemente sin mirarlo.
—E-Está bien... –Murmuré, juntando mis cosas y saliendo rápidamente de la clase–.
Me metí dentro del baño de mujeres a llorar.
¿Qué hice mal? ¿Por qué me habló así?
Mi Ace... Él nunca me había hablado así antes.
Lloré por quién sabe cuánto tiempo.
Cuándo salí, la clase había terminado, y el salón estaba vacío.
Regresé a mi casa.
Me dolía la cabeza de tanto llorar.
Tenía los ojos rojos e hinchados.
Pero lo que más me dolía, fue el odio en los ojos de mi esposo.
Él no es Ace.
Sé ve cómo Ace.
Habla cómo Ace.
Camina como Ace.
Pero no es Ace.
Porque Ace nunca me hubiera tratado así.
cuándo escribes la segunda temporada,?😘
gracias
👏✨💖✍💖✨👏
Me encantó la resurrección final de ambos siendo felices.
¡Felicitaciones, estimada escritora!
👏✨💖✍💖✨👏
Llegué a pensar que, más allá del reloj y su magia gitana, Isabella era la anatema de Ace y por eso no tenían si 'felices por siempre'..