Mi Querido Esposo

Isabela paso los siguientes tres días en su habitación, su madre le invento a su padre que estaba resfriada, Marina también la había llamado, pero le dijo que no podía ir al viaje pues tenía una entrevista de trabajo, esto último era verdad y le vino como anillo al dedo, pues ya no tenía que inventar excusas, su madre no le había dirijo la palabra solo se había limitado a mírala con desaprobación.

Esta mañana finalmente había salido de la cama para ir a su entrevista, se había postulado para ese trabajo hace una semana, finalmente la habían llamado, le tomo horas elegir que ponerse, finalmente opto por una falda tipo tubo color negro, que combino con una camisa blanca y unos tacones del mismo color que la falda, se recogió el cabello en una cola de caballo, y se maquillo un poco para ocultar sus ojeras, se puso un labial no muy llamativo y salió de la habitación.

-¿A dónde vas? – pregunto su madre

-tengo una entrevista de trabajo

- en serio, vaya más te vale que sea una buena empresa, no se te ocurra volver a decepcionare – y volvió a la cocina.

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Más tarde salió de la empresa bastante satisfecha, sentía que le había ido bien así que pensó comprar más ropa formal, así que en lugar de ir a casa se iría de compras y de paso buscaría algo que comer en el centro comercial.

Se puso unos zapatos más cómodos que traía en el auto y se dispuso a ir de compras, eran cerca de las 7 de la tarde y ella seguía de compras pues casi no tenia ropa que fuera apropiada para trabajar, moría de hambre era hora de buscar que comer pero primero debía ir al baño.

Saliendo del baño se encontró con el chofer de Alexander soltó un grito y tiro las bolsas piso,

-lamento asustarla, señorita Villanueva, pero mi jefe quiere verla, le voy a pedir que por favor venga conmigo – tomó todas sus bolsas y comenzó a caminar, sin dejarle otra opción más que seguirlo.

Entraron a una tienda de lujo, cada prenda en ese lugar podía valer miles, lo cual a ella le parecía demasiado, le gustaba vestir bien pero no solía frecuentar tiendas donde podía comprar una o dos prendas, por la misma cantidad que podía comprar un conjunto completo.

Alexander estaba sentado en uno de los sofás de la tienda con una copa de algo que al parecer era champaña, y le decía algo a una de las empleadas esta no disimulaba ni un poco que lo estaba desvistiendo con la mirada, Alexander era un hombre increíblemente atractivo era normal que las mujeres lo vieran de esa manera.

-siéntate Isabela, ignoraste mis llamadas así que no tuve otra opción que mandar por ti

-puse mi celular en silencio, para mi entrevista

- lo sé, pero después me ignoraste apropósito

- lo siento creí que era mi ex novio a veces llama de números desconocidos- Isabela no sabía cómo se entero que rechazo la llamada apropósito, acaso la había mandado vigilar, el solo pensamiento de que eso fuera real le erizo la piel

Alexander se puso de pie – dame tu celular – dijo estirado la mano hacia ella

Ella lo saco de su bolso y se lo dio – debiste cambiar tu numero, cuando cambiaste de teléfono, tomo su propio celular y marco un numero, el teléfono de Isabela empezó a sonar, y el colgó y después se lo devolvió- no vuelas a ignorar mis llamadas, no me gusta que ignoren, de igual manera este mi numero privado, si necesitas contactarme –

Isabela lo tomo y lo volvió a guardar, - por esta vez lo voy a dejar pasar, pero que no vuelva a suceder- comenzó a caminar por la tienda y volvió con un vestido – pruébatelo, es de tu talla – y se lo entrego

-¿Cómo es que sabes mi talla?-

-¿de verdad quieres que te diga? – El tono en el que lo dijo, le dio a entender que lo mejor era no preguntar – apúrate que llegamos tarde a cenar.

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El vestido que Alexander había elegido para ella, era bastante bonito, pero Isabela temía arruinarlo había visto el precio y valía una fortuna, la había llevado a un restaurante de comida italiana, el dueño los había atendido en persona, este lugar era pequeño, y bastante intimo, ella jamás había oído de él pero al parecer había personas que esperaban meses para comer aquí, después de probar la comida lo entendió, era los mas delicioso que había probado en su vida.

Después de comer Alexander hablo un poco con el dueño y salieron del restaurante, eran casi las nueve, el viento afuera del lugar, era bastante frío.

mientras esperaban a Frank, para que vinera a recogerlos, se dio cuenta de que Isabela temblaba de frío, así que se quito el saco y se lo puso encima para abrigarla, de reojo vio que la pareja que estaba esperando entrar al restaurante, los estaba mirando sin disimular, así que aprovecho la situación y beso a Isabela tomándola por sorpresa, fue un beso corto apenas un roce de labios, pero había logrado la reacción que quería.

-dijiste que hablaríamos- dijo ella dando un paso atrás

- sí pero no aquí, no quería arruinarte la cena

- entonces supongo, que no hablaremos de cosas agradables-

-eso depende de cómo tomes lo que voy a decirte – en ese momento llego Frank con el auto, e interrumpió la conversación, así que se subieron, y se fueron del lugar.

-podemos hablar ahora debo ir a casa -

Alexander no le respondió solo le paso unos documentos

-¿Qué es esto? – Isabela lo abrió era un expediente médico, y el nombre en el era el de su padre, Isabela comenzó a hojear los documentos, pero había una frase que llamo su atención, Aneurisma cerebral

-¿de cuándo es esto?, ¿esto es real, porque lo tienes tu?, respóndeme -

- de hace una semana, lo tengo yo porque tu padre vino a verme necesita cirugía, quería saber si nuestro seguro lo cubre -

-¿lo hace? – Isabela había comenzado a temblar

- no, solo cubre gastos médicos, no la cirugía en sí -

Isabela comenzó a llorar, Alexander odiaba tratar, con personas que lloran

-puedes callarte y escucharme, Frank detén el auto- se bajo, se dio la vuelta y la bajo ella de un jalón

-¿Qué hace? -

-cállate y escúchame, tu padre necesita cirugía, el seguro no cubre todo, es una cirugía peligrosa ¿lo sabes verdad? va a necesitar al mejor medico, y el mejor hospital para reponerse, eso cuesta una fortuna, tu no eres tan tonta para saberlo, yo puedo encargarme de todo pero eso depende de ti, te voy a ofrecer un contrato si tu lo firmas, y accedes a todo lo que dice, yo me voy a encargar de que tu padre sea atendido por los mejores - Isabela lo miro sin saber muy que estaba pasando.

-Te doy 48 horas para decidirte - continuo diciendo él - tienes, mi número llámame cuando tomes tu decisión, es la vida de tu padre Isabela no lo pienses demasiado- después se subió al auto y se fue.

La habían dejado a dos calles de su casa, Isabela entro con cuidado no quería hacer ruido, llego a su cuarto, y se metió en la cama tal y como estaba vestida, no había pasado ni media hora cuando comenzó a recibir mensajes, busco su teléfono para apagarlo, pero ver tantas notificaciones y mensajes llamo su atención, así que abrió una y se encontró con varias fotografías de ella y Alexander saliendo de cenar, Isabela tomo su laptop y comenzó a revisar las redes sociales, una influencer lo había publicado en su perfil, al parecer la chica y su novio, eran la pareja que estaba en la entrada cuando ellos salieron del lugar.

Tenía miles de comentarios y había sido compartido cientos de veces, se puso a leer algunos, todos querían saber quién era la de las fotos, y no podían creer que él fuera tan descuidado, siendo que era alguien que protegía tanto su vida privada, incluso se había llegado a rumorear que no le gustaban las mujeres.

La mayoría de los comentarios eran de mujeres, que querían saber quién era la afortunada, que se ganó la atención de un hombre tan frío.

Isabela salió de la publicación y fue a revisar sus propios mensajes, eran de algunos amigos que al parecer la reconocieron. Todos le preguntaban, si de verdad era ella, otros le cuestionaban lo rápido que superó, a Alan.

Entre sus ex compañeros ya se había corrido el chisme, de que su ex fue infiel, así que no faltaron los que la felicitaron, por cambiarlo tan rápido, por otro mucho más atractivo, y además millonario.

Molesta, cerró la computadora y la arrojó a un lado, busco en su cómoda, unas pastillas para dormir, se tomó una, quería olvidarse de esta pesadilla.

¿Por qué tuve que conocer a este hombre pensó?, la pastilla le estaba comenzando a hacer efecto así que se tapó con su manta y se quedó dormida.