La Duquesa Abandonada

Aina viene aburrida en el carruaje, el viaje es largo y pesado, Luciel nunca ha visitado la capital desde que nació.

-Aina que tienes?

-Me duele todo, esto es muy incómodo.

-Jaja falta poco, no te preocupes.

-Tú vas a caballo y estás acostumbrado, yo siento que voy a morir.

Dunkan solo ríe, afortunadamente falta poco para llegar, al entrar a la ciudad un mensajero va al palacio, ellos van a las afueras.

La mansión es grande y bonita, Aina al bajar se estira, el mayordomo los recibe y los hace pasar, Luciel es el más emocionado, quiere conocer la ciudad, su padre le prometió llevarlo.

-Majestad por favor entre

Dunkan sabe que el padre de Aina obviamente lo apoya a el, todos sus empleados siempre lo han llamado así, él no piensa discutir con su suegro, más ahora que tienen que hablar seriamente.

-Gracias.

-Majestad, el pequeño príncipe es igual a usted, lo felicito.

-Señor yo no soy un, pri...

Aina le tapaba la boca para que no dijera nada, ya que llegaron a la sala, le explicó por qué le dicen así.

-Mama, pero no lo soy.

-Luciel, sabes que hay dos fracciones en el reino verdad, te lo explico Nani, aquí donde hay mas nobles, algunos te dirán así, tu solo contesta con respetó y no entres en la conversación, si insisten te retiras, como te enseño nani.

-Bien, así lo haré.

-Oh! Por los dioses, Aina, que hermosa estás.

-Padre... Yo...

El duque solo la abraza, hace más de dos años que no la ve, ahora ella no lo ve con odio, su semblante es otro.

-Me alegra que estés aquí, bueno que estén todos aquí, Dunkan, gracias por cuidarla, me alegro que estes bien.

-Gracias.

-Pero vamos al jardín les he preparado una gran comida, ven pequeño príncipe.

-Gracias duque.

-No me digas así, puede decirme abuelo, también vendrá tu abuelo Daniél, el está en el palacio.

-Puedo decirle así? Gracias.

Luciel no puede creer que el duque le permita llamarlo abuelo, no puede estar más contento, él le cuenta al duque como fue su viaje, durante toda la comida ambos platican, Aina y Dunkan solo sonríen al ver a Luciel muy contento, después de un rato Luciel va con su niñera a descansar.

Aina y Dunkan pasan al despacho, quisieran tener más tiempo para platicar, pero ahora hay cosas más importantes.

-Pero como fue posible eso, Dunkan debiste decirme.

-Bueno la verdad nunca supe del contenido de sus cartas, usted seguía escribiendo normal, jamás me imaginé que las cartas que usted mandaba no eran entregadas, pido disculpas, debí poner más atención.

-Padre, has averiguado dónde está Layla?

-No, Dunkan, tu mayordomo está en el hotel, mis hombres dicen que la ha buscado, pero no la encuentro por ningún lado.

-Lo mandaré a llamar también por qué sospechamos de ella en otra cuestión más delicada.

Dunkan le cuenta al duque lo de su sospecha con la relación de la muerte de su esposa, Aina le dice lo que pasó con Luciel, incluso que Larisa llegó al ducado, de ella no saben nada, con todo esto llegan a la conclusión de mantenerla vigilada.

-Todo esto se debe investigar, lamentablemente si Larisa no confiesa será difícil acusarla.

-Eso lo se, necesitamos encontrarla, el duque Andrew estará enojado si lo sabe.

-Primero debemos encontrar a esa mujer, decirle al duque sería muy difícil si ella no está, debe confesar.

Aina va con Luciel quien la llama, él quiere ir a pasear, pero ella le dice que lo llevará al otro día, el viaje fue largo y debe descansar.

En el despacho se quedó Dunkan con su suegro.

-Señor, quiero que sepa que realmente la amo, le he prometido que la protegeré a ambos.

-Me alegro, ella cuando se fue me maldijo, quise ir a verla, pero sus cartas decían que no quería verme, debí haber ido.

-Yo también debí poner más atención, ahora sé que nunca debí dejarla así, solo me alegra que ella esté bien ahora

-Dunkan, tú eres un gran hombre, gracias por quererla, ahora tengo que decirte algo, la emperatriz sospecha del Rey, no hemos encontrado ninguna prueba en su contra, ella quiere el divorcio y no hay manera de que se lo den.

-Que? Sé que él nunca me ha querido, pero señor eso es traición, yo no quiero la corona, Kiram es el príncipe heredero.

- Eso puedes decirlo tú, aun así tú eres él legítimo heredero, eso no lo puedes borrar, tu aspecto, incluso tu hijo, son de cabello blanco, con magia heredada de padre a hijo, aunque no quieras eres para el una amenaza.

-Incluso renuncié a mi título de príncipe, por qué sigue con eso, ahora tengo a Luciel, a Aina, ellos son mi familia, no dejaré que nadie los amenace, si él quiere problemas, yo no me quedaré tranquilo.

-Si él ataca, no te importa que Kiram quede en medio del conflicto.

-Si hay que decir, decido defender a mi familia.

-Bien, yo te represento en el congreso, diré tu postura y reafirmaremos la lealtad a la emperatriz, les advertire que nada puede pasarle a Luciel, ni a Aina, mucho menos a ti.

-Gracias.

-También debes saber que se hará un compromiso con Greta de Andrew y Kiram, eso le dará estabilidad a su posición, aunque el duque Andrew te apoye a ti.

-Él me apoya por Luciel, quiero pedirle que si algo pasa se lleve a Aina y a Luciel, el duque Andrew es honesto y también puede proteger a mi hijo.

-La joven ha aceptado, será rápido, los nobles piden una princesa, sobre todo un heredero, tal vez si nace un niño el rey desista de sus planes, los que sea que tenga.

-No puedo creer que Greta se vaya a casar con él, jeje sinceramente no sé aquí de los dos compadezco, Greta es especial, tiene un carácter difícil.

-Eso está bien, Kiram necesita a alguien fuerte que no pueda ser manipulado, ella es muy lista y sabrá hacerlo.

Ambos ríen y se ponen de acuerdo en que deben hacer, mientras en el palacio la emperatriz ya sabe de la llegada de Dunkan, al mismo tiempo un caballo sale del castillo junto con un caballero.

Él es Kiram que quiere hablar con Dunkan, solo espera que no lo corra, debe decirle lo que sabe, debe pedirle perdón.