EL PESO DEL AMOR #EllaMayorQueÉl

#ESTEBAN

Senti que nada me salia bien, que la suerte estaba en mi contra. Creci en una familia bien acomodada, económicamente, pude elegir estudiar lo que me gustaba. Decidí seguir los pasos de mi padre, al menos asi estar cerca de él. Porque no eramos la familia prototípica que el papá, la mamá y los hijos comen juntos en la misma mesa, que siempre van a los actos escolares todos juntos, que siempre festejan los cumpleaños en familia. No, no eramos asi, mis padres eran oficiales, comia solo, estaba casi todo el tiempo solo, hasta que mi madre se jubiló antes de lo previsto por agotamiento cerebral, por tanto trabajo, más bien, no aguanto ver tanta sangre, tantos muertos por accidentes, balaceras y ella al trabajo de escritorio no lo llevaba bien tampoco, por lo que solo se jubilo.

Al ser parte de las fuerzas creí poder compartir algo con mi padre, pero solo fue una ilusión, nuestras ocupaciones nos llevó por caminos diferentes. Lo que romántice en mi cabeza de ser oficial, de vestir uniforme azul, resultó ser mas pesado de lo que parecía.

Quería estar con Ella, verla, pero no podía, tenía guardias largas y terminaba muerto del cansancio, llegaba a casa con solo una idea acostarme a dormir, pensaba llamarla, mensajearle, pero ni bien tocaba la cama, me quedaba dormido y al despertar nuevamente la misma rutina.

Tenía mensajes y llamadas de ella, que cuando estaba por responder algo surgía, si le iba a responder los mensajes me quedaba sin batería, parecía que el universo estaba en contra de que podamos contactarnos. No soy de cree en eso, pero por todo lo que pasaba, empezaba a desconfiar que podía ser cierto.

Cuando por fin tuve un respiro, estaba a punto de llamarle y mi madre me llamó, hubo un incidente en la casa, su voz se escuchaba rota, no dijo mas, por lo que deje todo y fui a verla.

El incidente fue que la supuesta amante de mi padre, con la que él aseguro jamás estar, le llego en la casa a mi madre, exigiéndole que se divorcie de él, que por ser una vieja egoísta no podían ser felices, se cruzaron palabras. Esa mujer ataco a mi madre, pelearon y mi madre se defendio como pudo, saco fuerzas de donde no tenia, la empujo alejandola para que no la lastime, esa mujer tambaleo, cayo hacia atras golpeandose la cabeza. Lo demás no es necesario describir, al llegar ella estaba sentada en la cama, y esa mujer estaba en el piso, tendida con un charco de sangre bajo su cabeza. Todo lo rompible estaba hecho añicos contra el piso, los portaretratos dispersos con el vidrio roto.

-¿Qué paso aquí? Llego mi padre.

-¡ESTO ES TU CULPA! ¡MIRA LO QUE OCASIONASTE POR NO PONER FIN A TODO ESTO! Lo increpó furioso.

-No- No quise hacerlo... Me quiso atacar con el vidrio roto... Me defendí. Mi madre hablaba muy nerviosa, tartamudeando.

Observe en la mano de esa mujer un vidrio que sostenía con fuerza y le hacia sangrar la mano.

-NO ES TU CULPA MA, ELLA TE ATACO EN TU DOMICILIO, EN TU CASA, TU NO LA BUSCASTE. Le digo abrazándola para calmarla.

Mi padre se sento tomándose la cabeza, mirando todo, como ido, como si no reaccionara a lo que pasaba en ese momento.

-JAMÁS ENGAÑE A TU MADRE... ESTA MUJER ESTABA OBSESIONADA, ENFERMA, NO DEJABA DE MOLESTAR... POR LO QUE ME ALEJE, POR ESO ACEPTE ENSEÑAR LEJOS, PARA NO TOPARME CON ELLA. Por fin mi padre hablo en un suspiro pesado y agobiante.

-LE HABRAS DADO MOTIVOS. Le dije molesto.

-NO ES ASI. Respondio enérgico incorporandose amenazante apuntando su dedo indice hacia mi.

-¡CALLENSE! ¡YA BASTA! ¡NO DISCUTAN! Grito mi madre llorando. -¡LLAMEN A EMERGENCIAS! QUE LA SAQUEN DE AQUI, MANCHA MI ALFOMBRA. Señaló con la mano temblorosa.

Se llamó a emergencias, se hizo las denuncia, como nadie sabía de esa historia de mi padre y esa mujer, se presentó como que era una, que al creer la casa vacía entró a querer robar, atacó a mi madre y ella se defendió.

Los peritos constataron lo declarado al encontrar forzada la puerta trasera.

Mi madre declaró que ella en ese momento estaba en su cuarto alistándose para dormir, que no se percato de la intromisión de esa mujer hasta que la tuvo de frente y la atacó amenazante con ese vidrio que tenía en la mano.

Me quedé a acompañar a mi madre, no quedo bien después de lo ocurrido, tenia terrores nocturnos, se despertaba agitada, gritando.

Esa mujer quedó en coma, no murió, pero tampoco despertaba, sufrió un fuerte golpe en la cabeza, le tuvieron que operar. Si llegaba a despertar le tocaría una larga condena por meterse a un domicilio, atentar contra la vida de mi madre.

Dormi junto a mi madre, sosteniendo su mano, a mi padre no lo podía ni ver. Él andaba por la casa, rondaba como sabueso cuidando todo. Mando a instalar cámaras, tarde diría yo, ya mi madre quedo afectada por lo sucedido, no era la misma, tomaba calmantes de todas clases. Perdió su brillo singular.

En mi trabajo entendieron la situación, me dieron licencia, mi padre se iba a su trabajo y regresaba a casa, como nunca, ahora se mostraba interesado. Se ocupaba de que venga una a limpiar una vez a la semana. Encargo viandas. Todo para no molestar a mi madre. Tarde, eso debió hacerlo hace años, cuando ella se retiro por el agotamiento psicológico que sufrió por su trabajo.

De Ella no volví a saber mas nada, no me volvió a tratar de contactar de ningún modo.

"Se habrá enojado"

"Tal vez sea mejor asi"

Trate de convencerme.

Paso un mes, mi madre por fin salió de su cuarto, la lleve a tomar aire, jugué una partida de cartas con ella, como lo hacia cuando era pequeño, recreo actividades que hacía mi madre conmigo cuando era mas chico, de ese modo trataba de que se sienta mejor.

El clima era agradable, soplaba un viento suave fresco, el sol brillaba, pero no estaba muy fuerte, algunas nubes cruzaban el cielo.

"Esta proximo a llover" Escuche que mi madre dijo.

Después de muchos días volvió hablar.

"Si, te acuerdas que con este clima comíamos torta a la parrilla" Le digo

"Con mate de leche y coco" agregó ella.

Mi padre que se mantenía a una distancia escucho la charla, indico a unos empleados que en ese momento cortaban las ramas de los árboles, que junten las frutas de los cocos.

Mi madre se incorporo, nos dirigimos al sector donde tenia una horno de barro, con la mesada para aportallar las cosas, estantes para los platos y donde guardar la leña.

Ambos preparamos la torta, ella le puso mucho queso, después de mucho sonrio.

Cuando me senti aliviado llame a Ella, para poder explicarle lo sucedido. La verdad que no podía olvidarla, por mas que trate, pero no me dio su número, me salia que estaba fuera de línea, por lo que use el teléfono de la casa para llamarle al fijo, mi corazón latía acelerado con temor de que atienda su padre, pero no, nadie respondió.

Suspire pensando que ojalá este bien, no podía dejar a mi madre, ella me necesitaba.

-Tratas de comunicarte con una novia. La escuche a mis espaldas, me recorrió un frio por ser descubierto.

-No, nada de eso ma. Le respondí.

-Me gustaría que me presentes una, me sentiría mas tranquila saber que tienes quien te espere y quiera de verdad. Me dice mi madre.

-Por el momento no hay nadie. Le respondi.

En ese momento escucho que mi padre habla.

-Eres muy amable al venir.

-Espero no le moleste que traje a mis bebes. Era la voz de Ella.

-CUANDO ME DIJO QUE VENIA AQUI, VINE CON ELLA. Era la voz de su padre.

-Son bienvenidos, pasen, ire a ver a mi señora e hijo. Le anunció mi padre.

Me sentía nervioso, estaba vestido de remera y una Bermuda, entre casa por decirlo, mi atuendo era completado con un par de alpargatas gastadas, que pisaba en el talón, tenia barba de unos días, mi cabello peinado al viento. Ella jamás me vio asi, siempre estuve bien prolijo, con el uniforme, afeitado, mi cabello fijo en su lugar con gel, perfumado y mis botines brillosos como espejo.

-Querida, vino el comisario Sóla con su hija y sus nietos. Se aproximo mi padre a anunciar.

-Voy a ponerme presentable, dijo mi madre nerviosa tocando su cabello.

En eso los bebés de Ella se aproximaron caminando tomados de la mano.

"Hola"

"Ella es mi hermana" La voz dulce de su niño saludo a mi madre pasando su manito y estirando a su hermana que se la ve mas tímida.

-Hola, que hermoso son. ¿Cómo te llamas? Le pregunto.

-Yo voy a cumplir asi. Le dijo él mostrando sus tres dedos, el del medio, el índice y el pulgar de su mano derecha.

-Torta. Se le escucho decir a la niña.

-Mila quiere torta. Le dice él.

Es el vocero de su hermana, que al parecer solo dice palabras sueltas.

-Aquí estan, disculpen, andan muy inquietos. Espero que Aquiles y Mila no le estén dando problemas. Aparecio Ella que al verme se quedó callada.

Nos saludamos con la mirada, sentía que me ardían las mejillas y vi que a ella también.

-No te preocupes, son adorables, les puedo dar torta parrilla. Le pregunto mi madre.

-Si, gracias, es muy amable. Le respondio.

-Ella déjalos aquí, te muestro por lo que te llame. Le dijo mi padre.

-SEÑORA, ES UN PLACER SALUDARLA. Aparecio el padre de Ella.

-ESTEBAN. Me saluda.

-SEÑOR. Le pase la mano.

-Apetece, estamos haciendo torta parrilla. Le ofrece mi madre.

-Si. muy amable.

-Voy a cambiarme. Le anuncio.

Me fui a bañar. Me quería sacar el olor a humo. Me puse una chomba azul y un Jean oscuro, un par de zapatillas. Me preocupaba que Ella me vio tan desalineado.

Al salir fui al estudio de mi padre, la vi atras de la computadora, a mi padre no lo vi por ningún lado.

-Se te ofrece algo, puedo traerte un refresco. Le digo llamando su atención.

-No gracias. Estoy bien. Me responde concentrada en lo que hacia.

-No pude comunicarme antes...

-No te preocupes, mi padre me explico todo. Me respondió.

Exhale aliviado

-Y... Mi padre te llamo...

-Si, le habían instalado el equipo, pero le perdieron los documentos que tenía y necesita, como lo ayude hace tiempo me llamo. Me respondió seria.

-Vi que caminas raro. Le digo.

Ella me mira, se retira de la silla, se leva la botamanga de su pantalón, se quito la zapatilla y me muestra que lleva puesto una tobillera en color negro.

Se coloco de nuevo la zapatilla.

-¿Qué te paso? Le pregunto.

-Un esguince de tobillo. Respondio en un suspiro regresando a lo que estaba haciendo.

-Aquí traje lo que anote. Aparecio mi padre con su agenda.

Me regrese a donde estaba mi madre que disfrutaba dándoles torta a los bebés de Ella, los vi sentados en la mesada moviendo sus piecitos, sonriendo con los trocitos en sus manos, les note raspones, golpes en sus piernas y brazos.

Eran señales de maltrato, regrese a hablarle a Ella, por si noto eso.

-Ella le vi golpes a Mila y Aquiles. Le dije.

-Si, se lastimaron en lo de sus abuelos. Respondio seria suspirando pesado, se ve que no le gustaba hablar de ello.

-¿Cómo paso?. Le pregunto.

-Esto ya esta, fíjese. Le dijo a mi padre y se paro a hablar conmigo.

-Salieron al patio trasero y se treparon a un mueble, que estaba inestable, se cayó el mueble. El abuelo atajo con su antebrazo el mueble para que no los aplaste. Me contó.

-Por tu tono no les crees mucho. Le digo

-Ultimamente han visitado mucho el sanatorio, cuando estaban conmigo solo si se engripaban los llevaba, nunca se lastimaron tanto. Me dice y en su tono siento que esta molesta.

-Lo planteaste.

-Claro que lo plantee, golpee todas las puertas, todos responden que es normal que se lastimen, que exagero. Que debería tranquilizarme. Descubrí que los envían en una guardería, le contagiaron piojos, ahi se lastiman. Lamento decirte todo esto, pero no hablo con nadie. Concluye en un suspiro.

-Esta bien. Sabes que cuentas conmigo. Le digo.

-No te preocupes. Se que tu madre te necesita. Me dice.

-Genial, ya funciona. Quédense a comer. La invita mi padre feliz de que recupero sus documentos.

Habia sido que se estaba instalando aquí para hacer su trabajo, para dictar sus clases a distancia y estar mas presente en la casa.

-Es muy amable. Le respondio Ella.