El Cachorro Del Rey

Alain despertó en una recamara totalmente desconocida, a su lado estaba su mamá profundamente dormida, acaricio su mejilla con ternura y le dio un beso en la frente.

- Te amo, mami – Dijo el pequeño mientras arropaba a su madre, como ella solía hacerlo normalmente con él.

Bajo de la cama con mucho cuidado de que su madre no despertara, salió de la recamara. La idea de explorar aquel desconocido lugar se le hacía divertido, pero también tenía hambre, quería comer algo delicioso y dulce.

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Kaelen estaba en su estudio analizando el ataque de los desertores, por fortuna lograron controlar el ataque a tiempo y no hubo bajas, aunque si heridos.

- Vaya, el pequeño príncipe es poderoso – Dijo Oscar observando la grabación donde Alain expulsaba su aura para proteger a su madre.

- Lo es, y eso lo hace peligroso y vulnerable a la vez – Comentó Danilo y miró a Kaelen.

- Al despertar su licántropo y darse cuenta que esta en un cuerpo pequeño, lo único en lo que piensa es en protegerlo, pero su poder es peligroso, pone en riesgo la vida de mi cachorro – Explico Kaelen sin dejar de observar el video.

- ¿Ella como está? – Pregunto Oscar refiriéndose a Astrid.

- Duerme – Respondió Kaelen.

Recordó el momento en la sala donde ella se quebró y saco todo lo que había guardado, realmente debió ser difícil lidiar con la situación de su cachorro sola, pero ahora ya él estaba para ella, para su cachorro, para los dos.

- ¿reportaras al consejo? – Preguntó Danilo, el rey ya tenía a su pareja destinada y también un heredero, tal vez anunciarlo era lo mejor para calmar al reino entero.

- No – Respondió Kaelen – Loki me dijo algo cuando me comunique con él – Miro a sus dos mejores amigos. – “Vienen por él” – Repitió esas palabras que habían estado resonando en su mente casi todo el día.

- ¿Quiénes? – Preguntó Oscar tomando seriedad.

Kaelen negó, no quiso indagar más el asunto, pues la estabilidad de Alain era primordial e incluso un enlace era peligroso para su pequeño.

- Bien, entonces ¿Qué harás? ¿Mantenerlo oculto? – Preguntó Danilo.

Kaelen soltó un largo suspiró, no quería ocultar el hecho de que era padre, de que tenía a su cachorro, pero su vida podía correr peligro, tal vez debía primero investigar antes de anunciar al reino entero, sobre la existencia de su cachorro.

Antes de responder, olfateo por instinto, sintió el aroma de él combinado con el de Astrid cerca, sonrió. Era su cachorro.

Se levantó de su asiento y salió de su oficina guiándose por el aroma hasta llegar a la sala de star, donde el pequeño estaba con una caja de chocolates comiendo sobre la mesa de billar.

- Vaya, incluso es amante al dulce como el padre – Dijo Oscar con diversión, mirando como las orejas de lobo del pequeño aparecían sobre su cabeza.

- Lo siento, prometo limpiar – Dijo el pequeño mientras comía dos barras de chocolate al mismo tiempo.

- Lo responsable y humilde no lo heredo de ti – Dijo ahora Danilo.

Kaelen puso los ojos en blanco ante los comentarios de sus amigos, pero prefirió ignorarlos. Se acercó a Alain quien seguía comiendo las barras de chocolate.

- ¿Te acabaste la caja? – Kaelen pregunto con sorpresa al ver la caja de chocolates ya vacía.

- No le digas a mi mami – Dijo de inmediato el pequeño, también mirando con sorpresa la caja vacía.

Kaelen rio ante el comentario de su cachorro, se veía demasiado tierno, con su rostro cubierto de chocolate.

- Ven vamos a limpiar ese chocolate - Kaelen extendió sus brazos a él para cargarlo.

Alain lo observo por unos segundos y después accedió a que lo cargara, el hombre le agradaba, se sentía tranquilo estando con él. Miró a los otros dos hombres que lo veían con una leve sonrisa.

- Ay, modo papá Lycan activado – Se burló Oscar.

Danilo rio ante su comentario, pero Kaelen solo frunció el ceño.

- Lárguense a trabajar, quiero un informe muy bien detallado – Ordeno con seriedad.

Oscar y Danilo suspiraron y salieron de la sala.

- Novio de mami, necesito que les des una lección a unas personas malas que hacen enojar a mi linda mami – Dijo el pequeño con su tierna vocecita.

Kaelen arqueo las cejas, caminaba hacia el baño de aquella sala.

- ¿Quiénes? – Preguntó con curiosidad y por supuesto que cumpliría la petición de su cachorro.

- Es un hombre y una mujer, son malos – Empezó a hablar el pequeño con el ceño fruncido – La han insultado, diciéndole perra - Agregó.

Kaelen sentó al pequeño sobre el tocador, tomó una toalla y la humedeció.

- ¿Ah sí? – Susurro Kaelen tratando de controlar su enojo frente su pequeño.

- Si, mami les dio un par de golpes…pero ni así dejaron de insultarla – Comentó mientras dejaba que Kaelen limpiara sus manos con la toalla.

Kaelen se detuvo por unos segundos y recordó la conversación que tuvo con Astrid antes del ataque, sobre haber golpeado al Alfa y Luna de Cascada azul. Tal vez ellos fueron los que se atrevieron a insultarla.

- Y dicen que soy un bastardo – El pequeño hizo una mueca de desagrado.

Kaelen frunció el ceño ante eso, se encargaría de castigar a ese par por atreverse a insultar a su mujer y a su cachorro.

- ¿Qué es bastardo? – Preguntó Alain con curiosidad.

- No importa, lo que importa es que me encargare de darles una lección a ese par de imbéciles – Sonrió Kaelen y continúo limpiando el rostro del pequeño.

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Astrid despertó asustada y observo a los lados, no reconocía el lugar y su pequeño Alain no estaba a su lado, eso hizo que se preocupara más.

- Alain…- Salió de la cama apresurada y corrió hacia la puerta.

Salió en búsqueda de su pequeño, guiándose por el aroma, hasta llegar a la sala de star, escuchó las risas de su pequeño y entró cuidadosamente, para encontrarse con una conmovedora escena.

Alain estaba en brazos del Rey, mientras miraban una película infantil. Suspiró, y recordó todo lo sucedido ese día, realmente su hijo era el cachorro del Rey Lycan.

- ¡Mami! -El pequeño al notar su presencia, bajo de los brazos de Kaelen y corrió a ella.

Astrid lo recibió con los brazos abiertos y lo cargo, lo abrazo con fuerza, aliviada de que estuviera mucho mejor, su temperatura ya estaba normal, no se quejaba del dolor y no fue necesario darle algún medicamento, todo gracias a él, al Rey.

- Tu novio, le dará una lección a las personas malas que te hacen enojar – Dijo el pequeño mirándola con emoción.

- ¿Novio? – Susurró nerviosa y dirigió su mirada hacía Kaelen quien sonreía con orgullo. – ¿comiste chocolate? – Lo olfateo.

Alain empezó a reír de manera nerviosa.

- Mi amor, sabes que no debes comer mucho chocolate – Susurró Astrid, recordando lo que el chocolate le hacía a su pequeño.

- Lo siento mami, ¿Me perdonas? – Pregunto colocando sus pequeñas manos sobre las mejillas de su madre.

- Si – Dijo Astrid resignada, lo importante ahora es que su pequeño estaba bien.

Kaelen observaba en silencio, feliz de saber que tenía un cachorro y con su pareja destinada, no dejaría que nada arruinara su felicidad.

- ¿Mis padres? – Pregunto Astrid dirigiendo la mirada a Kaelen.

- Están bien, Oscar los envió de regreso a Cascada azul – Respondió Kaelen levantándose de su asiento – A partir de hoy, vivirán aquí – Comentó.

Astrid lo miró con sorpresa y negó.

- Puedo alquilar un departamento aquí cerca – Dijo nerviosa.

Kaelen negó y se acercó a ellos.

- Quede en acuerdo con Loki de protegerlo, así que es mejor que permanezcan cerca de mi – Además, el palacio es donde ambos pertenecen – Acarició la cabeza del pequeño.

Alain se dejo hacer y miro a Kaelen, él le agradaba mucho, no solo para novio de su mami, sino también para que fuera su papá.

- Mami – El pequeño se acerco a su oído para decirle lo que quería- ¿Tu novio puede ser mi papá? – Dijo en voz baja, pero no lo suficiente pues Kaelen logró escucharlo y esa pregunta fue de su agrado total, ya era su padre, pero quería que su cachorro lo aceptara.

Astrid miró a Kaelen, su sonrisa era genuina, no se imagino que aquel rey fuera capaz de sonreír de esa manera, suspiró, los latidos de su corazón comenzaron a acelerarse.

Kaelen con su mano desocupada acarició la mejilla de Astrid, ella se sonrojo ante su acción, más no lo apartó, mordió su labio inferior, un extraño sentimiento crecía dentro de ella con solo tener cerca al Rey, y no le desagradaba.

- Si – Respondió en un bajo susurro a la pregunta de su cachorro. Sus ojos se mantenían fijos en Kaelen, esos hermosos escarlatas la miraban con intensidad.

No se daba cuenta, pero el vínculo de parejas comenzaba a hacer efecto en ella, poco a poco lo entendería, que ella estaba destinada al Rey Lycan por bendición de la Diosa Luna.