La Protegida De La Bratva

Llegamos a Rusia luego de un buen rato en el avión, debo reconocer que Sasha fue muy precavida con la ropa y nos abrigó lo suficiente para evitar sentir el frío de la ciudad de Moscú, que siendo sincera es horrible, demasiado acostumbrada al buen clima de Grecia.

Una señora rubia con un cartel con mi nombre nos espera en el aeropuerto, ni bien nuestras miradas se cruzan mis ojos empiezan a llorar, es tan parecida a mi difunta madre que al principio me helé en mi lugar creyendo haber visto un fantasma. Nos recibe con los brazos abiertos y una calidad sonrisa, que aparte de mi amiga, nadie jamás me había dado. Un auto nos espera afuera y a pesar de ser una mudanza de país, solamente cuento con dos valijas, así que acomodarlas no se me complica para nada.

Mi preciosa Selene está atenta a todo el intercambio de palabras y a los paisajes del lugar, sé que entiende lo justo y necesario como para saber que a su papá no lo volveremos a ver.

El camino lo hacemos en silencio, mi tía me dijo que en cuanto llegáramos tomaríamos un té para poder conversar tranquilas y luego dejaría que nos acomodemos mientras ella salía. No puedo decir cuan agradecida estoy de que nos acepte en su casa, casa que por cierto me quedo impresionada con lo hermosa que es. está un poco alejada de la ciudad, pero su ambiente rústico es demasiado acogedor y por dentro cuenta con tres habitaciones, un baño, una cocina, un comedor y un living. Un patio delantero y uno trasero donde se nota que hay una pequeña plantación de verduras, qué al igual que yo y a pesar del frío, tienen la fuerza para sobrevivir.

Bajo a Selene de mis brazos para que recorra todo el lugar, mientras sigo a mi tía hasta la habitación donde dormiremos a dejar las valijas.

Ven tenemos mucho de que hablar- me dice luego de mostrarme la alcoba y designar las camas.

Va de un lado al otro en la cocina mientras prepara dos te y una leche para la niña, veo siempre una sonrisa en su rostro qué hace que me relaje y confíe en ella después de tanto tiempo de desconfiar hasta de mi sombra.

Con tu madre siempre tomábamos un té antes de ir a dormir- me dice mientras pone mi taza frente a mí y un plato con galletas.

Selene se queda sentada en el sillón, con su leche y sus galletas mientras mira la televisión que Mazze le prendió para que se entretenga con dibujos.

No puedo expresar en palabras lo agradecida que estoy, lamento que no nos hayamos conocido antes- le digo sin levantar la vista de la taza.

No agradezcas, si hubiese podido, las habría salvado a las dos mucho antes- le dice y por fin levanto mi cabeza para ver como me mira con tristeza -cuéntame todo-

empezaré por el principio, desde los 7 años, mi padre, si es que se le puede decir así, contrato institutrices para enseñarme a hacer de todo. A los 18 años y para salvarle una gran deuda, me comprometió con el sobrino del Jefe de la Mafia Griega, Iván quien al principio era un príncipe conmigo. Mis padres murieron un año después en un accidente de auto y ahí comenzó mi infierno. Tendría que haberle pedido ayuda al tío de Iván, pero tenía mucho miedo. Me golpeó el día que le dije que estaba embarazada y por eso mi niña nació con sordera, después de su nacimiento, él dejó de buscarme como mujer y empezó a frecuentar bares de mala muerte, su tío se enteró y le dijo que su esposa era yo y debía respetarme, eso me aseguro una buena paliza que me dejo una semana completa en cama. La semana pasada, en una cena, su tío anunció nuevamente que a fin de este año le cedería el poder al hermano menor de Iván y cuando llegamos a casa se desató mi infierno. Sasha llego a rescatarnos y me dijo que se comunicó contigo para poder escapar de una muerte segura- tome aire y deje que mis lágrimas corrieran libres por mi rostro cayendo en mi ropa y en la taza que tenía frente a mí -no sé cómo te encontró, nunca me lo dijo, pero de no haber sido por ella estoy segura de que me hubiese matado y hubiese dejado con alguien a Selene, ya que él siempre dijo que le di una hija defectuosa y que no la quería-

Mi niña, todo ese calvario y sola- se acercó a mí y me abrazo mientras yo le mojaba el buzo qué llevaba puesto. Sus caricias me recordaban a cuando mi madre me consolaba luego de haberme caído o de haber recibido golpes por parte de mi padre.

No quiero que sepa donde estoy, prefiero que piense que estamos muertas- entre sollozos le pedía que me escondiera para siempre.

El jamás vendrá aquí y si en algún momento lo hace te puedo asegurar que la uña será lo más grande que encuentren- su voz había cambiado y esa amenaza parecía tan real que me hizo sonreír. Por fin tenía a alguien que me iba a defender o que al menos defendería a mi pequeña.

Te voy a enseñar a comunicarte con Selene a través de señas y buscaré un trabajo para que no seamos una carga para ti- le dije secando mis lágrimas, ella dejó de abrazarme y me miró fijamente.

Primero te vas a recuperar, aún tienes que hacer reposo, después te enseñaré el idioma para que puedas defenderte y recién mucho posteriormente buscaras tu lugar en esta ciudad. Ahora debes pensar en estar mejor para ella y en ayudarla a superar el obstáculo con el que nació. Hay unos médicos que son excelentes y podrán ayudarte con eso. Por la plata no te preocupes, tengo todos los meses mi cheque y podemos vivir muy bien con eso- sus pulgares sacaban las pocas lágrimas que aún me caían de mis ojos.

Gracias, en verdad muchas gracias- le dije abrazándola una vez más.

Selene se dio cuenta del momento de tristeza y se acercó a nosotras con su peluche en sus brazos, me hizo señas preguntando si estábamos bien y yo le respondí para calmarla.

Ella habla con señas, pero cuando quiere dormirse pongo su mano en mi cuello y le canto, las vibraciones que emito la calman- le explique a Mazze.

¿cómo le digo que soy su tía y bienvenida a mi casa?- me pregunto sin dejar de verla.

Le enseñé a hacer las señas y Selene automáticamente se le tiró en brazos, al parecer mi niña también se sentía muy cómoda con nuestro nuevo hogar.