LOS DOMINIOS BEELZEBUB

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Bruno Vannecelli

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-Desde la distancia, avisto el automóvil de Cataleya y maldigo en silencio; esa chiquilla tiene el control sobre mí. Escucho sonar mi teléfono y, al revisarlo, veo que es Uzziel. Al contestar, me dijo:- Dime, que no escucho nada Cataleya.

-le responde- Sí, Ella me ha amenazado con informar al líder.Lo mejor es que regreses con la monja lo antes posible.

- Él me responde- No regresaré hasta obtener lo que quiero. Bruno, es momento de que dejes de jugar con Cataleya. Hazla tu novia, debes controlarla y manipularla para que permanezca en silencio. Aprovecha que ella está enamorada de ti.

- Me río amargamente y le contesto-¿Acaso crees que es fácil controlar o manipularla? Estamos hablando de Cataleya.-Respiro hondo y añado-Me encargaré de ella, pero tú apúrate con Ángela para que regresen rápidamente. Esto puede salirse de control.

-Él me responde- hablaremos más tarde

-posteriormente corta la llamada. Me dirijo a la oficina y comienzo a intentar comunicarme con Cataleya, pero no obtengo respuesta, lo cual me genera frustración, ya que en la primera llamada síempre contesta. Después de revisar algunos documentos durante varias horas, miro mi teléfono y me doy cuenta de que ya son las 11 de la noche. Salgo de mi oficina y me dirijo a mi auto, donde conduzco rápidamente hasta llegar a casa.

Estaciono mi automóvil con precaución y, tras abrir y cerrar la puerta de manera cuidadosa, subo las escaleras lo más ágilmente posible hasta llegar a la habitación. Todas las luces están apagadas, excepto las del exterior, que me permiten vislumbrar su figura. Cada noche visito su casa, donde me dedico a observarla por unos minutos antes de marcharme. Esta rutina me brinda tranquilidad y me permite admirar su belleza, que me tiene cautivado, especialmente cuando la veo en ropa interior. Un profundo deseo de hacerla mía me embarga. Observo cómo se mueve durante unos segundos y la oigo decir-Sé que estás ahí, Bruno. Sal de la oscuridad. ¿Hasta cuándo piensas seguir observándome en la noche como un pervertido?

-Avanzo hacia ella, sorprendido por su conocimiento de la situación. Ella se acomoda y enciende la luz. Le pregunto- ¿Desde cuándo lo sabes?

-Ella responde- Desde que me mudé, el servicio de seguridad me informó que un hombre ingresaba a mi casa durante la noche. Autoricé tus visitas; cada noche vienes a verme, te quedas aproximadamente diez minutos y luego te vas. Esa rutina se ha mantenido durante un año.

- Le pregunto, aún sorprendido- ¿De verdad dormías así, en ropa interior?

- Ella sonríe, se levanta y camina hacia mí, moviendo esas caderas que tanto me fascinan, y dice- Por supuesto, es mi casa, duermo como quiero. ¿Por qué me espiabas como un pervertido?

- Le respondo- Lo hacía porque quería verte antes de dormir.

-Coloco su cabello detrás de su oreja; ella solo me observa mientras nuestros cuerpos están cerca. Siento sus pechos de buen tamaño, que parecen pedirme que les pase mi lengua y los haga míos. La veo como se inclina y me besa. Comienzo a corresponderle; la cargo llevándola hasta la gran ventana, donde ella coloca sus manos sobre mi cuello. Empiezo a hacerle pequeños mordiscos en su cuello, mientras la escucho gemir. La vuelvo a besar; ella comienza a quitarme la camisa y yo a apretar sus glúteos. La conduzco hacia la cama y me quito la camisa. Ella sonríe de forma seductora, pasa su mano por mi abdomen y, mordiendo su labio, me dice- Por fin serás mío.

-Al ver sus ojos brillantes de deseo, me posiciono sobre ella y comienzo a besarla. Coloco mi mano en su cuello, dejando pequeños signes, marcando lo que es mío. Le pido que me mire y le digo-Cataleya, cuando coloque mi polla dentro de ti, en ese momento me pertenecerás y no podrás dejarme. Quiero que entiendas algo: yo no soy el juego ni el capricho de nadie -la beso y añado- soy muy celoso con lo que me pertenece.

-Ella sonríe y dice-Lo sé, no estoy jugando contigo. No solo eres mi capricho, me encantas, Bruno.

- Sonrío de lado, le doy un beso apasionado, mi mano comienza a acariciar su pierna hasta llegar a su zona, donde ya estaba mojada. Mi mano comienza a jugar con su clítoris, mientras comienzo a besar su cuello. A los segundos, empiezo a bajar hacia sus senos con mi mano, bajo el sostén, donde coloco su seno en mi boca. Mientras mis dedos comienzan a entrar en ella, la escucho gemir mientras pronuncia mi nombre. Al llegar a su zona, comienzo a pasar mi lengua y a succionar.Ella aprieta las sábanas, yo aprieto sus piernas. Su sabor es delicioso. Meto mi lengua y siento cómo ella tiembla hasta que llega al clímax en mi boca. Me retiro de ella y la beso para saborear su esencia. Me levanto para quitarme el pantalón cuando noto cómo ella se levanta de la cama, se coloca de rodillas y me ayuda a quitarme la correa y a bajar la cremallera. Me baja el pantalón y la veo tragar en seco; toma a mi amigo con la mano y lo mete en su boca.Respiro hondo, esto es una delicia. Es mejor de lo que pensaba. Comienzo a chuparlo como un bombón. Yo la tomo del cabello y la llevo al ritmo que deseo. Esa boquita húmeda es lo mejor; no se podría comparar con ninguna mujer con la que he estado. Hasta que no puedo resistirlo, me vengo en su boca. Al mirarla mientras acaricio su cabello, ella se lo traga, pasa su lengua por sus labios. Yo la cargo hasta la cama, donde nos despojamos de nuestra ropa. Con cuidado, entro en ella.Me sentía el hombre más feliz, ya que era su primer hombre y también su último. La tuve a mi lado durante varias horas, hasta que ambos quedamos cansados. Ella se recostó en mi pecho mientras acariciaba su espalda y le dije-Mi querida ninfa, ¿quieres ser mi novia?.

-A lo que ella respondió- Sí, lo deseo.

-Entonces, besé sus labios y nos quedamos dormidos. -