Solo La Madre De Tu Hijo

Safa se secó las lágrimas que de repente brotaron en sus mejillas. Se sentía mal cuando a Lingga solo le preocupaba su embarazo. Safa pensaba que Lingga solo se preocupaba por la seguridad de su hijo sin pensar en ella.

De repente le dolió el corazón, se sintió muy doloroso. Aunque para qué, debería saber que no tenía derecho a estar triste o enojada por la actitud de Lingga. ¿Pero por qué? ¿Qué le pasa a su corazón en este momento?

Safa se secó las lágrimas con brusquedad, respirando profundamente. Se sorprendió de su propia actitud.

"¿Por qué llorar? ¿No es normal?" Se preguntó a sí misma.

Safa se tumbó en la cama, prefirió dormir y olvidar su encargo a Lingga. Tampoco le apetecía tanto el helado como antes.

Hasta que en mitad de la noche, Safa se despertó por la sed. También olvidó llevar agua a su habitación porque antes quería comer helado y luego tomar agua y llevarla a su habitación.

Con cuidado, Safa bajó las escaleras. Aunque en la casa también había ascensor, Safa prefirió usar las escaleras porque en su edad de embarazo, que se contaba en días, tenía que moverse mucho.

"¿Por qué Bi Sri no se ha dormido?" Safa encontró a Bi Sri todavía en la cocina.

"Olvidé meter la compra de esta tarde en la nevera. ¿Por qué se levanta Non Safa?" Preguntó Bi Sri mientras doblaba la bolsa de la compra.

"Voy a tomar agua, Bi" Safa abrió la nevera que estaba en la cocina limpia. Allí solo había agua mineral, leche que Lingga solía beber, aperitivos.

"¿Non Safa no come el helado que Den Lingga compró antes?"

"¿Helado?" Safa miró a Bi Sri con el ceño fruncido.

"Sí, antes Den Lingga trajo helado y chocolate blanco, dijo que era el pedido de Non Safa. Lo he puesto en la nevera por si Non Safa quiere comer"

Safa no respondió más a Bi Sri, abrió directamente el congelador y vio varias marcas diferentes de helado pero con sabor a vainilla, también había dos o tres barras de chocolate blanco.

Los labios de Safa se curvaron formando una sonrisa. Cogió uno de cada uno y se sentó en la mesa del bar.

A toda prisa, Safa abrió una caja de helado mediana. Las ganas de comer helado que antes habían desaparecido volvieron a surgir.

"Aquí tienes la cuchara, Non" Bi Sri se la dio a Safa. Se dio cuenta porque vio a Safa abrirlo sin coger la cuchara antes.

"Gracias, Bi" Safa empezó a disfrutar de la comida que tanto deseaba desde hacía unos días.

Se sentía realmente refrescante, muy diferente al helado que compró ayer, esta vez se sentía mucho mejor.

"¿Está bueno, Non?" Preguntó Bi Sri al ver a Safa comer con avidez, como si no sintiera el frío en absoluto.

"Sí, Bi, ¿quieres?"

"No, no puedo comer helado. Me duelen los dientes"

Safa solo asintió y volvió a disfrutar de su helado. Hasta que sin darse cuenta le cayeron lágrimas, ya sea por la felicidad de que su deseo de comer el helado que Lingga le había dado se cumpliera o por otros sentimientos que no podía describir con palabras.

Bi Sri, que vio las lágrimas correr por las mejillas de Safa, se sintió apenada. Podía entender lo que Safa sentía en ese momento. La mujer de mediana edad acarició suavemente la espalda de Safa.

"Ten paciencia, Non" Susurró Bi Sri.

Mientras que Safa solo asintió con los labios temblorosos, pero trató de ocultarlo comiendo helado continuamente.

Mientras tanto, alguien que estaba de pie no muy lejos de allí solo era un espectador. El hombre llevaba bastante tiempo de pie allí sin acercarse. Su mirada inexpresiva también parecía ilegible en absoluto.

Hasta que decidió darse la vuelta para volver a su habitación, sin saber lo que el hombre realmente quería.

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Safa bajó cuando el día ya había comenzado porque solo pudo dormir después del amanecer. Algo que Safa solía experimentar hace un mes cuando su embarazo tenía ocho meses.

Además, hoy es domingo, lo que significa que Lingga no trabaja. Así que Lingga seguramente se levantará tarde y no se encontrarán en la mesa para desayunar juntos.

"¿Lintang, estás aquí?" Safa se sorprendió al encontrar a su cuñada sentada viendo la televisión en la sala de estar.

"¿Desde hace mucho?" Preguntó Safa de nuevo mientras se acercaba a su cuñada.

"Desde la madrugada. Mi madre me obligó a levantarme temprano para llevar comida a su nuera favorita, ¡pero cuando llegué aquí la dueña de la casa aún no se había levantado!" Dijo Lintang mientras jugaba con sus uñas largas y bonitas.

"Lo siento, Mbak solo pudo dormir después del amanecer. Si hubiera sabido que estabas aquí desde antes, Mbak habría bajado de inmediato" Safa se sentó junto a Lintang. Su cuñada es ciertamente áspera, pero Safa nunca se toma en serio el trato de su cuñada.

"Bueno, ve a desayunar, ¡Mamá ha cocinado cansadamente para Mbak!" Lintang todavía parecía áspera.

"Sí, Mbak comerá más tarde. Pero antes, ¿puedo pedirte un favor?"

"¿Qué?" Lintang miró a su cuñada con el ceño fruncido.

Nunca ha sido cercana a Safa, incluso siempre es áspera y mantiene la distancia. Pero no sé por qué Safa nunca se enoja y en cambio se comporta con amabilidad hacia ella.

"¿Podrías acariciar la barriga de Mbak solo por un momento? Te pareces mucho a su padre, tal vez tu sobrino esté satisfecho aunque tú lo saludes" Pidió Safa con una sonrisa en sus labios.

Lintang, que escuchó la petición de Safa, se molestó, especialmente cuando vio los ojos de Safa que la hicieron sentir incómoda.

"¿Por qué no se lo pides directamente a Mas Lingga? ¿Por qué tengo que hacerlo yo?" Se quejó.

"Sabes cómo es la relación de Mbak con tu Mas, ¿verdad Lintang? Mbak tampoco sabe por qué quiere tanto que Mas Lingga le acaricie la barriga. Tal vez sea una petición de tu sobrino allí dentro"

Lintang solo guardó silencio, incluso apartó la cara. Sus ojos se pusieron rojos conteniendo algo que quería derramarse. Sus manos se apretaron con fuerza porque estaba enojada y molesta. Nunca se había sentido tan enojada con su propio hermano.

"Está bien, pero solo un momento. ¡Ya tengo un compromiso!"

"Sí, un momento está bien. Solo acaricia suavemente"

Lintang comenzó a mover sus manos hacia el vientre de Safa que ya era tan grande.

"¿Cuándo nace?" Preguntó Lintang cuando sus manos ya estaban en el vientre de Safa.

"Alrededor de una semana más según el médico"

Lintang solo asintió mientras seguía acariciando el vientre de Safa.

"¡Aduh!" Lintang se sorprendió porque sintió un movimiento bastante fuerte desde dentro.

"Parece que está contento contigo"

"¿En serio?" Lintang volvió a tocar la parte que antes se movía con bastante fuerza.

"¡Eh, sí, es verdad!" La sonrisa de Lintang se extendió. Se volvió adicta a tocar el vientre de Safa porque cada vez que presionaba con fuerza con su dedo índice, el bebé seguramente respondería con una patada.

"Qué gracioso, jajaja..." La risa de Lintang sonó muy crujiente. Parecía olvidar sus palabras de que solo lo haría por un momento.

Como la noche anterior, alguien solo se quedó de pie desde lejos viendo lo que Safa y Lintang hacían y luego regresó a su habitación después de estar allí por un momento.