Marina ante los ojos de todos lleva un lindo matrimonio con una hermosa hija, su vida pareciera casi perfecta, pero detrás existen muchos secretos...
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Explota la primera bomba
Ya más tranquila recuerdo que no fuí por ropa a la casa, le aviso y mi mamá que iré primero con el mecánico a bajar las cosas que tengo en la cajuela y después a mi casa a traer cambio de ropa para Dayra y para mí y tener que usar la próxima semana, que Iván aún estará encerrado.
Me voy en un vehículo de plataforma y después de hacer la parada por el mecánico, llego apresurada a la casa, vuelvo a marcar el número de Iván y sigue apagado, ¡maldición! necesito hablar con él.
Entro al cuarto de lavado y veo que en el bote hay ropa sucia de Iván, de seguro hizo en estos días una parada para tomar ropa, empiezo a separar ropa oscura y clara para poner una carga de ropa a lavar, en lo que termino de alistar las maletas, siempre reviso los bolsillos de la ropa, pues en ocasiones hay objetos que la han dañado o manchado, veo unos pantalones informales, es lo que usó el lunes Iván y del bolsillo derecho saco una diminuta tanga roja de encaje, que se percibe usada, mi corazón se detiene y después empieza a palpitar de forma acelerada, no sé que me da más coraje, de nuevo su engaño o que ese sea el motivo por el cual haya dejado a su hija plantada en el parque de diversiones, estoy realmente enojada, tomo la prenda y la guardo en una bolsa plástica, busco entre la ropa desesperadamente la playera con la que acostumbrada combinar ese pantalón, al encontrarla observo, rastros de maquillaje y labial, estoy fúrica, vuelvo a marcar el número de Iván y de pronto se escucha que timbra, mi corazón está a mil, debo de ser más lista que él, Aló, me contesta Iván, hola, ¿puedes venir a la casa?, le pregunto, su respuesta cortante y seca es, voy en camino y cuelga.
Mientras espero su llegada, paso una carga de ropa de la lavadora a la secadora, y escucho llegar su camioneta, llegó el momento, me dije, tomé la bolsa plástica y fuí a esperarlo en la sala.
IVÁN: Hola, ¿qué haces aquí?
MARINA: Preparando ropa para otra semana. ¿No viste mis 50 llamadas perdidas? ( le dije con sarcasmo).
IVÁN: Estuve muy ocupado, no tuve tiempo para nimiedades.
MARINA: ¿Tu hija es una nimiedad?, no llegaste al parque de diversiones, ni avisaste.
IVÁN: No tienes otro sermón diferente, ese ya me lo sé.
MARINA: Si claro, ¿Cómo, de quién es esta tanga?
(Iván la ve y se pone un poco nervioso, empieza a titubear y dice)
IVÁN: Yo ¿porqué tendría que saber?.
MARINA: Será porque estaba en el bolsillo de tu pantalón, (saco la playera) junto a esta playera llena de labial y maquillaje.
IVÁN: Otra vez con tus celos enfermizos, ¿no te da vergüenza comportarte como una niña?.
MARINA: ¿Y a tí no te da vergüenza acostarte con una golfa?
IVÁN: ¡NO ES UNA GOLFA!
MARINA: ¿AHORA LA DEFIENDES? LO QUE ME FALTABA. No creo que sea una Santa si se revuelca con un hombre casado.
IVÁN: ¿Y POR QUÉ TANTOS RECLAMOS? ¿Acaso te importa? ¿Crees que puedo vivir como tú?, yo soy un hombre que necesita tener entre sus brazos a una mujer que lo haga vibrar, que su cuerpo lo prenda, no una mojigata como tú, que lo único que hace es provocar querer alejarme, me aburres, me das asco.
MARINA: ¡ERES EL MISMO PATÁN DE SIEMPRE!
(La discusión se estaba poniendo más y más fuerte, cuando suena mi teléfono)
MARINA: ¿Aló?
DAYRA: Ya te tardaste mucho, ¿ya vienes?.
MARINA: Mi sol, ya pronto estaré allá, estoy aquí con tu papá.
DAYRA: Pásame a mí papá
MARINA: ¡HABLA CON TU HIJA!
(Iván pone en altavoz la llamada, que listo para que yo no pueda decir nada y lo escuche Dayra)
IVÁN: Muñeca, ¿cómo estás?
DAYRA: Muy bien papá, hoy nos salvó un superhéroe y subimos a todos los juegos del parque.
IVÁN: (Tiene mucha imaginación) te felicito, lo siento mucho, no pude acompañarte, pero te llevaré otro día.
DAYRA: Si, está bien, yo me divertí mucho con Dary.
IVÁN: (¿Dary? debe ser una amiga de ellas?) Está bien preciosa, me alegra que estés contenta, yo voy al cuartel y nos vemos el próximo fin de semana, ¿está bien?.
DAYRA: Si papito, nosotras llenaremos la piscina y jugaremos con Tom, será divertido.
IVÁN: Te quiero mucho mi princesa.
(Iván me devuelve el celular con cara de ¿para que tanto alboroto si no hay ningún problema, yo me enojo más).
DAYRA: ¿Mami ya vienes? estamos haciendo palomitas para ver una película.
MARINA: Si, mi sol, ya voy para allá.
(Me sentí derrotada, todo lo que hago es por Dayra y si le quito a su padre, ella quedará devastada).
IVÁN: Tengo muchas cosas que hacer, te veo el próximo fin de semana.
(Toma la bolsa de las prendas).
MARINA: ¿A dónde llevas eso?
IVÁN: (Contesta con sarcasmo) a devolverlas a mi amante, de seguro la hecha de menos.
(Lo veo con odio y el pasa por el basurero del patio y las tira ahí).
Escucho como se va su camioneta y me quedo llorando por la ira contenida, me es infiel y no tiene los pantalones para reconocerlo frente a mí, me siento como una verdadera estúpida.