La noche de su ceremonia de compromiso, Astrid se entera que su prometido y futuro Alfa la engaño con su mejor amiga y lo peor es que espera un hijo de él.
Con el corazón destrozado se adentra al bosque, donde termina perdiendo su virginidad con un desconocido, sin imaginarse que esa noche, su vida cambiaria para siempre.
Cuatro años después se verá obligada regresar a su manada, con la urgencia de saber quien es el padre de su cachorro, quien esta despertando sus habilidades, poderes que hacía muchos años se habían perdido entre los lobos.
Siendo solo el Rey Lycan el único en tenerlos, bueno ahora son dos, por que el pequeño Alain a sus cuatro años ha despertado a su licántropo.
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¿Pareja?
El resto del día pasaron realizando las compras para todo lo que Alain necesitaría para su nueva escuela, aunque Astrid se sentía incómoda de tantos gastos, Oscar y el cachorro estaban emocionados eligiendo todo lo que creían necesario.
- Me agrada – Dijo Oscar al ver al pequeño subirse a un carro eléctrico.
- ¿Eso para qué? – Preguntó Astrid.
- Para jugar después de un día largo de escuela\, mami – Comentó el pequeño emocionado.
- No\, eso es algo que no necesitas – Astrid se acercó a él\, no quería que su pequeño se aprovechara del momento.
Alain asintió y bajo del coche eléctrico.
- Bueno\, creo que es hora de regresar – Dijo Oscar mirando la hora de reloj\, pues casi era hora de la comida y Kaelen le ordeno regresar al palacio antes de la hora\, pues había prometido a su cachorro comer con ellos.
- ¿puedo comer un helado? – Preguntó el pequeño mirando a su madre.
Astrid suspiró y asintió, en eso si podía consentirlo.
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Kaelen termino de revisar unos documentos y miro la hora, tenía que regresar al ala del Rey para cumplir con su cachorro y comer en familia, empezó a revisar su teléfono tenía mensajes de todos los cargos que se habían realizado con su tarjeta, le gusto ver compras de útiles escolares y demás para su cachorro, pero no había ninguna compra de Astrid.
- ¿Qué pasa? – Entró Danilo.
Kaelen negó, ya hablaría mejor con ella.
- Continuare con mis deberes desde mi estudio – Se levanto de su cómoda silla y se puso su saco.
- Okay\, enviare todo lo que necesita tu firma de urgencia- Respondió Danilo – Por cierto\, Vander convoco una reunión del consejo – Dijo.
Kaelen lo miró y su ceño se frunció, que aquel hombre hiciera eso a sus espaldas no parecía ser algo bueno, no para él.
- ¿Cuándo? – Preguntó.
- Una semana – Respondió.
Kaelen soltó una maldición, eso era antes de que los preparativos para la presentación de su cachorro estuvieran listos.
- Me encargare de investigar lo que trama\, pero creo que deberías hablar con Astrid\, hacerle consciente de lo que quieres con ella – Sugirió.
Kaelen asintió, sus planes tenían que cambiar, así que tal vez hablaría con ella esa noche cuando su cachorro durmiera.
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Astrid termino de asear a Alain, lo arreglo para la comida, el pequeño estaba emocionado de cenar con su papá y mamá.
- Mami\, ¿Está bien que le diga papá a tu novio? – Preguntó el pequeño mientras se dejaba peinar por su mamá.
- Si\, Alain\, aun eres muy pequeño\, pero sé que entenderás poco a poco las cosas – Ella acaricio su negro cabello. – Pero\, él es tu papá…- dijo y beso su frente.
El pequeño asintió y le devolvió el beso a su madre en la mejilla.
Tocaron la puerta y entró una empleada hizo una reverencia y dijo que el rey había llegado, los esperaba abajo, para ir al comedor.
Alain se emociono mucho, tomo de la mano a su madre y casi quería correr para llegar con su papá.
Kaelen estaba revisando unos mensajes que Danilo quería que analizara.
- ¡Papá! – La voz de Alain lo saco de sus pensamientos.
Guardo su teléfono y dirigió su mirada hacia Alain, el pequeño se soltó de la mano de su madre una vez que terminaron de bajar las escaleras y corrió hacía Kaelen, quien lo recibió con los brazos abiertos y lo cargo.
- ¿Qué tal tu día\, cachorro? – Pregunto Kaelen acariciando su cabello.
- Muy bien\, el tío Oscar nos llevó de compras – Dijo emocionado.
- ¿Tío Oscar? – Pregunto con sorpresa y dirigió su mirada a Astrid\, aunque ella también estaba sorprendida de que haya llamado así a Oscar.
- Antes de irse\, dijo que podía decirle así – Comentó el pequeño.
Kaelen asintió, así era Oscar y tampoco es que le molestara, después de todo era uno de sus mejores amigos.
- Bueno\, vamos a comer – Dijo y miro hacia Astrid. - ¿Estás bien? – Pregunto al notarla algo pensativa.
- Si – Respondió y se acercó a ellos\, trato de cargar al pequeño Alain.
- Mami\, deja que papi me lleve ¿Sí? – Preguntó el pequeño con sus mejillas sonrojadas esperando que su madre no se enojara por su petición.
- Claro que sí\, mi amor – Acaricio su mejilla. Le agradaba el lazo que estaba creando con Kaelen.
Astrid camino al lado de ellos, pero se sentía algo extraña, su cuerpo estaba acalorado, no quería decir nada, tal vez simplemente estaba cansada por el día que tuvieron.
Tomaron asiento en el enorme comedor, había ya una silla especial para Alain, algo que sorprendió a Astrid, pero le gusto ver como su pequeño recibía atención de su padre.
- Mami\, mami\, mira – Dijo el pequeño señalando su silla.
- Si\, ten cuidado no te vayas a caer – Dijo Astrid tratando de olvidar aquel calor que seguía aumentando.
Kaelen la miró, podía notar su rostro rojo y su aroma aumentaba, impregnándose en todo el lugar.
- ¿segura que estás bien? – Preguntó Kaelen con leves sospechas de lo que podía sucederle\, pero eso no podía ser posible\, ella no tenía contacto con su loba.
- Si\, solo algo cansada por tantas compras con Gamma Oscar – Respondió mientras tomaba su servilleta.
Durante la comida Kaelen se encargaba de ayudar a su cachorro a comer, él estaba más que feliz de hacerlo, pero entre ratos dirigía su mirada hacia Astrid, su aroma seguía haciéndose cada vez más fuerte y le preocupaba que pudiera afectar a sus empleados, si realmente era lo que pensaba.
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Astrid entró a la recamara con Alain, se sentía demasiado acalorada, era incluso insoportable.
- Alain\, quédate aquí\, me daré un baño ¿Ok? – Lo miró.
El pequeño asintió mientras subía a la cama y se quitaba los zapatos, el sueño empezaba a envolverlo, después de todo había tenido un día largo, pero emocionante, y lo que más le gusto fue comer con su mamá y su papá.
- Loki\, ¿Estás enojado? Hoy casi no has hablado – Preguntó el pequeño acostado ya en la cama mirando el techo\, pero no obtuvo respuesta – No te enojes…eres mi mejor amigo – Susurro mientras comenzaba a dormirse.
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Astrid estaba en la regadera el agua fría caía sobre ella, pero aun así no lograba calmar ese insoportable calor, incluso empezó a sentir un extraño cosquilleo en su intimidad, sus manos rozaron sus senos, sus pezones estaban demasiado sensibles que ahogo un gemido, por miedo a que Alain la escuchara.
- ¿Qué mierda pasa? – Preguntó cubriéndose la boca con sus manos y apretando sus piernas al sentir aquel irresistible cosquilleo en su centro.
Salió de la regadera y se envolvió en una tolla, comenzó a secar su cabello, su respiración estaba agitada, se miro al espejo su rostro estaba totalmente rojo, su cuerpo ansiaba ser tocada, pero ¿Por qué? No entendía nada y comenzaba a ser incluso doloroso.
Y así la imagen de Kaelen apareció en su mente, la necesidad de estar cerca de él crecía en su interior, su aroma estaba en sus fosas nasales, aunque él estuviera lejos. Mordió su labio inferior, y apretó sus ojos tratando de controlarse.
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Kaelen estaba en su estudio revisando todo lo que Danilo había enviado, se sentía frustrado de tanto trabajo, pero también del irresistible aroma de Astrid que había quedado impregnado en él.
- Mierda\, tengo que hablar con ella- Susurro – No podré resistir tanto tiempo sin poder tocarla – Se recostó en su silla y miro hacia el techo\, sin poder dejar de pensar en ella\, aquella noche de hace cuatro años estaba en su mente.
De repente la puerta del estudio se abrió y ahí estaba ella, con solo una toalla cubriendo su cuerpo, su rostro estaba rojo y su respiración agitada, el aroma de ella era tan fuerte que no tardo en impregnarse en todo el estudio.
- Ayuda – Susurro con su voz quebrada.
Kaelen se levantó de golpe y cubrió su nariz al sentir ese embriagante y excitante aroma, que hizo que Lugh despertara de su sueño.
- Tranquila\, Astrid- Dijo tratando de mantenerse controlado\, aunque se cubriera la nariz no servía de nada\, el aroma ya había entrado en todo su ser.
- ¿Qué me pasa? Me siento extraña – Dijo con miedo en sus palabras\, cerrando la puerta y recargándose en ella.
- Es tu celo – Respondió Kaelen\, su respiración comenzaba a agitarse.
- ¿Qué? Imposible…no tengo loba – Respondió y apretó sus piernas.
Kaelen asintió, tenía razón sin loba no podía tener su celo, pero es justo lo que pasaba con ella, tenía que conseguir el medicamento para controlarlo, desgraciadamente Lugh ya estaba despierto y deseoso de poder tomar a su pareja destinada.
- Escucha\, Astrid\, debes regresar a la recamara y encerrarte ahí – Kaelen apretó sus puños tratando de controlar su instinto primitivo y a Lugh. – Tratare de conseguir el medicamento y te lo llevaran – Agrego.
- Lo esperare aquí – Dijo caminando hacia el sofá.
Kaelen soltó una maldición en voz baja, tenerla cerca complicaba todo.
- ¿Mi cachorro? – Preguntó sin dejar de mirar sus muslos\, la tolla solo cubría hasta el inicio.
- Duerme…ay mierda – Se sentó en el sofá y cruzo sus piernas\, el dolor era apenas tolerable.
Dirigió su mirada hacía Kaelen, tenía sus ojos cerros y apretaba sus puños con fuerza, además su respiración estaba agitada.
- ¿A usted que le pasa? – Preguntó agitada.
- Tu aroma es demasiado excitante – Respondió\, abrió sus ojos\, esos escarlatas miraban con deseo a Astrid.
Astrid, soltó un gemido sin darse cuenta solo con tener la mirada de Kaelen sobre ella, y de pronto escuchó una voz, muy en el fondo de ella, pero logró entender lo que decía.
- ¿pareja? – Susurró con asombro\, la palabra que esa voz pronunciaba