Letícia Miller es una excelente secretaria de un magnate rico y arrogante, un hombre que puede tener a cualquier mujer que desee en cualquier momento.
Se encuentra en apuros cuando su hijo, Pierre Miller, fruto de una noche que nunca olvidará —ya que estaba en un evento de negocios de la empresa en la que trabaja—, se enferma. Esa noche, alguien le jugó una mala pasada, drogándola y encerrándola en una habitación donde también había un hombre misterioso drogado. En ese momento ella aún era virgen, y se culpa por haber sido tan descuidada ese día. De esa noche nació Pierre.
Para conseguir la suma que su hijo necesitará y salvar su vida, ¿seguirá Letícia el único consejo de su colega o intentará otra opción?
¿Letícia salvará a su hijo Pierre a cualquier costo, o descubrirá quién es el padre del niño y pedirá su ayuda?
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Capítulo 11
Miguel regresó cabreado a mi sala.
Miguel: Te lo dije, idiota, Leticia no sabe que eras tú, y ofrecerle dinero fue una pésima idea.
Zac: ¿Y si es solo una interesada, como todas, y si este niño no es mío?
Miguel: Por el amor de Dios, Zac, si lo que me dijiste es que ella era virgen y no se protegieron, dime cómo este niño no va a ser tuyo. Las cuentas cuadran, idiota. Y sondeé, ella no tuvo a nadie más después de ti, ni siquiera novio. Ella tiene una madre que no sirve, su madre la echó de casa en cuanto lo supo. Los vecinos me contaron todo.
Zac: Aun así, quiero una prueba de ADN. Ya pasé por esto, no voy a pasar por esto de nuevo.
Miguel: Voy al hospital, está donde nuestra empresa ayuda financieramente, así que será fácil.
Zac: Intenta tomar una foto del niño.
Miguel: Supe que lo trasplantaron de madrugada, la cirugía fue un éxito, tu hijo está a salvo.
Zac: Qué bueno, la señorita Miller no merece lo que está pasando con el bebé.
Miguel: Sí, ella es una madraza, se puso furiosa cuando hablé sobre dinero, me echó de su casa como a un perro.
Nos reímos y voy al hospital, converso con el médico responsable del hospital y él me consigue todo sobre el niño, y quién fue el donante con compatibilidad del cien por ciento.
Me llevó a ver al niño, no se pudo tomar foto, pero era la cara de Zac, todos los rasgos eran de Zac, solo los ojos eran de Leticia, era un niño hermoso, pero lógico que voy a dejar a Zac con la curiosidad, él va a tener que esforzarse para ver a este niño.
Salí antes de que Leticia llegara, ella siempre estaba en el hospital con el bebé. Y regresé a la empresa, le entregué el informe y mandé a hacer la prueba de ADN al bebé, con las muestras de sangre recolectadas que tenía en el banco de datos.
Zac: Yo fui el donante, cien por ciento.
Miguel: Tu grado de parentesco.
Zac: Eso quiere decir que...
Miguel: Él es tu hijo, pero por si acaso pedí el ADN, sale mañana mismo.
Zac: Dios mío, soy padre, de verdad.
Miguel: Tú por ahora eres solo el progenitor, Leticia es la madre y el padre de Pierre Miller.
Zac: ¿Ya lo registró?
Miguel: Sí, era preciso, por causa del banco de donantes.
Zac: Entonces está en hora de mandar a algunas personas a casa.
Miguel: Voy a cuidar de eso, todos los que estaban juntos apoyando lo que hicieron con Leticia, estarán en la calle hoy mismo. ¿Y tú qué vas a hacer?
Zac: Lo que un padre necesita hacer, conversar con la madre de mi hijo, solo voy a esperar a que ella vaya a casa con él, no quiero molestarla en este momento, aún más que ella no me admira tanto.
Miguel: Es mi cuñado, tienes un largo camino por delante, buena suerte para ti.
Antes de que Miguel saliera hablo con él sobre la chica Lolla del club nocturno, y él dijo que no encontró nada sobre ella, como si ella no existiera, pero que ella prometió un último baile, solo no sabía cuándo.
Zac: Avísame, quiero ir, creo que encontré a la mujer para ser mía.
Miguel: Tú no tienes remedio.
Miguel sale y hace la limpieza de la empresa, mandando a las hierbas dañinas que no respetan a los amigos de trabajo a la calle. Por la noche mandé a entregar flores en nombre de la empresa, lógico, para la madre de mi hijo, felicitándola por el éxito del trasplante.
Y fui para casa, mi hermana ya había ido a la casa de Miguel, quiere decir de ellos.
Fui al cuarto de mi madre y ella ya estaba más lúcida con los medicamentos disminuidos. Me senté a su lado y tomé su mano y besé.
Zac: Quería hablarte, mamá, descubrí que soy padre, hace algunos días, y mi hijo pasó por una cirugía de médula ósea, y está bien, gracias a Dios.
Veo una lágrima escurrir de los ojos de mamá.
Zac: Lo sé, no tuve tiempo de llorar, pero estoy tan feliz, pronto voy a traerlo aquí, y tú vas a conocerlo. Todavía tengo un largo camino por delante, hablar con Leticia, la madre de mi hijo, ella aún no sabe que soy el padre del bebé.
Mi madre me mira confusa.
Zac: Sí, un día te cuento todo.
Beso a mi madre y voy para mi cuarto, y voy al cofre, tomo las bragas de Leticia.
Zac: Encontré a su dueña. Tú combinas mismo con ella. Tiene el olor de ella.
Huelo las bragas, y el perfume que sentí en el club nocturno con la bailarina era el mismo de las bragas, y el mismo del cabello de Leticia aquel día, y los otros días que estuve cerca de ella, fuera del olor de ella...
Corrí hasta el carro que usé con Leticia el día del almuerzo, y allí estaba el mismo olor, impregnado en el tapizado del carro, ahora solo me resta saber si...
Zac: Jaja, claro que no, ella no tiene cara de eso, ¿o sí?
Llamo a Miguel.
📱¿Qué pasa esta vez, Zac?
Zac: ¿Hay cómo saber cómo Leticia consiguió el dinero de la cirugía?
Miguel: Ahí estás pidiendo demasiado, claro que no, ella puede haber hecho una economía de emergencia, qué sé yo.
Me despido y cuelgo, intento no pensar en eso, y subo, me acuesto con aquellas bragas, y acabo soñando nuevamente con aquella noche, que invadía mis sueños todos los días, y ahora Leticia formaba parte de él también, mis sueños ganaron rostro que no tenía antes.
La señorita Miller era el motivo de ocupar mis sueños de esta noche, y después la mujer enmascarada, Lolla, ¡joder qué baile!, estaba atraído por ella, y no voy a parar mientras no la tenga de nuevo, bailando solo para mí.
Por la mañana mi pene parece que va a perforar la cama, de tan duro, tomo un baño, me arreglo y bajo, para un café y cuento las novedades a mi hermana, ella se pone toda boba, y pido descripción total, aunque ella no vaya a la empresa, porque ella cuida de la otra empresa fuera de la ciudad.
Mi hermana me abraza y voy para la empresa, de allí mando mensaje a la señorita Miller, ella está trabajando remotamente para mí, y luego ella pasa toda mi programación del día, cómo me pongo feliz en mirar para la pantalla de mi computadora y ver la organización colorida de ella.
Y aún vi el viaje que necesito hacer, mañana. Participé de dos reuniones y firmé dos nuevos negocios, y mandé los diseños para la producción. Y aguardé inquieto el resultado.
Miguel viene balanceando el papel de la prueba, y me entrega, mis manos sudan solo por saber lo que ya sé, abrí y allí estaba un positivo para padre e hijo biológico.
Zac: Yo soy el padre, dio 100 por ciento.
Miguel: ¿Y tú tenías duda? Ahora ve tras ella, tu hijo pronto cumplirá cuatro meses, no pierdas más tiempo.
Zac: Yo voy, ya comencé a mandar flores en nombre de la empresa, hoy voy a mandar una en mi nombre y una ropita para él.
Miguel: Solo ve con calma, ella pasó por mucha cosa sin que tú estuvieras a su lado, pero piensa de un lado, la vio todos los días embarazada, pudo acompañar el crecimiento de lejos, de la gestación de la madre de tu hijo.
Zac: Y hablando en serio, ella se puso linda ¿no?, cargando a mi hijo.
Miguel: Sí, y tú reparaste bien.
Zac: Vete a la mierda, no era ciego, la señorita Miller es una mujer muy elegante para tu información.
Volvemos a trabajar, al otro día por la mañana viajé temprano, voy a quedar en Londres por un mes, un largo mes, y a la vuelta voy a correr contra el tiempo para quedar cerca de ellos.
