Ten cuidado, ya que en la penumbra, donde apenas ilumina el camino con unas pocas luces, podría estar el diablo con cara de Ángel observándote y preparado para llevarte a sus dominios.
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Capítulo 1 Escape de la escuela
Almass Vannecelli
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Caminaba hacia la entrada de la escuela junto a mi mejor amiga Esmeralda. Más que una amiga, ella es como una hermana para mí; hemos crecido juntas y la adoro con todo mi corazón. Mientras avanzamos, ella se detiene, me toma de la mano y salimos del colegio. Afortunadamente, los guardaespaldas ya se habían ido. Caminamos rápidamente durante dos cuadras hasta que tomamos un taxi. Al abordar el vehículo, le digo, con una mezcla de entusiasmo y nerviosismo, que me preocupo por lo que sucederá si mi padre o mis hermanos se enteran:
(Esmeralda)
—Esmeralda, esto es una locura. ¿Sabes lo que
pasará si mi padre se entera, verdad?
—No pasará nada, no tienen por qué enterarse. Así que relájate. Hoy seremos chicas totalmente normales —me responde, emocionada.
Al llegar al centro comercial, visitamos varias tiendas. Decidimos pagar en efectivo, ya que si uso tarjeta, mi padre podría sospechar. Pasada una hora, decidimos ir a una cafetería. Faltaba poco para que terminara la jornada escolar, pero teníamos tiempo suficiente para disfrutar de algo delicioso, especialmente Esmeralda, que tiene debilidad por el chocolate. En la cafetería, pido un café y una rebanada de pastel, al igual que ella. Nos sentamos a comer y charlar, y al terminar, Esmeralda pide otra rebanada. Sin embargo, miro mi reloj y me doy cuenta de que debemos irnos; en media hora terminarán las clases.
—Ya debemos irnos, queda poco tiempo para que terminen las clases —le digo, nerviosa.
Ella solo me responde con una mirada de desdén mientras lleva una cuchara de pastel de chocolate a su boca.
— Estoy terminando de comer, aún falta tiempo. Estamos cerca de la escuela, no pasará nada. Déjame comer tranquila.
—Ya te dije que nos vamos —insisto, apretando su brazo con fuerza.
La jalo mientras yo sostengo mi café con la otra mano. En su intento de liberarse, no me doy cuenta de que me acerco demasiado al frente hasta que, de repente, me choco con alguien. Al caer hacia atrás, siento que una mano me sujeta por la cintura. Es un hombre alto, de cabello negro y rostro asiático, con un aspecto imponente, elegantemente vestido con un traje negro. Su mirada intensa me provoca inquietud. En un instante, me doy cuenta de que el café se ha derramado sobre su traje. Él sigue sosteniéndome, nuestras miradas están conectadas, aunque su rostro permanece inexpresivo. Trato de moverme para que me suelte.
—Lo siento mucho, señor, no fue mi intención. Permítame cubrir el costo de la limpieza.
Busco dinero en mi bolsillo mientras él solo me observa, como si analizara cada detalle. Al sacar el dinero, pongo mi mano en la suya, pero al alejarla, él la toma de nuevo, apretándola suavemente.
—No necesito dinero. Debes tener más cuidado —me responde con un acento asiático.
Intento retirar mi mano, pero no me lo permite. Mi nerviosismo crece y siento la urgencia de irme, ya que se hace tarde.
—Señor, por favor acepte el dinero. Es un pago por lo que hice. Suéltame, necesito irme.
Finalmente, él suelta mi mano y guarda el dinero en su bolsillo, poniéndose a mi altura. Me observa detenidamente y me pierdo en su mirada; mi pulso se acelera y me siento incómoda. La intensidad de su mirada me eriza la piel. Detrás de él, hay cuatro hombres, también asiáticos; tres de ellos miran hacia otro lado, mientras él más joven nos observa con diversión. Regreso la vista a él, quien me dice unas palabras en su idioma nativo que no logro comprender. Quedo perpleja, preguntándome qué querrá decirme. Luego, habla en italiano:
—Si deseas hacer el pago, podrías hacerlo de la siguiente manera.
Toma mi mentón y acerca su rostro al mío, besándome suavemente. Estoy paralizada; era mi primer beso, y con un extraño. Sus labios son tan suaves y húmedos. Suavemente me succiona el labio inferior mientras se aleja. Al recuperarme de mi trance, reacciono de inmediato y le empujo, dándole una patada en la pierna. Rápidamente, agarro la mano de Esmeralda y huyo de allí.
Ella también le propina un golpe en la pierna y le grita que es un pervertido. Comenzamos a correr hasta la esquina. Mi corazón late con tanta fuerza que parece querer salirse del pecho. Un taxi pasa y, al girar, veo si ese hombre nos ha seguido; respiro aliviada al darme cuenta de que no es así y subimos al vehículo.
—¿Te encuentras bien? —me pregunta Esmeralda, acariciando suavemente mi espalda.
—Sí, estoy bien —le respondo, mirando hacia la ventana.
Mientras me toco suavemente el labio, recuerdo lo atrevido que fue al besarme. Espero no volver a verlo nunca, pero siento la necesidad de saber qué me dijo en su idioma; necesito saberlo para poder estar tranquila. Al poco tiempo, llegamos a nuestro destino. Esmeralda paga el taxi y nos bajamos una esquina antes. En ese momento, diviso a mi madre esperando con mi hermano menor. Mi corazón se detiene. Intento camuflarme detrás de Esmeralda y de nuestros compañeros mientras mi madre esta esperando en la salida de la escuela.
—Hola, mamá.
—Hola, madrina; ¿y ese milagro que vino a buscarnos? —dice Esmeralda con una sonrisa.
—Señoritas, ¿dónde estaban? —interviene mi madre, con los brazos cruzados.
—Estuvimos en clase, mami —le digo nerviosa.
—Mi bella y hermosa princesa, si vas a contar una mentira, debes hacerlo con seguridad; de lo contrario, nadie te va a creer. Llamaron de la escuela informando que no se presentaron a clase. ¿Dónde estaban?
—Mami, lo siento. Es que salimos a una cafetería a comer algo y distraernos un poco. Prometemos no volver a hacerlo, pero por favor, no le digas a papá.
—Mi niña, te entiendo, pero lo que hicieron estuvo mal. No pueden estar en la calle solas; es peligroso, especialmente para dos señoritas tan hermosas. No puedo ocultarle nada a tu padre. Por favor, suban al carro y preparen bien el discurso que le van a dar.
ya la familia se entero
ay k ver como se pone la trama 😱
gracias autora y enespera de próximo capítulo
Llegó el momento de enfrentar las consecuencias de tus actos , pero sobre todo llegó el momento para sacar la casta de que eres una Vanicelli y demostrar cuánto amas a tu amore coreanito.
pero queremos más capítulos