Mi Pequeña Muda

La suerte de Karla no era la mejor de todas. Eso era un hecho irrefutable.

En un momento ella se encontraba conversando con su prima Camila sobre algunas cosas al azar y al siguiente estaba en el suelo bajo la atenta mirada de Jeremy Cash.

Karla no sabía a ciencia cierta con que tropezó, tal vez fue el dobladillo de su falda, quizás dio un paso en falso.

Eso era la menor de sus preocupaciones debido a que ahora tenía una gran crisis delante de ella, una que parecía una gran bombilla.

— ¿Estás bien? — cuestionó Camila mientras la ayudaba a levantarse.

Ella se veía divertida por esta situación. Sin embargo, nadie podía culparla debido a que la forma en la que Karla había caído había sido tan graciosa.

Karla sacudió la cabeza por inercia mientras miraba la caja desparramada en el suelo antes de volver a mirar el rostro lleno de asombro de Jeremy Cash.

Tierra trágame y vuélveme a arrojar a un lugar muy, pero muy lejano, en dónde no haya consoladores ni un chico incrédulo delante de mis ojos.

Karla pensó mortificada.

Ella se mordió el labio antes de indicarle a su prima que había cosas más importantes por las que preocuparse que los raspones en su mejilla.

Camila, al darse cuenta de la presencia de Jeremy, así como los artículos desparramados por el suelo, colocó una expresión en su rostro que casi hace a Karla reír a carcajadas.

— Hola, cuñado — susurró aquella chica con la voz suave casi inaudible mientras recogía rápidamente todo lo que se había desparramado por el suelo —. Yo, solo estaba visitando a Karla.

Jeremy solo asintió ante su saludo, sus ojos seguían mirando aquel objeto deslumbrante que le había dejado a Karla muchas sombras psicológicas y de vergüenza en su memoria.

Él no podía creer que la chica delante de sus ojos sea tan atrevida para tener ese tipo de juguetes. Pero, de nuevo, Jeremy también pensó que no conocía muchas cosas de Karla. Por lo que era posible que ella sea una pequeña pervertida en las sombras.

Jeremy sintió que su comprensión del mundo había tenido un gran cambio.

Camila debido a que no quería estar atrapada en medio de esta situación tan bochornosa decidió dejar que Karla se encargue de todo. Sintiéndose culpable en su corazón ella miró a Karla con ojos lastimeros antes de salir corriendo como alma que lleva el diablo.

— Te escribiré más tarde.

Eso fue lo último que Karla escuchó.

Karla suspiró mientras sacaba una libreta y un lápiz.

“Eso… no es lo que piensas, no somos pervertidas. Todo tiene una explicación”.

Luego de escribir aquello, miró a Jeremy con la mejor mirada inocente y pura que pudo sacar de su repertorio antes de pasarle rápidamente la libreta, esperando que el malentendido se solucione.

Pero…

De nuevo, Jeremy parecía tener sus propios pensamientos.

Aquel joven de ojos oscuros y mirada penetrante levantó la ceja mientras leía lo que aquella chica escribió.

— ¡Oh!

Eso fue lo único que dijo antes de girar sobres sus talones y salir con rumbo desconocido, haciendo que Karla entrara en un mar de intranquilidad.

Después de todo, ella sintió que ese “¡Oh!” que Jeremy dijo fue porque le creyó o fue porque pensó que ella estaba tratando de engañarlo de nuevo.

Con él no sabía qué pensar.

Jeremy iba a hacer que se vuelva loca.

Sin embargo, en cuanto los ojos de Karla captaron el movimiento de los hombros de Jeremy junto con una risilla algo inaudible, ella supo que él solo se estaba burlando de ella.

¡Cielos!

Karla no pudo evitar fruncir los labios debido al enojo.

Ella resopló antes de recoger lo poco que le quedaba de dignidad y dirigirse al jardín.

El cielo se encontraba un poco nublado, las flores aún tenían algunas gotas de humedad debido a la brizna de la mañana, lo cual era agradable para Karla.

Mientras ella caminaba por el jardín no pudo evitar pensar en el cómic que estaba dibujando.

Ella ya se había rendido con el diseño del protagonista masculino. Para la mayoría de personas era Jeremy Cash, lo que hacía que Karla tuviera un mal sabor de boca cada vez que lo dibujaba.

Pero, fuera de eso, le estaba yendo muy bien, incluso mejor que el cómic anterior, así que estaba cosechando algunas ganancias. Incluso había recibido un e-mail de un editor de otra plataforma.

Mientras pensaba en qué hacer con la historia de Varen y Casandra, llegó hasta aquel árbol en el que siempre se recostaba Jeremy.

Karla caminó un par de veces tratando de ver qué era lo que lo hacía tan especial. Después de todo, alrededor había más árboles, con mejores raíces para recostarse que este, pero aquel chico solamente se recostaba alrededor de este árbol, haciendo que la gente no pudiera evitar pensar que este árbol ocultaba algún tesoro.

Justo cuando Karla pensó que Jeremy era un idiota con mente estrecha, demasiado quisquilloso. Sus ojos captaron algo que hizo que se quedara boquiabierta y todas las malas palabras que había pensado de Jeremy desaparecieran en su mente por completo.

Ahí, alrededor del árbol, rodeada de mala hierba y barro, se encontraba una lápida.

«Hermosa como la corteza de un árbol, fuerte y valerosa, así serás recordada por siempre en mi memoria. La muerte no es el fin, es el principio de todo».

Al leer aquel epitafio, miles de pensamientos invadieron la mente de Karla.

¿Quién será la persona que está enterrada en este lugar? ¿Acaso es una antigua novia de Jeremy? ¿Una mascota? ¿Es debido a que la extraña tanto que a menudo pasa debajo de este árbol? ¿Quién eres Jeremy Cash?

— ¿Qué haces aquí? — cuestionó una voz haciendo que casi Karla se cayera al suelo del susto.

Era Jeremy.

Y él parecía que no estaba nada contento con su intromisión a este sitio.

En eso tenía razón Karla, este árbol que parecía descuidado era un lugar sagrado para Jeremy. Por lo que no podía soportar que nadie lo invada. Ni siquiera el jardinero tenía permitido acercarse sin su permiso. Por lo que cuando vio a Karla merodeando sintió que su razón se nublóP por completo.

Pero...

Realmente no era la intención de Karla invadir su privacidad, ella no sabía que este árbol era tan importante para él. Solo se sintió curiosa.

Ahora mientras ella miraba los ojos fríos de Jeremy entendió que por algo dicen que la curiosidad mató al gato.

Justo cuando ella iba a escribir en la libreta, aquel chico tomó su mano haciendo que ella se diera cuenta de que la temperatura de su piel estaba fría.

— Ya sé lo que escribirás. “Que no fue tu intención” — mencionó Jeremy con aquellos ojos que parecían contener miles de secretos.

— Lo único que te pido es que respetes mi espacio, por favor. Ya sea la planta de arriba o este árbol no tienes permitido meter tus narices. He dejado atrás el incidente del hotel, ya sea que hayas tenido algo que ver o no, en este momento no me importa. Ya cambié de página. Me casé contigo por medio de un trato, en el que deje claro lo que quiero de ti, Karla. Por lo que si vamos a pasar juntos dos años, al menos debemos ser cordiales en el futuro. Este tipo de situación, es la primera vez que me sucede. Ya sabes. No es como si fuera por la vida casándome con cualquier persona. Solo lo hice como una medida desesperada para limpiar mi reputación, ese era el único camino que tenía. Así que, Karla, para que esta relación fluya de la mejor manera espero que tengamos una comunicación adecuada.

Karla bajó la cabeza ante su tono lleno de reprimenda.

Si Jeremy no hubiese recorrido el camino de la actuación, bien hubiese entrado al gremio de maestros. A pesar de que ambos tenían más o menos la misma edad, Karla no podía evitar sentirse como una adolescente siendo regañada por su profesor.

Jeremy si que sabía cómo hacer sentir mal a los demás.

Sin embargo, Karla no era alguien irracional y entendía su punto.

Después de todo, ella era la que había entrado en su vida de manera inesperada, irrumpiendo su comodidad y privacidad.

Pero, así como esto era nuevo para él también lo era para ella, al menos la parte del casamiento, porque en cuanto a ser utilizada como chivo expiatorio o ser regañada por cosas que no hizo, bueno, eso no era nada nuevo para ella. Por lo que, esta situación no presentó un gran cambio en su vida.

La rutina de Karla seguía siendo la misma solo en un lugar diferente.

— Vive tu vida que yo viviré la mía. Cuando nos toque montar un espectáculo para el público y los paparazzi lo haremos. Y cuando no, simplemente seguiremos haciendo nuestras cosas. Tu tío me aseguro de que eres alguien que sabe discernir lo que es correcto y lo que no, además, bajo mi propia observación he notado que eres alguien que no busca problemas en dónde no los hay, así que confió en que no pondrás en juego mi nombre. Cualquier cosa que necesites no dudes en hacérmelo saber, siempre y cuando sea racional, haré que sea posible.

Karla ya ni sabía qué pensar del tipo que estaba delante de ella, no cuando la miraba con aquellos ojos tan enigmáticos mientras decía este tipo de cosas.

Ella estaba segura de algo.

Jeremy definitivamente no era malo, ni irrazonable, parecía tener los pies en la tierra y parecía ver lo que era correcto e incorrecto.

Por lo que todos los prejuicios que Karla tenía hacia él iban desapareciendo con cada intercambio que tenían.