Mi Pequeña Muda
La vida realmente es impredecible.
Karla no pudo evitar suspirar ante este pensamiento mientras miraba su reflejo en el espejo.
La chica delante de ella se veía hermosa, sus cabellos negros se encontraban decorados con pequeñas flores dispersas que la hacían lucir como una princesa, sin embargo, sus ojos dorados tan parecidos a la luz del sol no mostraban la alegría que una novia debería tener.
Karla lanzó un suspiro mientras trataba de abrir la boca un par de veces con la intención de emitir un sonido, sin embargo, fue una tarea imposible, no más bien, fue inútil hacerlo.
Ella no podía hablar.
No podía hacerlo desde hace mucho tiempo.
Karla no nació así, tampoco tiene algún problema con sus cuerdas vocales. Su condición es el resultado de vivir uno de los acontecimientos más trágicos que cualquier niño pudiera presenciar jamás.
La muerte.
Cuando Karla tenía siete años sufrió un accidente automovilístico en el que sus padres perdieron la vida. Desde aquel incidente ella no ha podido volver a hablar.
Es como si hubiera algo atorado dentro de su garganta que le impide hacerlo.
Las personas que trataron su caso dijeron que quizás el accidente fue algo demasiado traumático para ella, que su mutismo fue un mecanismo de defensa.
Tal vez aquello sea cierto o quizás no.
Karla no puede estar segura de ello porque no recuerda nada de lo que pasó aquella noche en la que sus padres murieron, y a pesar de que ella ha intentado rememorar, no puede hacerlo.
Al final, tuvo que aprender a vivir de esta manera.
Karla bajó la mirada mientras contemplaba el ramo de flores sobre la cómoda.
Flores blancas y carmesís.
Hoy era el día de su boda, sin embargo, ella no podía sentirse reconciliada con este hecho. Después de todo, el matrimonio no había estado en ninguno de sus planes cercanos o lejanos, incluso en algún momento llegó a pensar que se iba a quedar soltera toda la vida.
Érase una vez pensó que había encontrado a su alma gemela, a alguien que la amaba con todo sus defectos y virtudes, pero, para él, solo fue una apuesta.
Por lo que desde hace mucho tiempo su corazón le cerró las puertas al amor.
Al menos, ese era su caso.
Karla ha sido despreciada incontables veces, las personas a veces la miran con lástima, a veces con condescendencia debido a su discapacidad.
Muchas veces se acercaban a ella con un objetivo en mente.
Karla había sufrido demasiados desplantes que ya se había dado por vencida. Por lo que pensó que el matrimonio no era una opción para ella.
Sin embargo, sucedió lo imposible, Karla se iba a casar, aunque no por amor, estaba siendo forzada a casarse por conveniencia.
Karla negó con la cabeza antes de cerrar los ojos y pensar en todo los acontecimientos que habían ocurrido en los últimos días.
Hace una semana ella había asistido a la ceremonia de inauguración de un hotel, en dónde habían sido invitadas innumerables personas influyentes, también artistas de reconocimiento mundial.
En un principio ella no quería ir, después de todo, ese tipo de eventos no era algo que Karla disfrutará demasiado.
Pero su prima Camila insistió tanto que no pudo negarse.
Después de todo, desde que ella había empezado a vivir bajo las alas de sus tíos, ellos se habían portado de manera amable.
Le dieron comida, un techo para vivir, educación y… amor.
Camila no fue la excepción.
Esa prima de ella era una chica dulce de 25 años que se creía la protagonista de algún comic.
Por lo que, la mayor parte del tiempo, Karla terminaba cediendo ante sus peticiones.
Además, en cuanto Camila mencionó que Dominik Powell estaría presente, el cual era un actor que Karla idolatraba.
Ella ya no pudo seguir negándose.
Incluso se sintió emocionada por asistir a este tipo de evento.
Sin embargo, nunca pensó que esa noche pasaría algo que iba a cambiar su vida por completo.
Karla aun no estaba segura de lo que pasó, el recuerdo dentro de su memoria es difuso hasta cierto punto.
Parece que en un momento se encontraba admirando los ojos azules de Dominik Powell tratando de conseguir una manera de que le dé un autógrafo sin parecer patética y al siguiente estaba bebiendo un jugo de sandía que le ofreció un camarero, después de eso, todo era tan difuso y turbio.
Parece que alguien se estaba burlando de ella.
Parece que estaba corriendo, no más bien parece que estaba huyendo de alguien.
Parece que entró a una habitación y chocó con un pecho firme y cálido, no, hirviente, parecía que había chocado con un volcán a punto de erupcionar.
Luego, ella no recordaba nada.
Pero, el que ella no recuerde no significa que no haya sucedido algo.
Es más, parece que en ese lapso de tiempo que perdió paso de todo.
A la mañana siguiente despertó sintiendo un dolor fuerte de cabeza. El dolor era demasiado intenso que hizo que no se fijara en el torso desnudo del hombre que se encontraba a su lado.
Bueno…
Hasta que él habló.
— ¡Maldita sea! — gruñó aquel hombre haciendo que Karla saliera de sus pensamientos algo desorientados y se diera cuenta del tipo de situación en la que se encontraba.
Sin embargo, antes de que ella pudiera asimilar lo que estaba pasando al notar el rostro malhumorado de aquel tipo, su mente se quedó en blanco.
Ojos oscuros que parecían contener miles de secretos.
Labios gruesos como si pidieran un beso.
Cuerpo musculoso que parecía haber sido esculpido por Afrodita, la diosa de la belleza.
Él no era nada más ni nada menos que el jodido Jeremy Cash.
Mi némesis.
Bueno, eso estaba mal.
Karla pensó para sus adentros.
Era el némesis mi ídolo, Dominik Powell.
Por lo que yo era su mayor hater.
¿Cómo fue que termine acostándome con este hombre? ¡Cielos!
Jeremy Cash era una estrella en ascenso, un joven de ojos oscuros que era popular en el círculo de entretenimiento debido a su trasfondo familiar y algunas series populares que había protagonizado.
Él era el hijo menor de los Cash, una de las familias más ricas de la capital que tenían sus narices en casi todas las industrias y negocios.
Un príncipe en pocas palabras.
— ¡Esos infelices se atrevieron a drogarme e incluso arrastraron a una pobre mujer! — exclamó aquel hombre en un tono severo mientras miraba a Karla.
Los ojos de Jeremy eran demasiado atrayentes que Karla no pudo evitar mirarlo embobada.
Sin embargo, en cuanto asimilo el significado de sus palabras ella tuvo una epifanía, por lo que se dio cuenta de que ella también había sido drogada.
Esa era la única explicación para su estado descompuesto.
Pero…
¿Por qué lo hicieron? ¿Quién fue el que le tendió esta trampa?
Karla tenía tantos nombres en mente.
Pero uno resonaba más.
Es solo que ella no estaba segura, por lo que no se iba a poner a especular.
Karla lanzó un suspiro antes de fruncir los labios mientras se tapaba con la sábana y trataba de ocultar su desnudez.
— ¿Por qué no dices nada? ¿No me digas que estás detrás de esto también? — cuestionó Jeremy.
Nadie podía culparlo por pensar aquello. Después de todo, él se había encontrado con muchas mujeres de ese tipo, que no les importaba ir en contra de sus principios para obtener dinero, poder o fama.
Sin embargo, él no quería pensar que la chica delante de sus ojos era ese tipo de mujer, después de todo, se veía inofensiva como un conejo.
Pero, de nuevo, no era como si él pudiera confiar en las apariencias.
Después de todo, su padre se veía tan noble y no era más que un malnacido.
Karla lo miró confundida, ella aún estaba tratando de asimilar su situación. Sin embargo, antes de que ella pudiera hacer algún movimiento para contradecir las palabras de Jeremy. Aquel hombre que desprendía una belleza salvaje se levantó de la cama y empezó a vestirse de manera rápida.
— ¿Cuánto te pagaron para que te metas en mi cama? ¿Acaso no tienes dignidad? — señaló.
Jeremy al notar el mutismo de la chica en la cama pensó que ella había aceptado sus acusaciones.
Karla a su espalda sacudió la cabeza tratando de negar sus acusaciones.
No es así.
Esa frase ella quería decirle, pero era imposible.
— ¿Es porque soy famoso? Sabes, lo que más odio en el mundo es el tipo de persona que abandona sus principios por dinero, poder o fama.
No es así.
Karla intentó hablar y defenderse, pero no pudo hacerlo, sus palabras, sus gritos no iban a ser escuchados.
Siempre había sido así.
Jeremy ya había sacado sus propias conclusiones con respecto a este asunto, por lo que Karla decidió no insistir más debido a que solo estaba perdiendo su tiempo.
Él no la iba a escuchar.
Así como muchos no lo hicieron.
— Espero no volver a verte nunca — gruñó aquel hombre.
Luego de que dijo aquello le dio una mala mirada antes de salir de la habitación.
Bueno.
Karla también esperaba no volver a verlo jamás. Ella solamente quería pensar que este tipo de incidente era una pesadilla.
Nota de Autora
Bienvenidas a esta nueva aventura, tomen asiento y disfruten de la historia de Karla y Jeremy.
Recuerden que todo es ficción.
Además, si son del tipo de persona que es sensible vayan preparando su corazón :) debido a que habrá situaciones que lo ameriten.
Gracias por mostrar interés y por pasarte por aquí, espero que tu estadía sea agradable :)
No se olviden de dejar un bello comentario o voto :) también si les agrada califiquen con ⭐⭐⭐⭐⭐ eso ayuda mucho a los autores para traerles más contenido.
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Updated 61 Episodes
Comments
Maris Benitez
Okay nueva aventura para leer ☺️☺️
2024-01-02
9
Sheniquoi
está trama me gusta
presiento que va a ser genial, de hecho, ya lo es
2023-11-24
1
Miraval 💃🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇨🇴
Aquí empezando a leer esta nueva aventura .
2023-11-15
0