Siempre he pensado que el hombre que nace malo, nunca en su vida vuelve a recuperar la bondad de su corazón, nadie se hace malo porque quiere, la vida, la sociedad y el mundo te obligan.
Pero que haces si a tu vida llega una persona que no te teme y que cambia el rumbo de tus pensamientos.
Soy Jarek y necesito una madre para mi hijo, no importa lo que tenga que hacer para conseguirla.
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Capítulo 7: Lo hago por Jacob.
—Es simple, doctora, si llegas al hospital diciendo que soy tu esposo, todo será más fácil. ¿Aceptas o no? —pregunta Jarek seriamente.
—Estás completamente loco, cómo piensas que me voy a casar contigo, me traes a este lugar como prisionera y ahora me dices que sea tu esposa —responde Victoria, muy molesta.
—No pensé que te molestaría tanto, has dicho dos veces frente a Cinthya que eres mi esposa, no creo que sea tan difícil decirlo frente a alguien, más— responde Jarek.
Victoria sale molesta del despacho, no entiende la forma de actuar del hombre de ojos oscuros, no puede evitar pensar en la respuesta de Jarek sobre su actitud frente a Cinthya, para la doctora también era difícil entender el porqué de su reacción, pero no aceptaría casarse con un hombre que es un monstruo.
Jarek se quedó en su despacho pensando en la respuesta de la doctora. Sabía que la idea de su abuela no iba a funcionar, pero también era consciente de que la vida de Jacob estaba en juego en ese momento.
Victoria no podía dormir, solo daba vueltas en su cama. La propuesta de Jarek le había terminado de quitar el sueño, decidió salir de su habitación y pasar la noche en el cuarto de Jacob.
Al llegar a la habitación, descubrió que el niño no estaba solo. Allí estaba la abuela Alma velando el sueño de su bisnieto. Al ver a Victoria, sonrió y la invitó a acercarse.
—¿No puedes dormir, mi niña?—le pregunta la abuela en voz baja.
—La verdad no, tengo muchas cosas en la cabeza - responde victoria.
—Aceptaste la propuesta de Jarek-pregunta la abuela con incertidumbre.
—No, señora, no puedo aceptar casarme con un hombre como él —responde Victoria fijando su vista a la ventana.
— ¿Cuál es tu miedo, mi niña? Enamorarte no es porque ya lo estás, a que le tienes miedo, Victoria —pregunta la abuela.
—Alma, tu nieto es una mala persona. Yo soy una mujer que salva vidas, él las quita sin piedad, es un hombre sin sentimientos, su corazón es frío y yo he soñado casarme algún día, pero completamente enamorada. Con un hombre de buen corazón, de buenos sentimientos —responde Victoria.
—Mi niña, tú y yo sabemos que lo que dices no es lo que sientes. Acepto que mi nieto es un hombre con una apariencia oscura, pero tiene el corazón más noble que no he conocido jamás.
Date la oportunidad de conocer a Jarek, no ese hombre que te secuestro, no conoce el hombre que se convertirá en el amor de tu vida —responde la abuela.
—Tengo miedo, señora, acepto que Jarek me hace sentir algo que no puedo explicar, pero no quiero sufrir - responde Victoria con lágrimas en los ojos.
—Te voy a contar algo que pocas personas saben: yo ame mucho a mi esposo y a mi hijo, pero ellos estaban llenos de odio y maldad, de sus manos sí corrió mucha sangre inocente, no les importaban los medios con tal de conseguir lo que querían, a pesar de todo y de no estar de acuerdo los ame con todo mi ser— responde Alma.
—No entiendo, señora, qué me quiere decir con todo esto —dice Victoria.
—Con Jarek sucedió todo lo contrario. Él no quiso seguir los pasos de su abuelo y su padre, no ha matado a nadie y eso es lo que ha provocado que tenga tantos enemigos. Estas personas eran socios de mi marido, que poco a poco se fueron retirando del negocio al ver los cambios que yo implementé y que mi nieto continuo —responde la abuela.
Victoria guardó silencio, las palabras de la abuela la estaban confundiendo mucho más.
—Yo cambié el rumbo de los negocios de mi marido, las armas y el narcotráfico los dejé a un lado, y por esto nos odian y corremos peligro, lo único que hace Jarek es proteger a la familia de los enemigos que nos acechan, cásate con mi nieto y te mostraré a que nos dedicamos en la actualidad— le dice la abuela tomando sus manos.
Victoria lloraba, no entendía por qué se sentía tan confundida. La abuela se acercó a ella y la abrazó fuertemente. En ese momento se escuchó la voz del pequeño Jacob.
—Mamá, mamá, ¿dónde estás? No me quiero morir, mami, quiero jugar con papi como antes —decía el niño en medio del sueño.
Victoria se acercó de inmediato a revisarlo. El niño empezó a abrir sus ojos poco a poco. Una pequeña sonrisa salió de él, esto le ayudó a Victoria a tomar una decisión.
—Alma, acepto casarme con su nieto, pero solo lo hago por Jacob - responde Victoria con firmeza.
—No esperaba menos de ti, querida, no te preocupes por nada, la boda se hará de inmediato —responde Alma saliendo de la habitación de su bisnieto.
Victoria pasó la noche al lado de Jacob, quien despertó muy temprano. Al verla a su lado, sonrió, el niño. Observaba a su doctora con una sonrisa; en el fondo de su ser sabía que ella lo curaría y se convertiría en la mamá que tanto le había pedido a la vida.
Victoria se despertó y le dio un fuerte abrazo al niño. Con él, ese instinto que había creído dejar en el olvido volvió a surgir, lo bañó y lo vistió como venía haciendo en los últimos días. Después, aprovechando la visita de Paulina, se fue a su habitación a organizarse. Hoy se celebrará una boda.
En el despacho…
Jarek no había dormido durante la noche, tenía muchas cosas en que pensar. Como el plan de su abuela no había funcionado, tenía que buscar la forma de ir a la ciudad sin que su familia o él corrieran algún peligro. Él era consciente de que su cabeza tenía precio, y que sus enemigos solo esperaban un descuido de su parte para atacar.
—No dormiste, anoche, ¿verdad? - pregunta la abuela, entrando llena de paquetes al despacho.
—Sabes que hace mucho tiempo no lo hago, abuela, cómo sigue Jacob —pregunta Jarek.
—Tu hijo, muy bien, y estará mejor, toma esto, mi amor, esta noche es tu boda —dice la abuela entregándole muchas bolsas.
—No entiendo, la doctora fue muy clara, ella dijo que no - respondió Jarek muy confundido.
—A ti te dijo que no, a mí me dijo que sí, y aquí se hace lo que yo diga, necesito que estés listo a las 6 —le dice la abuela saliendo del despacho.
Después de muchos años, una pequeña sonrisa, salió del rostro de Jarek. Sus ojos no se tornaron oscuros, en esta ocasión, estaban cálidos y brillantes. De inmediato sacó de su mente cualquier pensamiento de felicidad, sabía que todo era una farsa, que esto lo haría por la salud de Jacob, nada más.