Una Esposa Para El Príncipe Maldito

Dias despues, el ducado Aldridge se llenó de movimiento. los sirvientes corrian de un lado a otro preparando habitaciones, limpiando salones y colocando flores en cada rincón. el anuncio era oficial: el principe Jahir hassan llegaria esa misma tarde.

cuando la noticia llegó a oidos de Nora, apenas levantó la vista del libro que tenia abierto sobre la mesa.

Nora: entiendo.. asegurense de que todo este en orden y designen a un asistente para que atienda al principe durante su estadia.

su doncella la miró confundida.

—¿no… se vestirá para recibirlo, señorita?

Nora sonrió apenas.

Nora: no cambiare mi rutina por el. si vino al ducado, encontrará que aqui todos tenemos cosas que hacer.

y cumplió su palabra. mientras los carruajes reales llegaban al patio principal y los heraldos anunciaban el nombre del principe heredero de deira, Nora se encontraba en los jardines traseros, concentrada en su entrenamiento. el anciano mago, de barba gris y mirada severa, observaba cómo los objetos flotaban torpemente frente a ella.

Mago: concentrate, niña.. la magia responde a la mente, pero tambien al cuerpo. si dudas, caerán.

Nora: lo se..

mientras las piedras temblaban en el aire.

desde una de las ventanas del segundo piso, Jahir observaba la escena. lo habia hecho por simple curiosidad, creyendo que veria a la arrogante hija del duque esperándolo con sonrisas fingidas o vestidos deslumbrantes. pero no. alli estaba ella, despeinada, con ropa sencilla, moviendo objetos con la mente bajo la guia de un viejo mago.

[¿asi es como recibe a su prometido?]

más tarde, cuando compartió con el duque en el salón principal, escuchó cómo el hombre hablaba de su hija con orgullo, sin notar la tensión en la mirada del principe.

Duque: ha estado más activa ultimamente, más feliz. incluso entrena.. aunque no se por que. debe ser una moda o una distracción antes de la ceremonia oficial de compromiso..

Jahir sonrió apenas, sin responder. pero sus ojos se desviaron una vez más hacia la ventana, donde habia visto a Nora entrenar. algo en ella habia cambiado… y eso lo molestaba más de lo que podia admitir.

El duque le dijo que tenia que asistir a la cena, por lo cual ella acepto tranquila..

la cena fue elegante, como todas las del ducado Aldridge, aunque Nora no tenia ánimos de conversaciones politicas ni de halagos vacios. se sentó con serenidad, saludó al principe con una leve inclinación de cabeza y, tras eso, no volvió a dirigirle la palabra. se concentró en su plato, en el vino, en el murmullo de los cubiertos.

Jahir, en cambio, no apartaba la mirada de ella. esperaba alguna muestra de interes, una palabra, una sonrisa forzada… algo. pero Nora permanecia tranquila, hablando más con los criados que con el, y eso lo irritaba más de lo que hubiera querido admitir.

fue el duque quien rompió el silencio con una pregunta casual..

Duque: su alteza, ¿cómo estuvo su viaje antes de llegar aqui?

Principe: tranquilo.. antes de venir pase unos dias en Aragon. asisti a una boda real.

Nora, que estaba bebiendo un sorbo de te, se atragantó y tosió con fuerza, sorprendida por lo que acababa de oir. todos en la mesa la miraron.

Nora: ¿una… boda? ¿el rey alastair aragon se casó?

Jahir la observó, serio. habia una chispa de genuino interes en su voz, algo que lo molestó de inmediato.

Principe: no.. quien se casó fue la reina Alexandra Aragon. es ella quien gobierna ahora.

Nora parpadeó, confundida.

Nora: ¿reina Alexandra…? ¿el rey Alastair ya no está en el trono?

Principe: ¿por que tanto interes en ese hombre?

Nora se estremeció, pero no respondió. fingió volver a su te, aunque su mente giraba sin descanso.

[eso no estaba en la novela.]

en la historia que ella conocia, el rey Alastair jamás habia sido destronado ni reemplazado. habia sido el quien habia provocado la guerra, quien habia enviado mercenarios para quemar las cosechas del reino de Deira, quien habia mandado matar a inocentes.

[¿cómo es posible que ahora haya una reina? ¿acaso los eventos de esta historia han cambiado desde que llegue?]

al otro extremo de la mesa, Jahir la seguia observando. sus ojos, rojos como brasas ocultas, la examinaban con una mezcla de desconfianza y enfado. no entendia por que esa mujer, su prometida, mostraba tanto interes por un enemigo histórico.

Principe: si tanto le interesa Aragon.. la próxima vez la invitare a acompañarme. asi podrá preguntarle usted misma al nuevo monarca.

ella alzó la vista, percibiendo el filo en sus palabras.

Nora: no es necesario, alteza.. solo… me sorprendió el cambio.

Jahir no respondió. pero el resto de la cena transcurrió en un silencio denso, cargado de tensión. Nora fingia serenidad, pero por dentro no podia dejar de pensar que la historia estaba comenzando a desviarse del libro que conocia…

la cena continuó entre murmullos y conversaciones superficiales, aunque el aire en el salón se habia vuelto espeso desde la mención de Aragón. el duque, ajeno al intercambio de miradas entre su hija y el principe, tomó un sorbo de vino y dijo con voz diplomática..

Duque: su alteza, ¿y cómo están las cosas ahora con el reino de aragón? tengo entendido que hace unos años la relación era... complicada.

Jahir apoyó los codos en la mesa y habló con un tono sereno, pero cargado de autoridad.

Principe: mucho mejor que antes, duque Aldridge. los tratados se han estabilizado, el comercio ha vuelto a fluir y no hay movimientos ahora.

el duque asintió satisfecho.

Duque: he oido rumores de que la nueva reina se casó con un jinete imperial. ¿es cierto eso?

Jahir asintió con una mueca leve.

Principe: si. el imperio de oro y Aragón sellaron una alianza con ese matrimonio. ahora cuentan con el respaldo militar imperial… un movimiento inteligente, aunque arriesgado.

Nora dejó el tenedor sobre el plato, inmóvil.

[¿un jinete imperial? ¿una alianza con el imperio? ¿QUE ESTA PASANDO]

en la novela que ella habia leido, eso jamás ocurrió. al contrario.. el reino de Aragón habia sido derrotado y reducido a ruinas por el propio principe Jahir.

Nora: ¿entonces… el rey Alastair…?

Jahir giró la cabeza hacia ella con una mirada tan fria que hizo que hasta los sirvientes dejaran de moverse.

Principe: ¿aun con ese nombre? ¿que interes tiene usted en un hombre que fue sacado de su trono por su propia familia por sus planes contra Deira?

ella se tensó, comprendiendo su error.

Nora: no… solo me sorprende el cambio, alteza. eso es todo.

Principe: le sorprenderá menos si deja de hablar de reyes caidos y se enfoca en el presente..

el duque, intentando suavizar el momento, soltó una pequeña risa nerviosa.

Duque: vamos, su alteza, no se lo tome a mal. mi hija siempre ha sido curiosa con la historia.

Jahir no respondió. solo desvió la mirada hacia su copa, sin tocarla. la conversación se diluyó lentamente, pero el ambiente no volvió a relajarse.

Nora permaneció en silencio, fingiendo calma, aunque en su mente todo se arremolinaba. esa no es la historia que conocia… algo cambió… algo grande.

y por primera vez desde que despertó en ese mundo, sintió miedo. no por el principe, sino por lo que significaba que la historia ya no siguiera el guion del libro.