La noche de su ceremonia de compromiso, Astrid se entera que su prometido y futuro Alfa la engaño con su mejor amiga y lo peor es que espera un hijo de él.
Con el corazón destrozado se adentra al bosque, donde termina perdiendo su virginidad con un desconocido, sin imaginarse que esa noche, su vida cambiaria para siempre.
Cuatro años después se verá obligada regresar a su manada, con la urgencia de saber quien es el padre de su cachorro, quien esta despertando sus habilidades, poderes que hacía muchos años se habían perdido entre los lobos.
Siendo solo el Rey Lycan el único en tenerlos, bueno ahora son dos, por que el pequeño Alain a sus cuatro años ha despertado a su licántropo.
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Mi cachorro
El pequeño Alain se había separado de sus abuelos, tenía un extraño sentimiento, la necesidad de ir hacia el enorme palacio crecía en su interior, caminaba sin detenerse, sin percatarse de los carros, que se detenían bruscamente para no dañarlo y de pronto, las personas comenzaron a gritar con desesperación, lobos enormes y rabiosos empezaron a atacar la ciudad, destruyendo todo a su paso.
- ¿Ah? – Alain se detuvo a mitad de un cruce peatonal y miro a todos lados- Loki…tengo miedo – Susurró el pequeño al ver esos lobos atacar a las personas – Quiero a mi mami – cubrió sus oídos con sus pequeñas manos y apretó sus ojos con fuerza, no quería seguir viendo aquella escena aterradora.
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Astrid condujo hasta la capital, pero el ataque no la dejo avanzar más en coche, así que se bajó y empezó a correr, sus padres y Alain habían quedado en un restaurante familiar, no estaba lejos, pero para su mala suerte estaba justo donde el ataque de los desertores era mas intenso.
- ¡Astrid! - Gritaron sus padres, ella se acercó aliviada por unos segundos, hasta que no vio a Alain.
- ¿Dónde está Alain? – Preguntó nerviosa.
- Se perdió, solo fue unos segundos y ya no…ay hija lo siento – Empezó a llorar desesperada Aurora.
- Tranquilas, continuemos buscándolo, a lo mejor…- Frank no termino sus palabras, pues Astrid se fue corriendo.
Ella sentía la presencia de Alain, podía sentir su miedo, llamándola, tenía que llegar a él y protegerlo, su pequeño la necesitaba.
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Kaelen iba en el automóvil, rumbo a la capital, aunque Danilo le pidió que se mantuviera al margen tenía la necesidad de ir a ese lugar.
- ¿La encontró Oscar? – Preguntó, también estaba preocupado por Astrid, quien se había ido apresurada.
- No – Respondió Danilo, mantenía contacto directo con Oscar, encontrar a Astrid era de suma importancia. Ella era la pareja destinada de su rey.
- Mierda – Soltó furioso.
El carro se detuvo de golpe, un desertor se estrello en el parabrisas.
- ¿Qué carajo? – Soltó Danilo sorprendido.
Kaelen suspiró, sintió un aura poderosa rodear el lugar.
- ¿Majestad? – Danilo miró a su rey, bajar del coche y él hizo lo mismo.
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Astrid encontró a Alain, estaba en medio de la calle, los desertores ya se habían dado cuenta de su presencia así que corrían hacía a él.
- ¡Alain! - Grito ella, corriendo hacia su pequeño.
Alain abrió sus ojos al escuchar a su mamá, no tardo en encontrarla, ella corría hacía a él.
- ¡Mami! - Grito el pequeño con emoción, su rostro se ilumino con una gran sonrisa.
Alain dio unos saltos en su lugar y alzo sus manos sin dejar de mirar a su mamá, pero detrás de ella apareció un lobo desertor.
- Loki, salva a mami – Dijo el pequeño mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Y del pequeño cuerpo de Alain salió una poderosa aura que se dirigió contra el desertor que saltó por detrás de Astrid.
Ella ni siquiera se dio cuenta del desertor hasta que escucho como se estrello contra algo, se detuvo y miro con sorpresa al lobo muerto sobre el parabrisa de un coche lujoso. Astrid dirigió su mirada hacía el pequeño Alain, fue momentáneo, pero logro ver un extraño poder salir de él, sacudió su cabeza y llegó hasta a él.
- Mami, te extrañe – Dijo el pequeño ya en brazos de ella.
- Tranquilo, mi amor, ya estoy aquí – Astrid estaba de rodillas, con su pequeño en brazos.
Ella miro al frente dos desertores se lanzaron contra ellos dos, ni siquiera podría defenderse, y no es como si pudiera, pues solo recibió el entrenamiento básico, jamás antes se había enfrentado a lobos desertores.
Astrid abrazo con fuerza a Alan, lo cubrió con su cuerpo y cerró sus ojos con fuerza.
Kaelen observo todo desde la distancia, ella estaba ahí, protegiendo a ese pequeño niño, su corazón latía con fuerza descomunal, su licántropo estuvo a punto de tomar el control, pero él logro contenerlo, se lanzó contra aquellos desertores que estaban por dañarla y los mando a volar contra unos locales.
Astrid abrió los ojos al no sentir el ataque, suspiró y dirigió su mirada hacia el hombre que tenía en frente, era el Rey, quien no dejaba de mirarla con aquellos intensos ojos escarlata, su corazón empezó a latir con fuerza, recordando la noche de hace cuatro años, sus ojos eran idénticos, la forma en la que la miraba ahora, era igual a la de hace cuatro años.
Kaelen la miraba con intensidad, pero sus ojos se posaron de inmediato en aquel pequeño de cabellos negros que tenía aferrado a ella, podía sentirlo, su aroma, su aroma estaba en él, ese cachorro llevaba su sangre, era él quien lo estuvo llamando todo este tiempo. Se inclino para quedar a la altura de ambos, llevo su mano a su cabello negro y lo acaricio, soltó un largo suspiró y trago saliva.
Alain dejo de ocultar su rostro y dirigió su mirada hacia aquel hombre que acariciaba su cabello, su simple toque hacía que se sintiera tranquilo, protegido. Sonrió con tanta ternura.
- Mi cachorro – Susurro sin ninguna duda en sus palabras.
Astrid ahogo un suspiro ante lo que dijo el rey, ¿su cachorro? ¿Entonces él era el hombre de hace cuatro años? ¿El padre Alain? ¿El rey Lycan? Su cuerpo comenzó a temblar, miro a los lados los desertores los rodearon, aferró más a Alain a ella.
Kaelen frunció el ceño al ver el miedo en el rostro de Astrid, se levanto y miro a los desertores, eran alrededor de una docena, pero ninguno era oponente para él, ni siquiera había necesidad de pelear, con su aura podía simplemente derrotarlos y así lo hizo, expulso su aura contra ellos, uno a uno, cayeron sin vida.
- Majestad – Danilo y Oscar llegaron.
Danilo se coloco al lado de Kaelen, mientras Oscar detrás de Astrid y el pequeño que tenía en sus brazos.
- Encárguense de todo esto – Dijo Kaelen y dirigió su mirada a Astrid. - ¿Puedes caminar? – Pregunto con una leve sonrisa.
Astrid asintió, sin poder formular alguna palabra. Cargo a Alain en brazos.
- Vamos – Kaelen la rodeó de la cintura, ella se tensó y lo miró, pero Kaelen no pensaba soltarla, ni a ella ni a su cachorro.
Alain no dejaba de observar a Kaelen, le gustaba la calidez que le transmitía al tenerlo cerca, le agradaba.
- El novio de mami – Pensó recordando que lo había visto en una foto de internet – Loki, lo encontramos – Sonrió y sin más le dio un beso en la mejilla a su mamá.
Astrid lo miró y sonrió ante el gesto de su pequeño.
- Te amo, mami – Dijo con ternura el pequeño.
Kaelen sonrió, ese cachorro era muy tierno y era suyo, era el fruto de esa intensa noche en el lago.
Kaelen llevó a Astrid y Alain al palacio, pero no a la oficina, sino al ala del rey, ahí tendrían más privacidad, además ahora ese era el hogar de ellos, los llevó directo a un pequeño salón donde tomaron asiento en un sofá, Astrid seguía teniendo a Alain en sus brazos.
- Yo …- Astrid trató de formular alguna frase, pero no pudo.
- Mami, tengo hambre- dijo Alain sobando su estómago.
- ¿Qué te gustaría comer? – Preguntó Kaelen con suavidad en su voz.
- Panqueques con mucha miel y leche de chocolate- Dijo alegremente.
- Con poca miel y leche sin chocolate – Corrigió Astrid de inmediato – No puede comer mucho dulce- Susurró al ver la mirada de Kaelen.
- Bien – Kaelen tomó el teléfono que había en una mesa al costado del sofá y no tardo en pedir lo que el cachorro quería, claro con las indicaciones de Astrid. - Lo traerán en un momento – Dijo.
- Gracias – Dijo Alain.
- ¿Cómo te llamas? – Pregunto Kaelen sentándose en la mesa de centro y quedando frente a ellos.
- Me llamo Alain, mucho gusto – Se presento el pequeño muy alegre.
- Encantado, Alain – Kaelen acarició su negro cabello, similar al de él. - ¿Cuántos años tienes? – Preguntó.
Alain empezó a hacer cuentas con sus dedos y señalo.
- Tengo cuatro años – Dijo alegremente. - ¿Y usted? – Preguntó divertido.
- Muchos años – Respondió Kaelen. Dirigió su mirada a Astrid, que solo observaba aquella conversación.
- ¿Usted es el novio de mi mami? – Pregunto Alain sorprendiendo a ambos adultos.
- Alain…- Susurro Astrid con sus mejillas sonrojadas.
- Lo soy – Respondió Kaelen con orgullo.
Astrid lo miro sorprendida.
Una empleada entró con la charola de comida para Alain, Kaelen se levantó de la mesa de centro y ordeno que la dejaran ahí, después de hacerlo la empleada se retiró.
- ¿Puedo comer mami? – Preguntó Alain aun en brazos de Astrid.
- Si, pero despacio, o te dolerá el estómago – Dijo.
Alain bajo de los brazos de su madre y se acerco a la comida, empezó tomando un poco de leche.
Kaelen se sentó al lado de Astrid, no podía dejar de mirarla, ni a ella, ni a Alain, era increíble, tenia a su pareja destinada y ahora también a su cachorro, su corazón palpitaba de felicidad.
- ¿Usted es? – Astrid lo miró nerviosa.
- Si, lo soy – Dijo, ambos entendían a que se referían, dirigieron su mirada a Alain.
- Es imposible…no puede ser ¿O sí? – Lo volvió a mirar.
Kaelen soltó una pequeña risa ante la reacción de Astrid.
- Mami, otra vez me duele – El pequeño camino hacia su madre.
Astrid lo cargo de nuevo, Alain se recostó sobre el pecho de su madre, sentía su cuerpo débil y dolía.
- Ayúdelo por favor – Astrid suplico con su voz quebrada a Kaelen. – Su lobo despertó y enferma muy frecuente… - Agregó nerviosa.
Kaelen abrió sus ojos de sorpresa, solo tenía cuatro años para que su lobo haya despertado, no, no era un simple lobo, era un licántropo.
- ¿Alain? ¿Cómo se llama? – Preguntó Kaelen, trataría de hablar con su licántropo, recordó lo sucedido en la ciudad el aura había sido de él y por eso se sentía mal ahora, su pequeño cuerpo no podía soportar tanto poder aún.
- Loki…- Susurro el pequeño.
- Ok – Dijo Kaelen y coloco su mano sobre la cabeza del niño – Loki, contrólate, ya están a salvo, así que no uses más tu poder, debilitas a Alain – susurro Kaelen, esperando obtener respuesta de aquel licántropo.
- Vienen por él –
En la mente de Kaelen resonaron esas palabras, frunció el ceño levemente.
- Tranquilo, lo voy a proteger- Dijo con firmeza Kaelen, no dejaría que nadie tocara a su cachorro.
- Yo lo protejo – Gruño Loki.
- Lo sé, pero tienes que controlarte, el pequeño cuerpo de Alain, no soporta tu poder, lo lastimas – Respondió Kaelen, no podía negarle a Loki, que él lo protegía, pues eso podría ocasionar un conflicto y querer alejarlo de él. – Aun es un niño, permite que Lugh y yo lo protejamos hasta que este listo para soportar tu poder – Agrego con confianza, esperando que Loki accediera al escuchar el nombre de su licántropo.
Loki ya no respondió, pero el cuerpo de Alain comenzaba a recuperar su color y el pequeño se quedaba dormido, sonrió. Loki había accedido.
- Estará bien, solo necesita descansar, el aura de Loki lo debilito – Comentó al ver aun la preocupación en el rostro de Astrid.
- Gracias – Astrid no pudo contenerse más, sus lágrimas empaparon su rostro y abrazo a su pequeño, se sentía aliviada de que finalmente podía recibir la ayuda de su padre.
- Tranquila, yo me encargare de protegerlos a los dos a partir de ahora- Kaelen no se contuvo más y la abrazo junto a su cachorro, podía sentirlo, mediante el vínculo, podía sentir la desesperación de Astrid.
Astrid lloro en brazos de Kaelen, comenzaba a sentir que podía soltar todo lo que había pasado durante todos esos años, nunca se imagino que volvería a encontrar al hombre con el que estuvo aquella vez, en la que concibió a su cachorrito, pero eso la calmaba, por que ahora, él podía ayudarlo a controlar a su lobo, no, a su licántropo, Kaelen era un licántropo, por lo tanto, su pequeño también lo era.
Alain es el cachorro del Rey Lycan.