Enamorarse No Está En El Contrato

Después de recibir el mensaje de su amigo, Odris le avisó al profesor que era llamado por el centro estudiantil, el mayor le dio permiso para que saliera de clases. Mientras que Indigo llegaba a la enfermería, al golpear la puerta el médico de la universidad lo atendió.

—Buenos días— le dijo el doctor—. ¿Te sientes mal?.

—No, yo— Indigo lo pensó por una fracción de segundos—. Vine a ver a mí novio, me dijeron que sufrió un desmayo. Soy de cursos superiores.

—Ya veo. Pasa.

El castaño entró y fue hasta la cama donde descansaba Aidan.

—¿Sabías que tú novio no come en las mañanas?. Es un estudiante de una carrera complicada, no puede estar sin el primer alimento del día— le dijo el médico.

—Lo siento, aún no vivimos juntos y por más que le digo no logra hacerme caso— se excusó el castaño.

—Tendrás que cuidarlo mejor— le dijo el doctor—. Sería bueno que le tuvieras algo para comer después que despierte.

—De acuerdo.

Indigo le dio un beso en la frente a Aidan y luego salió de la enfermería, el doctor le dio una última revisión al paciente y luego salió al laboratorio en busca de algunos medicamentos. Al sentir que no había nadie con él, Aidan abrió los ojos viendo las blancas paredes. Entendió que estaba en la enfermería, aún se sentía algo mareado. De pronto llevó su mano hacia su frente y tocó suavemente, ¿habría sido un sueño?.

—Debí golpearme la cabeza cuando me desmayé— se dijo. Aún tenía sueño por lo que se dispuso a descansar.

Odris había salido del salón de clases y fue a la sala de reuniones donde estaba el centro estudiantil con algunos docentes.

—Buenos días— saludó el chico después de tocar la puerta—. Indigo tuvo un asunto que atender importante, me pidió venir en su lugar.

Kilian frunció el ceño algo extrañado, en la universidad era difícil tener algún asunto importante que atender que no tuviera que ver con la institución.

—Necesitábamos la ayuda de Indigo por un problema del aniversario de la universidad— le dijo Mael viendo que su amigo no decía nada.

—¿Qué sería?.

Indigo por su lado había salido del edificio principal para ir a la cafetería y comprar algo para que comiera Aidan. No podía creer que se había subido a la moto del chico sin saber que podía sentirse mal, a Dios gracias que no chocaron o algo peor.

—Me haré cargo de él de ahora en adelante— se dijo el castaño mientras compraba algo dulce para llevarle.

Sayer regresó a su salón de clases a terminar su parte de la exposición. Le explicó al profesor que un alumno de curso superior lo cuidaría, ya que era su amigo de infancia. Luego de eso terminó de hacer su presentación, el profesor les dio una buena nota pues el trabajo estaba muy bien hecho.

Después de comprar, Indigo iba de regreso a la enfermería, estaba claro que no volvería a clases. Mientras caminaba por el pasillo su celular sonó, le había llegado un mensaje. Vio que era Odris.

"El centro estudiantil y los profesores te querían pedir un enorme favor. Resulta que no han podido encontrar un lugar donde hacer la fiesta de aniversario. Los lugares que hay son pequeños y caros. El resort de Kilian está alquilado para un matrimonio para esas fechas, y ellos querían saber si había alguna posibilidad de que pudiera tu familia arrendarnos la parcela que tienen fuera de la ciudad. Espero tu respuesta."

Indigo se sorprendió un poco, lo pensó un momento. Sabía que sus padres no se opondrían a prestarle la parcela para una fiesta de la universidad. Le respondió con un "está bien", envió el mensaje y continuó a la enfermería.

Al llegar golpeó la puerta, el doctor le abrió.

—Que bueno que estás aquí— le dijo el médico—. Tú novio acaba de despertar, iré al laboratorio por unos exámenes.

Indigo asintió y entró mientras el mayor salía, cerró la puerta. Vio entonces a Aidan sentado en la cama con las mejillas rojas, ¿había escuchado bien?.

—¿Cómo te sientes?— le preguntó Indigo acercándose a la cama.

—¿Enserio le dijiste al doctor qué éramos novios?. Además, ¿qué haces aquí, dónde está Sayer?— le dijo el pelinegro sin levantar la mirada.

—Sayer fue a dar su presentación, lo encontré en el pasillo y me contó lo que te había sucedido. Le dije que regresara al salón y que yo me haría cargo de ti— le dijo el castaño, esas palabras hicieron sonrojar aún más a Aidan—. Le dije al médico que éramos novios, porque pronto nos vamos a casar.

Las mejillas del pelinegro explotaron de rojo, el chico no levantó la mirada.

—¿Qué hacías fuera de clases?.

—Me llamaron a la sala de reuniones con el centro estudiantil y algunos profesores— le dijo Indigo.

Aidan levantó la vista, ¿qué hacía ahí entonces?.

—Quería quedarme contigo, así que le pedí a Odris que fuera a la reunión por mí. Me querían para saber si podían usar la parcela de mis padres para la fiesta de aniversario— le dijo Indigo.

El pelinegro lo quedó mirando recordando aquel lugar cuando eran niños.

—Veo que te acuerdas de los veranos que pasamos ahí— le dijo Indigo viendo el rostro del chico.

—No recuerdo nada más que malos momentos, siempre peleábamos— dijo Aidan sin mirarlo.

El castaño no dijo nada ante eso.

—¿Tienes hambre?— le preguntó Indigo mostrando la bolsa.

—No— le dijo Aidan, su estómago comenzó a sonar.

—No seas soberbio con la comida— dijo el mayor dándole la bolsa y el té con leche.

El pelinegro tomó las cosas algo avergonzado.

—Gracias— le dijo abriendo la bolsa, dentro había una tarta dulce de esas que le gustaban tanto. Se quedó pensando en porque Indigo estaba actuando así con él, era demasiado extraño—. ¿Qué quieres conmigo?. ¿Por qué de repente eres tan amable?.

—Sólo quiero que nos llevemos bien, después de todo nos vamos a casar— le dijo el castaño.

Aidan no confiaba en Indigo, siempre se habían llevado mal y esa extraña amabilidad no dejaba de darle vueltas. Estaba seguro que detrás de todo eso el chico estaba planeando algo, y no se dejaría engañar. Comenzó a comer en silencio, el sabor de la tarta de deshacía en su boca y el té con leche estaba como a él le gustaba.

Terminó de comer, Indigo botó la basura. En eso llegaba el doctor con los resultados de los exámenes de Aidan.

—Bien Aidan— dijo el mayor—. Tienes un cuerpo fuerte, pero debes cuidarlo mejor. Tu amigo y novio coinciden en que no tomas desayuno— el pelinegro iba a protestar diciendo que no eran novios, pero el médico siguió hablando—. Debes comprender que es el primer alimento del día, y más tú que estudias una carrera complicada.

—Lo siendo doctor, seré más responsable— le dijo Aidan olvidando el asunto del novio.

—Bien— miró a Indigo—. Puedes llevarte a tu novio.

El castaño se acercó al chico y lo ayudó a vestirse, luego dieron las gracias y salieron de la enfermería. Mientras caminaban por el pasillo, se encontraron con Odris, el chico se dirigía al salón de clases.

—Indigo— le dijo el pelinegro mirando luego a Aidan—. ¿Irás a clases?.

—Dejaré a Aidan en su salón y después iré contigo— dijo Indigo.

Odris asintió extrañado por verlos juntos, pero no preguntaría nada por el momento. Los otros dos continuaron su camino, aún restaban unos treinta minutos de clases antes de la hora del almuerzo.

—¿Te sientes mejor?.

—Sí, ya estoy bien— le dijo Aidan, lo quedó mirando—. Tú hablas del matrimonio como si fuese a pasar pronto, ten en cuenta que prefiero que sea cuando termine al menos este año.

—No, será dentro de un mes— dijo Indigo—. No voy a esperar tanto para casarnos.

Aidan lo quedó mirando, fue ahí que se dio cuenta cual era su plan.

—¿Y qué crees conseguir con ese compromiso?. Ambos sabemos que es por la empresa— le dijo el pelinegro.

—¿A qué le tienes miedo Aidan?. ¿A enamorarte?— le preguntó Indigo.

—¿Enamorarme?. Eres muy confiado Indigo, jamás me enamoraría de ti— le dijo el pelinegro.

El castaño detuvo su paso y se puso frente a él.

—Bien— le dijo Indigo mirando los labios de Aidan—. Cuando firmes ese contrato las cosas cambiarán para ti, y terminarás enamorado de mí.

El menor retrocedió.

—Esa es una cláusula que no sale en el contrato, y jamás se hará realidad— le dijo Aidan—. Nunca me enamoraré de ti.

Dicho esto siguió su camino hacia el salón de clases, Indigo dibujó una sonrisa ladina y fue a su aula.