Un matrimonio arreglado unirá a la dulce y tierna Natália con un hombre en estado vegetativo.
Bryan Navarro llevaba tres meses en estado vegetativo debido a un grave accidente de coche que dejó muerto a su padre, Jonny Navarro. Sueli Navarro, la madre viuda de Bryan, tenía la esperanza de ver a su hijo recuperado.
Bryan, antes del accidente, siempre fue un hombre frío y ambicioso, dispuesto a hacer todo por dinero. No es de extrañar que fuera uno de los hombres más ricos del país y que la familia Navarro fuera una de las más influyentes.
Natália es una mujer sencilla que perdió a sus padres en un accidente de coche. Para cumplir el último deseo de su padre, ella se casará con Bryan, pero, inesperadamente, él despierta un día, convirtiendo su vida en un verdadero infierno.
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Capítulo 18
Natalia lloraba desconsoladamente en el fuerte abrazo de Sueli. La desesperación la envolvía como una tempestad, mientras recuerdos dolorosos de Felipe invadían su mente. Su corazón, roto y frágil, parecía no encontrar consuelo en nada, y Sueli, con todo su amor y apoyo, trataba de aliviar su dolor sin éxito.
Frente a ellas, Bryan observaba la escena, una mezcla de compasión y culpa dominaba sus sentimientos. Había escuchado el pedido de su madre, pero la arrogancia y la exaltación hicieron que tardara en ver cómo estaba Natalia, y ahora, se sentía sofocado por la culpa y la ira crecía dentro de él contra Felipe, el causante del sufrimiento de Natalia. Las lágrimas de ella eran un grito silencioso que resonaba en su ser, recordándole el peso de sus decisiones.
Sus hermosos ojos negros y brillantes miraban a Natalia llenos de culpa y compasión.
Mientras las lágrimas corrían por las mejillas sonrojadas del bello rostro de Natalia, el dolor y la desesperación la consumían. La habitación estaba oscura y silenciosa, sólo el sollozo de sus lágrimas calientes resonaba en la habitación de lujo, pero el corazón de Bryan latía con una intensidad que desafiaba la calma a su alrededor. Observaba a su esposa, frágil. El leve temblor en sus labios despertó en él un incontrolable deseo de proteger a Natalia a toda costa.
-- Bryan, quédate aquí con tu esposa mientras voy a la cocina a por un vaso de agua para ella.
La voz temblorosa y preocupada de Sueli hizo que Bryan parpadeara sorprendido.
-- Querida, voy a la cocina a por agua para ti... Quédate un rato con Bryan.
La suegra de Natalia salió dejando a su nuera con su hijo.
Un silencio absurdo se cernió en el aire. Los enigmáticos ojos de Bryan recorrieron el bello rostro de Natalia, que reflejaba mucha tristeza.
-- Voy a hacerle pagar por todo lo que te hizo. Mi madre me dijo que no te encontrabas bien, por eso te fuiste a acostar antes.
Bryan hablaba con suavidad, consciente de la angustia de su esposa.
-- Por favor, vete. Quiero estar sola.
Respondió Natalia caminando hacia el baño.
Oír esas palabras perturbó la mente de Bryan.
-- Sólo estoy aquí porque mi madre me lo pidió -respondió molesto mientras la veía caminar hacia el baño.
Natalia cerró la puerta del baño tras de sí y se apoyó en la fría pared para respirar hondo. No podía soportar ni un momento más al lado de Bryan en ese estado emocional incontrolado. Se sentía demasiado débil para enfrentarlo ahora.
Sueli no tardó en llegar con el agua para Natalia.
-- ¿Dónde está?
-- En el baño -respondió Bryan saliendo del dormitorio de mal humor.
Mientras Natalia permanecía en el baño, Bryan caminaba por el pasillo con la mente llena de conflictos y sentimientos encontrados. La culpa pesaba sobre su pecho como un ancla, mientras que el deseo de venganza contra Felipe crecía por momentos.
Cogió su teléfono y llamó a Gustavo, que tenía el móvil apagado.
Bryan habló con los vigilantes, que le dijeron que Gustavo había salido en el coche con Felipe aún desmayado.
Bryan volvió a la fiesta que había perdido su gracia para él.
--- Cariño, ¿qué ha pasado? Has tardado mucho -preguntó Sara curiosa, fingiendo preocupación.
-- No ha pasado nada -respondió Bryan bebiendo un vaso lleno de whisky.
-- No te veo bien. ¿Esa mujer te ha hecho algo?
Sara quería saber qué había pasado en ausencia de Bryan durante la fiesta.
Pero lo que Bryan no sabía es que ella le había hablado a Felipe de Natalia y le había revelado que el matrimonio entre ella y Bryan era sólo de cara a la galería y le había prometido a Felipe un puesto de director en la empresa de su padre si seducía a Natalia y se la llevaba a la cama.
Ahora Sara estaba preocupada.
-- Ya te he dicho que no ha pasado nada -continuó Bryan, reacio a revelarle lo sucedido.
-- No seas ignorante -respondió Sara molesta.
Bryan la miró fijamente por un momento. Nadie podía imaginar el intenso conflicto que existía en su interior.
-- Voy a pedir al chófer que te lleve a tu apartamento.
Al oír esto, Sara le reveló a Bryan que no se encontraba bien y que se sentía muy mareada.
-- Por favor, cariño, déjame dormir aquí esta noche. No quiero quedarme sola en ese apartamento. Puedo quedarme en la habitación de invitados.
Apretó las frías manos de Bryan, que parecía distante.
-- ¿Bryan? -dijo Sara en un tono más alto, haciendo que Bryan la mirara con aire sombrío.
-- Puedes pedirle a una de tus amigas que te haga compañía. Diles que recompensaré económicamente este favor.
Sara se indignó por la respuesta de Bryan.
-- ¿Por qué no puedo dormir en casa de mi novio? ¿Te preocupa lo que piense tu esposa, es eso Bryan?
Sara miró a los fríos ojos de Bryan y se dio cuenta de que no tenía ninguna intención de ayudarla en ese momento.
-- No es eso, Sara. Es que estoy cansado de estas peleas en casa.
-- Entonces, ¿vienes a dormir conmigo a mi apartamento? Demuéstrame, Bryan, que no estás preocupado por esa pueblerina.
Bryan guardó silencio un momento, luego se levantó y anunció a todos que la fiesta había terminado. Con voz agradecida, anunció el fin de la celebración.
Sara se aferró a sus manos mientras cada invitado se despedía educadamente de Bryan.
-- Bryan, no he visto a Natalia, ¿le ha pasado algo? -Ryan saludó a su amigo con una interrogación.
-- Ya se ha ido a descansar -respondió Bryan fríamente, estrechando con fuerza la mano de Ryan.
-- De acuerdo. El lunes tengo una reunión con ella. Por favor, hermano, no le pongas otro compromiso.
Ryan bromeó con Bryan con una risa sarcástica. Bryan permaneció serio, sin expresar emoción alguna.
Ryan se fue y sólo quedaron Sara y Bryan.
Bryan se sentó en la silla de una de las mesas, con la mente hecha un torbellino. Las palabras de Sara resonaban en su cabeza, confundiéndole y angustiándole. La miró, intentando comprender si sus palabras tenían realmente sentido. ¿Era Natalia alguien importante para él? ¿O sus conflictos internos eran sólo remordimientos? La incertidumbre flotaba en el aire mientras se miraban en silencio.
-- Por favor, llévame a casa.
Sara abrazó a Bryan y empezó a gimotear.
-- De acuerdo. Vamos.
Una sonrisa sarcástica apareció en sus labios, sintiéndose victoriosa.
Bryan se subió al coche de lujo con Sara aferrada a él. El chófer cerró educadamente la puerta del coche y arrancó a continuación.
Durante el trayecto hasta el apartamento de Sara, Bryan permaneció en silencio, con la mente sumida en las dudas y conflictos internos que atormentaban su corazón. Mientras tanto, las lágrimas de Natalia aún resonaban en su mente como un recordatorio constante de lo mucho que había fallado como marido y protector.
-- ¿En qué piensas? -preguntó Sara, notando lo distante que estaba, perdido en sus propios pensamientos.
Desde 🇦🇷, mis felicitaciones 👏👏
tenés pensado en escribir otra...
si no como me entretengo en mis francos Jajajaja.