Mía se ha separado de su familia en malos términos y todo por un supuesto amor que la meterá en serios problemas.
Aparece una amiga verdadera que la cuida y un hombre de las sombras que la protege, además de que ella decide buscar a su amor de la infancia y pedirle perdón.
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Cap. 7 ¿Quién es ese que odias tanto?
Zulema entró y estaba feliz de ver el lugar, no se veía peligroso o que Mía tenga problemas de algún tipo.
Bien pequeña traviesa, ¿que pasó esa noche y por qué no te encontraba?, además quiero que me digas ¿de donde salieron esos chupetones en tu cuello?. \_ Zulema tarareó y Mía la miraba fijamente hasta que se tocó el lugar donde Zule miraba sin saber qué decir, ella no lo había notado y corrió al espejo de baño y los vio.
Ahhhhhhhh…. Pero que carajos, Maldito pervertido, degenerado, enfermo, hijo de puta te odioooooo… \_ Mía gritó desde el baño mientras Zulema parpadeó asombrada, (¿quién pudo hacerle decir tantas palabrotas a Mía Yenko, la dama refinada y elegante de la universidad?) pensó la amiga.
Mía salió del baño bufando como un toro embravecido, estaba tan molesta y ella anduvo por ahí con esas marcas exhibiéndose como trofeo.
Mía, que ha pasado, ¿quién es ese que odias tanto? \_ Zulema estaba preocupada, si Mia no estaba en el bar, entonces ¿dónde estaba y quién era ese tipo que Mía odia tanto?.
Mía suspiró y estaba roja de rabia e indignación, ese atrevido no solo había hecho con ella lo que le dio la gana sino que también se había dado el gusto de marcarla como a una vaca.
Mía contó lo que había pasado a Zulema quien la miraba con la boca abierta, Zulema sabía de los clanes con dones pero nunca se imaginó que sean tan fuertes, Mía estaba muy molesta y entendía que era por que ese hombre le había arrebatado todo lo que ella guardaba.
Mía, llamemos a la policía y lo denuncias por violación \_ Zulema levanto el puño indignada.
Zule, ya lo había pensado pero no sé cómo explicar que en realidad el me soltaría pero yo podría caer en manos de los pandilleros, además que ya sabemos que los mandó Luther específicamente para lastimarme a mí, tendría que decirle a la policía que yo decidí quien me violaría, no es clara la situación además de que no lo he visto, no sé cómo es, y no sé dónde encontrarlo, este no es su departamento, hoy descubrí que está a nombre de una tal Regina Doll quien es una Madame de una bar lujoso de damas de compañía y jóvenes de alquiler, es obvio que esa mujer es su chivo expiatorio así que no sé quién es ese hombre. \_ Mía suspiró frustrada.
Zulema lo pensaba detenidamente hasta que la asaltó una interrogante que no había contemplado hasta ahora por que había dado por hecho ese tema.
>>>>>>>>>>≥>>>Mía, ¿tú y Luther nunca tuvieron sexo? y ahora me dices que no tuvieron un beso apasionado y solo besitos en los labios, ¿Para quién estabas guardando todo eso? ¿A quién le querías entregar tus besos apasionados y tu pureza? _ Zulema tenía esa curiosidad desde que la escucho, si no se lo dio a Luther en tanto tiempo, ¿a quién se lo quería dar?
Mía se calló por un momento, no entendía lo que decía Zulema, pero ni ella se había puesto a pensar a quien le quería dar eso, era obvio que no quería dárselo a Luther pero ¿a quién esperaba ella?.
No sé, la verdad es que nunca me nació tener intimidad con Luther, ahora solo quiero recuperar el anillo y el collar y volveré a Garden City, ya no quiero nada más aquí, me vine persiguiendo a alguien que es falso y por alguna razón ni siquiera me siento devastada o herida en lo profundo de mi ser \_ Mía sentía cada día que Luther era como un extraño, como si una venda se le hubiera caído de los ojos y lo ve tal cual es.
Esa tarde Zulema consintió a Mía con unos bocadillos y galletas que preparó ella misma en su bien equipada cocina.
Zulema se fue antes que oscurezca por sí Luther y Reina andan buscando a Mía, mientras tanto la niña estaba más compuesta, a lo hecho pecho, y no podía retroceder el tiempo pero cada vez se sentía más como antes, como cuando no estaba con Luther.
Mía se sentó en un asiento que hay en el balcón y veía la ciudad que encendía sus luces convirtiendo la oscuridad en un alegre baile de destellantes luciérnagas artificiales.
Mía estaba distraída y sintió unos brazos largos y fuertes abrazarla por detrás asustandola de muerte y cuando casi gritaba, la voz gruesa y seductora le habló al oído dejándola paralizada de inmediato.