Laurent fue invitada a un evento, allí se encontró con una extraña situación, a ella le dieron un afrodisiaco, debido a esto pasó una noche con un hombre, que además es el hijo de su jefe. Pero todo se tornó de una forma inesperada, ella no quería que la tacharan como una oportunista, para Santiago fue así, por eso decidió irse y no volver.
Laurente decidió esconder el secreto de quién era el padre de su hijo, algo que hasta el momento no le había afectado, su pequeño hijo creció rodeado de amor y con la compañía de una madre amorosa.
Pero él volvió y está dispuesto a recuperar lo que perdió 4 años atrás, esto hará que muchas cosas cambien, y en especial la relación de ambos.
¿Podrá su pequeño hijo unir nuevamente a ambos? ¿Podrá ganar el amor en esta batalla de orgullos?
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Capítulo 6
Laurent Vitale
Después de calmarme, estaba en silencio buscando en mi mente las respuestas a las miles de preguntas que tengo en mi cabeza ¿Qué se supone que iba a hacer yo ahora? De seguro él debe de estar pensando que yo soy una zorra que se acostó con él solo por su dinero y para más problemas. Todo lo que pasó entre él y yo, me resulta confuso ¿Qué hacía yo con Santiago Vólkov en esa habitación del hotel? ¿Cómo se supone llegué yo ahí?
Maya mi mejor amiga, toca mi mano tratando de hacerme reaccionar y yo lo único que hago es poner mi cabeza en su hombro para esconder mi cara en el. Ya que sinceramente no tengo muchas ganas de hablar.
_¿Te encuentras mejor? _ Pregunta Maya acariciando mi cabello.
_ Si a estar mejor te refieres a sentirme como una mierda ¡Pues si, estoy mejor! _ Digo en un tono patético.
_ ¡Hay hermana por favor! Tampoco es para tanto _ Dijo Luana.
_ ¿Qué no es para tanto Luana? Me acabo de acostar con uno de los hijos de mi jefe y para colmo el mismo día que lo
conozco. A eso sumale que perdí mi virginidad con él y ni siquiera lo conozco bien ¿Te sigue pareciendo que no es para tanto? _ Digo casi gritándole a mi hermana.
_ ¡Por dios Laurent! Ni que el hombre fuera la octava maravilla del mundo.
_ En eso te equivocas Luana, mira esta foto _ Habló Maya pasándole el móvil _ La saqué de google, se la tomaron a la salida de un congreso de empresarios.
_ Hermana, tú sí que tienes suerte. Este hombre está como quiere _ Dice admirando la foto.
_ No, ustedes no lo entienden. ¿Cómo se supone que voy a mirarlo a la cara después de lo que pasó? ¿De que manera voy a ver al señor Vladimir ahora?
_ Pues si ese es el problema, es bien sencillo de resolver. Dudo mucho que ese hombre le haya contado algo a su papá. De ser así, estoy segura de que ya estarían aquí para despedirte _ Dijo Luana _ Lo único que tienes que hacer es hacerte la que no recuerdas nada ¡Y ya!
_ ¿Qué finja no recordar nada?
_ Si tu hermana tiene razón, Laurent. Solo debes fingir que de la borrachera que traías, todos tus recuerdos se esfumaron.
_ No sé si eso funcione _ Dudo un poco.
_ Pues tienes todo el fin de semana para pensar bien que harás. Recuerda que es eso o enfrentas a ese hombre cuando lo veas.
¿Y si ellas tienen razón? ¿Qué puede pasar si solamente finjo tener amnesia? ¿Cómo podría empeorar esto más las cosas? De seguro para un hombre como él, acostarse con una mujer como yo es lo más normal del mundo. Algo que me molesta bastante porque yo le entregue mi virginidad y aunque ahora me esté arrepintiendo. Debo reconocer que el tipo es un experto en la materia y mi primera vez fue buena, muy buena.
Después de dejar de reflexionar las cosas, llegué a la conclusión de que haría lo que mi hermana me aconsejó.
Luego de que todo se calmara en mi mente, ellas estuvieron todo el fin de semana a mi lado dándome ánimos. Hasta hicimos una pijamada donde obvio, el centro de atención fui yo.
Ellas no paraban de preguntarme cosas referentes a mí "noche salvaje" porque así la llamaron. Si embargo, yo no les conté nada y es que de solo acordarme me daba vergüenza. Aunque dicen que la curiosidad mato al gato, ellas superan las expectativas de esa frase.
...
Ahora estoy aquí, delante de mi espejo dándome los últimos retoques de mi maquillaje para ir a la empresa. Llevo un suéter blanco de hombros caídos y una falda tubo de color crema. Al igual que los zapatos, cartera y labial. Por encima me puse un abrigo blanco, ya que hoy está haciendo algo de frío. Me miro por última vez en el espejo y estoy lista para enfrentar lo que sea que pasará el día de hoy.
Al llegar a la empresa, me detuve en la entrada dudando de si entrar o no. Tenía miedo de que al entrar todos supieran lo que había pasado y me tacharan de zorra. Cuando por fin me decidí a ingresar, nada fue lo que imaginé. Todo era igual que siempre, algunos me saludaban como todos los días y otros estaban muy ocupados en sus labores como para darse cuenta de mi presencia. Respire con tranquilidad porque al menos no iba a ser la comidilla de todos. Asi que empezando a caminar rumbo al ascensor, esperé a que bajara para luego entrar en él.
Justo cuando el ascensor estaba por cerrarse, una mano lo detuvo y al levantar la vista para saber quien había sido. Casi me da un infarto al verlo justo en frente de mí.
