Después de la desaparición de su hija, la primera princesa de Asdefor, los reyes adoptaron a Valentina Befort, ella creció amada por su nueva familia. Pero todo se derrumba cuando la verdadera hija de los reyes es encontrada. Esta no solo le quita el amor de sus padres, también se lleva la atención de su prometido, convirtiendo a Valentina en la cruel villana que envidiaba a su hermana, a quien intenta asesinar. Su destino es la muerte por su crimen contra la princesa real, pero la historia no acaba con un final feliz, ya que los protagonistas encuentran su final en manos del cruel villano, Maximiliam Chevalier.
Pero ahora, otra alma ha reencarnado en Valentina y esta no piensa tener un final miserable por culpa de las personas que la traicionaron, así que, en busca de su supervivencia, se acercara a Maximiliam, el villano, siendo este, la mejor opción para cambiar su destino y su cercanía a él la llevaran a descubrir su verdadero origen.
¿Podrá Valentina escapar de su miserable destino?
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capítulo 5- Maximiliam...
Han sido ya 27 años desde que el mundo fue liberado de las arpías, esos seres que se alimentaban de humanos y que los obligaba a vivir tras una barrera, pero gracias a aquellos que dieron con la verdad, el mundo ahora es libre, aunque eso no quiere decir que no existan los peligros, pero cada reino e imperio, tiene su forma de lidiar con sus conflictos. Trois Blanc sigue siendo gobernado por los mismos emperadores desde hace años, ambos poseen una vida eterna, además de que sus hijos han seguido sus propios caminos y aunque la heredera es la hija mayor, Alya Chevalier, esta no ha aceptado tomar esa responsabilidad, los hermanos de Alya viven su propia vida con sus respectivas familias, el único que aún no se ha unido a nadie, es Maximiliam, el quinto hijo, el menor de todos, quien se encarga de viajar lejos de Trois Blanc cuando es necesario ir a representar a sus padres. Maximiliam tiene 26 años, aunque debido a los genes de sus padres, parece más joven, y tal como los otros hijos, el también heredero la sangre y saliva venenosa de su madre, por lo que no cualquier mujer podría ser su pareja, aunque eso no impide que acepte pasar una apasionante noche con una bella mujer, siempre y cuando no la bese o lama su piel, ella saldrá viva.
Por supuesto, no puede faltar mujer que quiera hacerlo responsable pidiendo que Maximiliam se case con ella para no arruinar su "honor", pero lamentablemente con Maximiliam esos trucos no funcionan. Tal es el caso de una mujer que ha salido corriendo detrás de Maximiliam, mientras este se dirige hacia donde sus escoltas lo esperan. La chica corre hacía él seguida de su padre y acusa a Maximiliam de haberla seducido.
— usted no puede dejar así a mi hija, debe hacerse cargo de ella o su reputación estará arruinada.— exige el hombre.
Este era un marqués que lo ha hospedando por unos días mientras viaja rumbo a Asdefor, debido a ese festival y desde que llego a esa mansión, la hija del marqués no dejaba de insinuarse y el marqués por supuesto que se había dado cuenta, pero al parecer, esa era su intención. Maximiliam aceptó su coqueteo, pero le hizo saber que no se casará con ella, a lo que la chica aceptó, estaba feliz por haber logrado seducirlo y creyó que tras hacerle pasar una apasionada noche, él se quedaría, pero no fue así y ahora jura que Maximiliam la ha engañado y le robó su virtud tras decirle que ella sería su esposa.
— su hija no era casta y fue ella la que se metió a mi cama. Además como esposa, no duraría ni un día y acabaría muerta.—
—¿que quiere decir? ¿Esta amenazando de muerte a mi hija?— grita el marqués.
— es usted un desgraciado, no puede solo dejarme...— grita la chica.
Por supuesto, todos escuchaban, veían como la desdichada joven ha sido engañada por aquel cruel hombre.
— yo no amenazo, si la quisiera muerta, habría perecido anoche.— responde Maximiliam.
— tiene que hacerse responsable, mi hija no vivirá en la deshonra y la humillación.—
— si no se casa conmigo, juro que me colgaré.— amenaza.
— ¿cree que su amenaza me importa?— chasquea la lengua.
Maximiliam se da la vuelta, pero la chica corre hacía él y al colgarse de su cuello, le da un apasionante beso. Maximiliam sujeta de la nuca a la chica y la separa, pero la chica se emociona, piensa que lo ha logrado, entonces comienza a sentir su cuerpo quemarse por dentro y al toser, sale sangre de su boca.
— ¿ves porqué dije que ella no puede ser mi esposa?, no eres la indicada.—
El marqués corre para sostener a su hija al ver que estaba por caer.
— maldito, dame la cura...no era necesario hacer esto.— grita el marqués.
— yo no hice nada, le recuerdo que fue ella quien me beso, tal parece que no sabe nada de mi familia.— se encoge de hombros.
El marqués se queda en silencio, claro, ha escuchado rumores, pero no imaginaba que fuera real, en esa familia nadie entra como su pareja a menos que sea el destinado o puede perder la vida con solo un beso. Y aunque pensó que solo un rumor, su hija estaba en sus brazos, dando su último suspiro, lo peor de todo, es que fue su hija quien se atrevió a besar al rubio.
Maximiliam, sin remordimiento alguno, subió a su caballo para marcharse de aquel lugar.
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Valentina ya iba de regreso a Asdefor, llevaba dos días de viaje, aun le faltaba uno. De pronto, el carruaje donde iba se detiene de forma abrupta, causando que sus libros caigan, incluso ella y Lauren casi se caen del asiento. La doncella se asoma y pregunta que pasa, avisando uno de los escoltas que habían bandidos dirigiéndose hacía ellos. Así que Valentina les pide quedarse atrás, no atacar a menos que ella se los ordene, así que tan pronto aquellos bandidos, que más bien eran mercenarios, estaban cerca, los rodean.
"No mataremos a nadie, si nos entregan a la princesa." Habla uno de los hombres.
Lauren se asusta al escuchar aquello, tal parece que en verdad eran el objetivo o más bien, Valentina lo es.
— alteza...debemos huir.—
— no, tengo una mejor idea.—
De la ventanilla, Lauren se asoma y llama al capitán de los escoltas, ella le dice algo al oído y el capitán se ve sorprendido, pero pide a sus hombres, no moverse o hacer algo tonto. La puerta del carruaje se abre y Valentina cae al suelo, tiene las manos atadas hacia atrás y una mordaza. Lauren sale y la hace ponerse de pie.
— aquí la tienen...creí que nunca llegarían.— habla Lauren.
Los bandidos se miran entre si, sin saber que estaba pasando, nadie les dijo que venía un aliado en el carruaje.
—¿que esperan? Llevenla, ya me tiene harta con su actitud de señorita mimada y ustedes, ya saben que decir.—
— si, que la princesa se fugo con un hombre.— responde el capitán.
Al ver esto, el líder de los mercenarios, carga sobre sus hombros a Valentina y la sube al lomo del caballo.
— váyanse, otro grupo de escoltas llegará pronto.— les advierte Lauren.
Al escuchar esto, aunque algo confusos se apresuran a alejarse del lugar. Mientras que Lauren deja salir un suspiro y casi se desmaya. Pero les pide que sigan a los mercenarios con mucho cuidado, solo por si necesitan actuar en caso de que la princesa tenga dificultades.
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