Emily un día se da cuenta que por más que lo intento ella nunca consiguió un lugar en el corazón de su esposo e hijo. Decidida a darle fin a todo un día simplemente presenta los papeles de divorcio intentado recuperar la vida que dejo de lado por cuidar de una familia que jamás la considero parte de ella. Llevándola a descubrir una verdad aterradora que la pondrá a elegir entre su vida o la del niño que crió por años.
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Corazón roto.
Me voy a mi habitación hecha un desastre, la forma en que duele mi corazón es algo que no puedo explicar. Ricardo al verme así de mal me abraza intentando consolarme.
- ¿Qué pasó cariño, porque lloras de esta manera?
- Saúl... Saúl me odia y no entiendo el porqué.
- Él no te odia, simplemente está confundido.
- Todo esto se debe a que esa mujer le está contando mentiras.
- Emily no digas cosas así.
- Saúl me dijo que yo soy el impedimento para que ustedes dos no estén juntos. De donde más sacaría esas ideas.
- Amor por favor dale algo de espacio hasta que se acostumbre a la idea.
- Cuál idea exactamente Ricardo. ¿Tú también piensas que yo soy un estorbo?
- No he dicho nada lo único que te pido es que lo dejes compartir con su madre y dejes de interferir en algo que no te incumbe.
No me lo puedo creer, este hombre me está llamando entrometida por no querer perder a mi hijo, por preocuparme de que vuelva a sufrir si ella vuelve a desaparecer otra vez. ¿Alguna vez valoró todo lo que yo he hecho?
Me aparto de su lado y me voy al baño, debajo de la ducha lloro con un gran dolor en mi pecho, ya me quedo claro que nada de lo que haga o diga será tomado en consideración. Al salir lo veo metido en su celular sonriendo con discreción y al notar mi presencia lo deja debajo de la almohada.
- Ya ven a dormir cariño, mañana será mejor que hoy lo prometo.
Desde ese día me encerré en mi trabajo, haciendo horas extras todas las veces que podía porque al regresar a casa no había nada para mí, Saúl me ignoraba por completo y Ricardo ni siquiera me tocaba ya. ¿Alguna vez les pasó que no sienten su hogar como tal? ¿Esa sensación de ser una invitada indeseada que se quedó más de la cuenta y que no saben como pedirle que ya se largue? Bueno así me sentía yo cada vez que cruzaba la puerta.
Ya no era solo Saúl ahora Ricardo también me ignoraba por completo y para lo único que me hablaba era para pedirme algo. Mi vida que una vez fue feliz y plena se estaba convirtiendo lentamente en algo que desconocía por completo. Una tarde me mandaron de regreso debido a mi mal aspecto y al llegar me encontré una escena que nunca podré olvidar.
- Oh cariño hoy llegas temprano.. ¿Por qué estás aquí a esta hora?
- Se supone que yo también vivo aquí.
La mirada de Sabrina me deja saber que esto es algo habitual para ellos, mientras yo trabajo ella viene y convive en mi propia casa jugando a ser una familia feliz mientras yo no estoy.
- Bueno mis chicos especiales como la señora de la casa ya llegó yo me voy.
- No mami no te vayas todavía.
- ¿Qué tal si vamos al parque de diversiones o al cine?
- Siii... Vamos papá.
No le quito la mirada de encima esperando ver su respuesta aunque en el fondo ya la sé.
- Bien campeón déjame tomar mi chaqueta y nos vamos.
Así sin más pasan por al lado mío cerrando la puerta dejándome atrás. Aguante todo lo que pude, pero ya no puedo más, mientras recojo todo el tiradero veo el celular de Ricardo sobre la mesita y ni siquiera lo dudo, comienzo a revisarlo y una conversación en especial me llama la atención.
*Mi vida❤ así la tiene agendada a Sabrina y lo que leo me rompe por completo, esto no solo se trata de Saúl incluso no fue únicamente Sabrina la que le metió la idea a Saúl de que ellos dos tenían que estar juntos.
¿No sabe como terminar conmigo? Esto es una put* basura. Reviso la galería y hay ciento de fotos de ellos disfrutando como una familia feliz, paseando, jugando, incluso una en donde Ricardo la besa.
Dejó el celular en su lugar al igual que todo lo demás y subo al cuarto, comienzo a empacar lentamente intentando mantener mis pensamientos en orden. Podría simplemente ir y denunciarlo por infidelidad, podría exponerlo ante todo sus compañeros de trabajo, pero de que serviría si alguien no te quiere pues no te quiere y ya, no puedes obligar a alguien a quedarse a tu lado.
Tomo las llaves de mi auto y vuelvo al hospital, Sami me nota apagada y me invita una copa, decir que me desahogo con ella es poco.
- Déjalo, Emily déjalo y jamás regreses.
- Eso voy a hacer.
- Nena no pelees por la custodia del chico, sé que suena cruel, pero no vas a ganar nada haciéndolo.
- Sabes que es lo peor, soy la única que está sufriendo porque ellos se la están pasando de lo más bien y yo aquí llorando por algo que nunca fue mío.
- Emily que te parece trasladarte a otro hospital, iniciar de nuevo, crecer en tu carrera. Antes lo pospusiste porque Ricardo estaba peleando ese ascenso aquí, porque Saúl tenía a todos sus amigos aquí y tú perdiste una gran oportunidad por ponerlos a ellos primero. Ahora quiero que te pongas a ti por delante de todos.
- Tienes razón, gracias Sami no sé que habría hecho sin ti.
- Para eso estamos amiga.
Esa mañana regreso cuando ya no hay nadie presente y preparo mi maleta, guardo todos mis documentos y regreso al hospital. Luego de hablar con mi jefe consigo el traslado para iniciar mi nueva vida y olvidarme de todo esto.
Nadie podrá decir que no lo intente, incluso me quede más de lo debido solo para asegurarme de que ellos estarían bien y no les importo. No les importo romperme el corazón en mil pedazos sin piedad.
