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LA ACOMPAÑANTE...

LA ACOMPAÑANTE...

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Venderse para pagar una deuda / Reencuentro / Salvar al hijo enfermo / Amante arrepentido / Madre soltera
Popularitas:207.4k
Nilai: 4.9
nombre de autor: JHOHANNA PEREZ

"¿Qué harías por salvar la vida de tu hijo? Mar Montiel, una madre desesperada, se enfrenta a esta pregunta cuando su hijo necesita un tratamiento costoso. Sin opciones, Mar toma una decisión desesperada: se convierte en la acompañante de un magnate.

Atrapada en un mundo de lujo y mentiras, Mar se enfrenta a sus propios sentimientos y deseos. El padre de su hijo reaparece, y Mar debe luchar contra los prejuicios y la hipocresía de la sociedad para encontrar el amor y la verdad.

Únete a mí en este viaje de emociones intensas, donde la madre más desesperada se convertirá en la mujer más fuerte. Una historia de amor prohibido, intriga y superación que te hará reflexionar sobre la fuerza de la maternidad y el poder del amor."

NovelToon tiene autorización de JHOHANNA PEREZ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La crueldad de Russell...

Mar se enfrentó al señor Antonio con seguridad, aunque su corazón latía con ansiedad.

—Señor Antonio, de verdad intento comprender su absurda actitud, pero me es imposible —dijo con la voz firme, aunque sus manos temblaban—. Usted y yo tenemos un trato que quedó registrado de manera legal, por lo que no pienso irme del apartamento.

El hombre la miró con desdén, su rostro enrojecido por la ira.

—No le estoy preguntando si se quiere ir o no —replicó con voz autoritaria y cargada de desprecio—. La única forma de que no la saque de mi propiedad es que me pague ahora mismo los quince mil dólares que aún me debe. Así que usted dirá.

Una ola de frustración y miedo recorrió a Mar. ¿Cómo podía ser tan injusto?

—Señor Antonio, si tuviera esa cantidad, le aseguro que ya le hubiera pagado la totalidad de la deuda —contestó, intentando sonar calmada, aunque su garganta ardía de impotencia—. Pero no la tengo.

Él se encogió de hombros, implacable.

—Entonces no me deja otra alternativa. Tiene una hora para sacar sus pertenencias y desalojar mi propiedad. Ni un minuto más ni un minuto menos.

Mar sintió que el piso se hundía bajo sus pies. Una sensación de impotencia y desesperación la envolvió. ¿A dónde podría ir con su hijo a esa hora de la noche y con ese frío inclemente?

—No, usted no puede hacerme esto —dijo, reprimiendo las lágrimas que amenazaban con salir—. Se ha enloquecido. ¿A dónde cree que iré a esta hora? ¡Por Dios, tengo un hijo de cinco años!

—Ese no es mi problema —replicó Antonio, encogiéndose de hombros otra vez, con el rostro vacío de compasión—. Así que ya lo sabe: una hora. Si en una hora no se va, lo lamentará.

Mar cerró la puerta de golpe, con el enojo desbordado y la impotencia que produce la injusticia. Al girarse, vio a Kayla aún en la sala. Su amiga, al mirar el rostro desencajado de Mar, comprendió que algo grave acababa de suceder.

—Mar, ¿qué pasa? ¿Quién era? ¿Por qué tienes esa cara? —preguntó, con evidente preocupación.

Mar respiró hondo, luchando por no quebrarse.

—Era el señor Antonio —dijo al fin, con la voz tensa—. Me exigió que desalojara el apartamento ahora mismo.

Kayla se levantó de golpe, furiosa.

—Él no puede hacer eso, Mar. ¡Llamemos a la policía! Quizás ellos puedan ayudarnos. Además, tienes un documento que avala la venta del apartamento.

Mar asintió, aferrándose a esa pequeña esperanza.

—Tienes razón. Llamemos.

La llamada fue atendida de inmediato. Tras explicar la situación, le aseguraron que en diez minutos enviarían a unos oficiales. La espera se hizo eterna; Mar caminaba de un lado a otro, mordiéndose el labio hasta sangrar. ¿Y si la policía tampoco podía ayudarla? ¿Qué pasaría con ella su amiga y su hijo? ¿A dónde irían?

Cuando por fin vio las luces azules del auto policial estacionarse frente al apartamento y esperanza, un rayo de alivio atravesó su pecho. Abrió rápido la puerta al escuchar el llamado.

—Buenas noches, señora —saludó uno de los oficiales—. ¿En qué podemos ayudarla?

Mar explicó de nuevo la situación y les mostró el documento legal. Los oficiales lo revisaron con atención y luego se dirigieron hacia Antonio, que esperaba en su auto.

—Señor Antonio —dijo uno de ellos—, parece haber un malentendido. La señora Montiel tiene un documento legal que avala la venta del apartamento. Usted no puede desalojarla sin el debido proceso.

Antonio apretó los dientes, rojo de ira.

—Eso no es asunto suyo —vociferó—. Es entre la señora Montiel y yo.

Mar, armándose de valor, alzó la voz.

—¡Ya lo escuchó, señor Antonio! Váyase y déjenos en paz.

Antonio sonrió con malicia y, mirando a su chófer, ordenó:

—Cuenta, Hugo. Uno, dos, tres, cuatro...

En el cuarto conteo, sonó el teléfono del oficial. Éste contestó con gesto serio.

—Sí, jefe, dígame… ¿Cómo dice? —preguntó, incrédulo.

Al colgar, se volvió hacia Mar con una expresión de vergüenza y desconcierto.

—Lo lamento, señora Montiel. Ha habido un malentendido. Debe desalojar la propiedad, tal como el señor Antonio lo solicita.

Mar sintió que le arrancaban el aire.

—¿Qué? ¡Esto no puede estar pasando! —gritó, con voz angustiada—. Ya les mostré el documento. ¿Por qué debo desalojar?

—Es la orden de mi superior, y contra eso no puedo hacer nada —replicó el oficial, evitando mirarla a los ojos.

Las lágrimas ardieron en los ojos de Mar.

—Señora Montiel, hágalo y evítese más problemas —aconsejó el oficial, con voz cansada.

Ella se frotó la frente, derrotada.

—Está bien, me iré. Pero no a esta hora. Y usted, señor Antonio, deberá devolverme cada centavo que le he pagado.

Antonio soltó una carcajada cruel.

—¿Devolver? Lo que haya pagado ya es mío. No verá un dólar.

Mar sintió la sangre hervir de ira y finalmente exploto.

—¡Usted está loco! —exclamó, con indignación—. ¿Cómo puede ser tan insensible? ¿Sabe lo que me ha costado ahorrar cada dólar para pagar este apartamento?. No sea injusto señor Antonio te ga en cuenta el tiempo que llevo viviendo aquí y lo cumplida que he sido con cada pago.

Antonio, furioso, alzó la voz.

—Ya basta con tu drama. ¡Vete! Se acabó el tiempo.

Mar, con el alma hecha pedazos, se dio media vuelta.

—Si no me devuelve mi dinero, no espere que desaloje —respondió con firmeza, entrando de nuevo.

Esa rebeldía desató la ira incontrolable de Antonio, que ordenó con un rugido:

—¡Hugo, ejecuta el plan B!

El oficial, avergonzado, subió a su auto con su compañero. Sabía que lo que ocurría era una injusticia, pero si intervenía perdería su puesto… y quizá mucho más. La cobardía pudo más que la justicia.

Segundos después, Hugo apareció en la puerta con un arma en la mano. Sus ojos destilaban crueldad.

—Y bien, señora Montiel —dijo con sorna—. ¿Seguirá firme en su decisión de no irse?

El estómago de Mar se encogió. Kayla, pálida como la blanca pared, estaba siendo apuntada por el cañón.

—¡Suéltela! —gritó Mar, con desesperación.

Hugo rió con un sonido frío y despiadado.

—Lo haré cuando empiece a empacar sus cosas y se largue.

—Vámonos, Mar —suplicó Kayla, con la voz temblorosa.

Mar asintió, tragandose el orgullo.

—Está bien… pero suéltela para que podamos empacar.

Hugo sonrió con crueldad.

—De acuerdo. Pero no lo olviden: las estaré vigilando. Dense prisa.

Mar y Kayla empacaron lo más necesario bajo la mirada del hombre que sostenía el arma. Ella tomó a su hijo en brazos, lo envolvió en una manta y salió al frío inclemente de la noche, con el corazón roto.

Un taxi se detuvo. Subieron apresuradas. Desde la ventanilla, Mar alcanzó a ver a Antonio y Hugo riendo como hienas, celebrando su triunfo.

—La vida es un boomerang, ¿oyo? —exclamó Kayla, con rabia—. Esta injusticia que ha cometido, la pagará con creces.

Antonio solo rió, con una carcajada desquiciada.

El taxi las llevó a un modesto hotel. La habitación era pequeña, apenas un refugio, pero suficiente para escapar de aquella pesadilla.

Mar recostó a su hijo en la cama, acariciando su cabello. Kayla la miraba desde la otra cama, con ojos llenos de preocupación.

—¿Qué vamos a hacer, Mar? —preguntó en un susurro.

Mar se encogió de hombros, sintiendo cómo la impotencia se mezclaba con la rabia.

—No lo sé. Pero de algo estoy segura: no me doblegaré ante Efraín Russell. Esto no me va a destruir. Él me ha hecho esto, y lo hare pagar. Esta habitación es temporal… lo prometo.

Kayla asintió, con una débil sonrisa.

—Estoy contigo, Mar. Saldremos de esta… ya lo verás...

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Rosa Perez
Escritora ya saque mi impermeable para la tormenta que de seguro será fuerte con viento y relámpagos 😱😘🥰😜😋
David Aparicio
Hola autora, deseo de todo corazón que estés bien de salud, por otro lado te pido por favor que Mar le dé la oportunidad a Santiago de explicarse, que sepa que no la recordaba porque perdió la memoria, además que Santiago le dé su merecido a ese Russell, que le haga pagar lo que le hizo a Mar y que a esa Fernanda le salga mal el plan que tiene pensado, no es justo que todo lo malo le pase a la pobre, dale un respiro, porfis.
Luz Mary Gómez
ya autora deja a jhosuat ser feliz con Santiago y mar
Marcelina Chamorro Orrego
ojalá se le frustre el plan a Fernanda, y espero la abuela no caiga en esa trampa, que Santiago mande preso a Russel antes, él sabe quien secuestro a Mar y ahí se va a enterar que Fernanda tuvo que ver en el ataque a su sirenita por fis autora alivie ya el dolor de nuestra protagonista, Dios la bendiga y ampare a usted y familia ,que ponga su mano sanadora sobre su tratamiento, para que se recupere bien
Rafaela Fernandez
Cuídate mucho Jhohanna ¡
Yo como tú lectores tóxicas siempre te voy a decir que te extraño. Pero primero esta tú salud.
Muchas gracias 💕!
cuídate!
Monica García Ramirez
Por dios que no permitan que esos desgraciados metan sus horrorosas manís en un futuro qué solo les pertenece a ellos dos y a su hermoso bebé, esto esta de infarto, me super encanta tu excelente novela, checo constantemente la aplicación con la esperanza de encontrar capitulos nuevos, ansiosa de seguir leyendo, pero también comprendo tu situación y te agradezco de corazón que compartas con nosotros tu arduo trabajo /Kiss//Pray/ dios te bendiga siempre
EMELIN CACERES
mass capitulos
Emperatriz Reales
Mejorese, la salud no tiene precio
yolmari
bueno Santi no habrás pensado tu que llegaste recordaste y ya hablaron noooo niño espere sentado ok xq parado te cansará así que aguante
Elena Maza
hay ojalá Santiago pueda evitar más sufrimiento a Mar ella merece ser feliz ya no debe de alterar por más cosas del pasado. ojalá si hijo lo tome bien
Belkys Natalia
desde un principio fuiste un mentiroso con el simple hecho de no querer decir los nombres, ahí se vio lo mal intencionado y cretino, Mar dale duro con la indiferencia, no lo perdones fácilmente, hazlo sufrir pa que sepa que el jobo mata y la concha pela jajaja
Belkys Natalia
marica, poco hombre, arrogante, prepotente, dan ganas de levantalo a cachetadas,por no valorar a las mujeres, uuyy me tiene con stresss jajaja,ojalá y ella no lo perdone jamás, así tenga 100 hijos con él
Belkys Natalia
verdaderamente ese Santiago es tremendo cacorro dan ganas de levantalo a pata por polleron, yo creo que a ese tonto lo dejaron caer de cabeza, da es rabia, el muy hijo de la madre tierra, un hombre así lo guindo de las huevas pa ve si aprende a ser hombre de verdad uuufff que piedra
Alejandra Charry
𝙩𝙖𝙣𝙩𝙖 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖 𝙦 𝙖𝙗𝙪𝙧𝙧𝙞𝙢𝙞𝙚𝙣𝙩𝙤
Belkys Natalia
aayy no autora como así que vas a ponerle más calamidad a esa pobre chica no hay derecho, estoy que me da un soponcio del coraje, me choca cuando a la protagonista le toca pasar tantas cosas juntas, haz justicia por favor estoy que mato y como del muerto jajaja, 🆘🆘🆘 para Mar y al guevon del Santiago ponlo que coma mietda
XIOMARA CHAURIO
no puede ser después de esperar tanto un solo capitulo 🤣😭😂
Belkys Natalia
ese Lombardi pipí muerto, me dan ganas de darle una cachetada por estúpido, hijo de su madre jijiji, es un ridículo, después que no venga a salir conque aquí las puse y no las encontré porque no ha dejado que ella le explique, el lo que es un cachon contento que ha dejado que lo que le hizo la Nandizorry ,no vea la gran mujer que es Mar,debería mandarlo al carajo uuufff que estúpido ese mequetrefe
Nairobis Cardozo Portillo
A ese par de nefastos de Fernanda y Russell deben darle su merecido con todo hasta cuando van a seguir amargandole la vida a Mar
Viviana Maldonado
cuidate autora la salud primero
Sara Ximena Cifuentes
quincena con la autora su novela es super buena pero se pierde el interés cuando demora tanto tiempo en actualizar, se entiende q tiene obligaciones pero xfa no demores tanto has un maratón todavía falta mucho para q termine y me tienes en ascuas 🤣
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