Esta historia trata sobre un hombre muy poderoso y con enormes riquezas, pero con el corazón de hielo…
Y una mujer rechazada desde su nacimiento, pero con el corazón lleno de calor…
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Capítulo 17
GUSTAV
Apenas llego a la empresa, Liam ya me está esperando, al lado del abogado. Entro en la sala y me quedo de pie, mirando la ciudad por la ventana. Y sin espacio para objeciones.
Me quedo pensando que necesitaré comprar a mis hijos con esos viejos asquerosos.
Gustav: Quiero un contrato de fidelidad vitalicio, a nombre de Estela y Lennart. Ellos van a renunciar a cualquier derecho de guarda, tutela o involucramiento con mis hijos. Ninguna brecha. Ninguna cláusula dudosa. Nada.
Quiero estipular un valor alto. Altísimo, lo suficiente para callar la ganancia de esas ratas, porque es solo eso lo que los mueve.
Y más... Quiero comprar la empresa de Lennart. ¡Toda! Quiero que se vayan de este país, sin derecho a retorno.
Abogado: Entendido. Estaré preparando todo lo más rápido posible.
Gustav: Liam, necesito que llames a Ella. Quiero hablar con ella personalmente. Inmediatamente.
Liam: Cierto. Estaré llamando ahora y pidiendo que venga.
ELLA
Estaba sentada en el sofá de la casa de Asha, donde me he quedado en los últimos días, intentando respirar entre los escombros de lo que restó. Fue entonces que recibí una llamada inesperada.
Liam: Hola, buenas tardes, Ella. Gustav pidió que comparezcas en la empresa. Él quiere conversar... sobre los bebés.
Ella: Todo bien. ¿A qué hora?
Liam: Él desea tu presencia ahora.
Ella: Cierto. Estaré ahí.
Cuelgo. El silencio de la sala parece haberse detenido junto conmigo.
Asha: ¿Quién era?
Ella: Liam. Gustav quiere verme, dijo que es sobre los bebés.
Asha: Vaya... Aún hay mucha historia para que siga rodando, ¿eh?
Ella: Déjame arreglarme. Necesito encontrar a ese hombre.
Asha: Que todo esto acabe luego... Esta tragedia ya duró demasiado.
Entro seria, pero segura, en la sala de Gustav. Aún hay tristeza en mis ojos, pero también una fuerza silenciosa. Liam me acompaña hasta la puerta, después la deja a solas con Gustav.
Gustav: ¡Gracias por venir! Puedes sentarte.
Voy a ser directo. Estoy comprando la paz que mis hijos merecen. Estela y Lennart van a recibir una fortuna a cambio de nunca más acercarse a ellos.
Ella: Necesitas darles esa fortuna a ellos, pues no la mereces.
Gustav: No es una cuestión de merecimiento. Aún no temiendo a nadie, yo cargo sangre real. Y eso... Exige que ciertas tradiciones sean cumplidas. No puedo involucrarme en escándalos, principalmente con gente como Estela y Lennart.
Pero también quiero hacer un acuerdo contigo.
Ella: ¿Y dónde entro yo en esa historia? Si es para comprarme, olvídalo. No voy a venderme. Y mucho menos a abandonarlos.
Gustav: Lilly dijo que te quería como madre de ellos y yo necesito darle una madre a esos bebés. Una mujer de verdad al lado de ellos.
También necesito una esposa, en el papel, para presentar a mi familia, a la sociedad, al mundo.
Quiero que aceptes un contrato. Serás mi esposa legalmente. Y la madre legítima de mis hijos.
Ella: ¿Qué? Estás completamente loco. Solo puedes estar bromeando conmigo.
Gustav: No estoy bromeando. Estoy siendo directo y objetivo, como siempre. Si no aceptas... todo bien. Colocaré a otra en tu lugar. Pero no voy a dejar que mis hijos crezcan como bastardos.
Y no voy a permitir que los críes solo como una tía distante.
Ella: ¿Casar...? ¿Cómo así, casar?
Gustav: Será solo en el papel. Seguirás con tu vida, desde que obedezcas a las reglas de la familia y cuides de mis hijos. En caso de que no aceptes, no habrá acuerdo alguno.
Ella: Estás hablando como si esto fuera una transacción.
Gustav: Puedo darte otra opción también, si quieres permanecer cerca, podrás ser una niñera. Sin cualquier lazo familiar. Sin derechos. Y aún así, eso dependerá de la aprobación de mi futura esposa, pues no puedo quedarme sin una y mis hijos sin madre. Esas son las únicas opciones que tienes.
Ella: ¿Puedo pensarlo?
Gustav: Tienes hasta mañana. Apenas Estela y Lennart firmen el acuerdo, quiero tu respuesta.
Ella: ¿Para ti es tan simple así? ¿Me llamas aquí... después de todo... y me ofreces eso? ¿Un contrato vacío? ¿Una función?
Gustav: No tengo tiempo y estoy ofreciendo. Tú tienes elección. Ellos son mis hijos. Y tendrán el futuro que yo decida. Con o sin ti.
Ella: Dios mío, qué locura...
Gustav: Te estoy dando la chance de criarlos como madre. Fue lo que Lilly pidió.
Ella: Estaré dándote una respuesta mañana.
Salgo golpeando la puerta con toda la fuerza, sin mirar para atrás.