Bruja, Rompe La Maldición.

Aleksey observa al chico ante ella, este, refleja preocupación, tristeza, pero, también demuestra que sabe ser justo, a su parecer, al menos será buen rey, si se vuelve más fuerte y menos refuerza su carácter.

—trataré con su padre cuando regrese, por ahora, su excelencia y yo, tenemos otros asuntos que resolver.— le informa Aleksey.

—¿es sobre esos demonios que atacaron el palacio?— pregunta Elias.

—ellos...no, ese asunto quedará para después, por ahora, nos interesa romper la maldición de su excelencia.— responde Aleksey.

—¿que?, ¿eso se puede?, creí que no había forma de romperla, porque una bruja no puede romper la maldición de otra.— Elias estaba sorprendido por tal noticia.

—así es, yo, poseo dones de bruja, pero, solo puedo tocarlo sin que la maldición me afecte.— Aleksey lleva ambas manos en la mejilla de Eldritch.

Elias observa como no hay efecto en ella, y es que en el pasado, el mismo vio como una mujer casi muere al tomar de la mano a Eldritch, creyendo que la maldición era falsa y solo la quería alejar de él. Al final, esa mujer termino luciendo como una anciana, y la única hasta ahora que no era afectada por la maldición, es la santa.

—eso es...impresionante, la princesa si que posee un poder inigualable.— comenta Elias.

—mi cuerpo, se adapta a cualquier veneno...tal vez por eso se ha adaptado a la maldición.—

Eldritch le agarra de la cintura a la albina, sin apartar sus manos de su rostro, aunque esto lo hace con gentileza, y claro, Elias va notando los gestos de ambos, así que sonríe, es una pena por la santa, pero, no se puede hacer nada, quizás en su ausencia algo paso que Eldritch prefirió alejarse de Emilia.

—por eso dicen que los Chevalier, son los más poderosos.— agrega Elias.— respecto a su viaje, les deseo suerte, Eldritch, espero que se solucione la maldición.

—eso espero también y si no, creo que podré vivir bien.— mira a Aleksey con una leve sonrisa.

Con que a ella la pueda tocar, todo estará bien, ya que no tiene ninguna necesidad de tocar a otras mujeres. Elias se pone de pie para despedirse, deseándole suerte nuevamente al archiduque.

—le daré sus saludos a Blake.— bromea Aleksey.

Elias sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar ese nombre, y es que aquella noche que lo persiguió con esa cabeza, tuvo una pesadilla con eso. Elias no dice nada y de marcha. Eldritch por su parte, deja salir una risa.

Más tarde, tras decirle a la archiduquesa sobre su viaje, Eldritch se despide de ella y llega al patio trasero, donde, Aleksey abre el portal hacia el infierno, ella, junto con Eldritch lo atraviesan, siendo seguidos por las escoltas de Aleksey.

Al atravesar el portal, aparecen en las puertas del palacio de Lucifer, donde son rodeados por los guardias, pero, al ver a Aleksey, abren camino y hacen una reverencia, después de todo, ellos conocen perfectamente a la nieta del emperador infernal, aunque, Eldritch si estaba sorprendido por el lugar, siendo el infierno imaginó un castillo viejo, casi en ruinas, un mundo sumido en la oscuridad con un aire tóxico, demonios horrendos por todos lados, y un aire caliente como si un desierto se tratase, pero no, era casi como estar en el mundo, la única diferencia, era que no había calor, pero si un aire frío un nubes grises.

Él sigue a Aleksey junto con los escoltas, estos siempre lucen callados, pero no dejan a Aleksey sola. Al entrar al palacio, una mucama los recibe, saludando con una reverencia a Aleksey y se ofrece a guiarla al salón de Lucifer, pero, Blake la interrumpe diciendo que él los acompaña.

—y vino el humano.— se acerca y se cuelga del brazo de Eldritch.— yo te guio, te presentaré al abuelo.

Blake lo jala del brazo mientras Eldritch trata de liberarse y suplica ayuda con la mirada a Aleksey, quien solo lo ve pasar siendo arrastrado por el demonio menor. Fueron solo unos cuantos metros hasta llegar al salón de Lucifer, y Blake abre las puertas entrando sin permiso.

—abuelo, tenemos visitas.— informa con una sonrisa.

Lucifer quien estaba muy a gusto en el sofá, con la cabeza recostada en el regazo de Charlotte, se sobresalta y se sienta derecho.

—¿q-que?, ¿que pasa?, ¿quien nos ataca?— ya estaba casi dormido.

—Blake, es de mala educación entrar sin tocar.— le regaña Charlotte.

—¡oh!, majestad, estaba aquí...lo siento, vera.— señala a Eldritch.— él es el novio de Aleksey y viene de visita.

Lucifer ahora si despierta y fulmina con la mirada a Eldritch y después mira a Aleksey de pie en la puerta.

—¿como que novio?, ¿tu madre ya lo sabe?— reclama.

—no, y no vine por eso.— Aleksey le hace una reverencia a Charlotte.— él es, el archiduque Eldritch Ashbourne. Viene porque hay algo que necesita.

Eldritch hace una reverencia ante los emperadores, aunque, viendo al albino, es diferente a lo que se imaginó, no era tan terrible como pensó, cuando supo que vería a Lucifer se imaginaba a un ser totalmente terrible.

—si es mi permiso para andar contigo, tiene que probar que te merece.— asegura Lucifer.

—¿que es lo que necesita?— pregunta Charlotte, pero, se pone de pie y se acerca al chico.— mmm...una maldición...

—así es, una bruja maldijo a mi padre y, la maldición se paso a mi al cumplir la mayoría de edad, todo para que no puede tener descendencia.— explica Eldritch.

—¿te hizo estéril o impotente?— se burla Lucifer.

—estéril no se, impotente, pregúntele a su nieta si lo soy.— sonríe ladino Eldritch.

Aleksey cierra los ojos dejando salir un pesado suspiro, Charlotte solo se aguanta la risa y Blake, su risa es la que resuena en la habitación.

—humano uno, el señor del infierno, cero.— agrega Blake y sigue riendo.

—maldito mocoso.— Lucifer ya anda balbuceando maldiciones e insultos.

—te lo mereces por querer hacerte el chistoso.— le reclama Charlotte y después mira a Eldritch.— ¿de que trata la maldición?

—no puedo tocar directamente a una mujer, si lo hago, su cuerpo envejece hasta morir. Antes, solo la santa del templo era inmune a ese efecto, y, la princesa puede resistir la maldición.— termina de explicar.

—ya veo...soy una bruja, pero, es una maldición que yo no puedo quitar, tampoco Aleksey pudo...—voltea a ver a Lucifer.— creo que, él podría.

Lucifer sonríe ladino.— obviamente que puedo, desde que entro pude sentir el mana de la maldición, esa bruja debió odiarte, ¿que le hiciste?— pregunta el albino.

—mi padre, le prometió hacerla archiduquesa y cuando no lo hizo, ya saben el resultado.—se encoge de hombros.

Lucifer se le queda mirando, y es qué, no solo era el mana de la maldición lo que había en ese humano, había algo más, era un caso igual al de su hija Valentina, su alma no es el alma original del cuerpo. Aunque, el de su hija no era el único caso, Charlotte también era así, incluso la emperatriz de Trois Blanc, posee un alma de otro mundo.

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