Bruja, Rompe La Maldición.

Brahim Kysely, era el hijo del duque Kysely en Trois Blanc, el duque pertenecía a la corte, era uno de los ministros más importantes, pero, eso sirvió para que su ambición empezará, por lo que empezó a desviar los fondos destinados a las obras públicas. Gracias a esto, comenzó a disfrutar de grandes riquezas, su esposa e hijos disfrutaban de viajes y lujos, sus hijas amaban comprar joyas y vestidos, sus hijos, pasaban sus días en los mejores clubes acompañados de bellas mujeres, pero, lo que ellos no sabían, era que esto captó la atención de la princesa Alya, así que, esta, se encargo de investigar todo lo relacionado con Kysely.

Mientras eso pasaba, Brahim formaba parte del escuadrón liderado por Aleksey, era el capitán, el segundo al mando, así que pasaba la mayor parte del tiempo con la albina, por lo que este, cada vez que mostraba su afecto, creía que Aleksey lo aceptaba, por supuesto, solo un caso de confusión, Brahim confundió la cortesía de Aleksey con interés romántico. Claro que Brahim había escuchado sobre el veneno en sus labios y que solo su pareja destinada podía sobrevivir a un beso, pero, Brahim creyó qué, la pareja en realidad la eligen ellos, después de todo, los hermanos y demás familiares, estaban casados con personas importantes de alto estatus y eso ya era demasiada casualidad, así que, Brahim asumía que Aleksey lo había elegido, pero la realidad fue otra.

—no se que te hizo creer que había esa clase de intención de mi parte, pero, no estoy interesada.—expreso la albina cuando el heredero Kysely le ofreció matrimonio.

Para su desgracia, o más bien, por su estupidez, hizo la propuesta en plena celebración de aniversario de los emperadores. Días después de esa declaración, los caballeros imperiales llegaron a su mansión, arrestaron a todos y los llevaron ante los emperadores, ahí mismo fueron encontrados culpables por robo al palacio, fraude y negocios ilegales. Su padre fue ejecutado, y el resto de la familia, fue expulsado de Trois Blanc por "compasión".

Y así, es como ahora acabo viviendo en un condado heredado de su madre en las afueras del imperio. Todos pasaron de una vida de lujos, a vivir como simples campesinos. Brahim por su parte, se metió en negocios ilegales, y logró una fortuna, aunque se alejo de su familia, porque no estaba dispuesto a compartir lo que ganaba con su propio esfuerzo, pero, si de algo estaba seguro, es que se vengaria de los Chevalier por lo que paso.

Brahim estaba sentado en su sala, observando la pantalla de su pared, donde se muestran fotografías de Aleksey cerca de Eldritch, y según su espía, ellos tienen una relación estrecha, al punto de que la madre de Eldritch ya habla sobre un futuro matrimonio. Brahim miraba con desprecio la imagen de Eldritch, ¿por que Aleksey eligió a ese?, solo un simple humano.

......

La archiduquesa escucho con atención lo que se necesitaba hacer para romper la maldición de Eldritch, a su ver, era peligroso, pues no saben cuan poderosa podría ser la bruja y además, era demasiado dejarle esa responsabilidad a Aleksey, ya que, le dijeron que era ella quien necesitaba destruir el corazón de la bruja.

—lamento que usted se vea involucrada en esto, en especial teniendo que hacer algo tan peligroso y horrible.— le sostiene de las manos.

—no debe preocuparse por eso, lo que importa es encontrar a esa bruja.— responde Aleksey.

—madre, ¿alguna vez viste a esa mujer?, porque se que mi padre no era discreto con sus amantes.— pregunta Eldritch.

Niega con la cabeza.— no se quien sea, vi a algunas mujeres, pero nunca supe cual de ellas era la bruja.

—ese maldito...creo que encontrar a esa bruja llevará un poco de tiempo.— el archiduque deja escapar un leve suspiro.

—creo que se en donde pueden empezar, el burdel que tu padre solía visitar, alguna de sus amantes puede que aun sigan en ese lugar.— le sugiere la archiduquesa.

Si, ese lugar será el primero al que acudirán, pero, su platica se ve interrumpida cuando el mayordomo les avisa que han llegado invitados poco deseados, siendo este, el Barón Holly y su hija, la santa. Eldritch dejo escapar un leve suspiro de molestia, pero, decidió ir a verlos.

Al entrar a la sala, el Barón lo saluda alegremente, asegurando que no le quitará mucho tiempo, pues solo había ido a aclarar respecto al compromiso que ya había acordado con el rey.

—eso es algo que debe arreglar con su majestad. Yo no acepte nada.— responde sin dudarlo.

—lo sé excelencia, pero siendo un decreto del rey, se debe de obedecer.— insiste.

—excelencia, usted y yo, somos compatibles, soy quien es inmune a su maldición, creo que, casarnos es la mejor opción.— interviene Emilia.

—no obedezco al rey, y creo que la señorita santa, ha malinterpretado mi amabilidad. Si es lo único a lo que han venido, pueden retirarse, tengo asuntos más importantes de que ocuparme.— reclama.

—no puede negarse, mi hija será la burla de la sociedad, y usted perderá su reputación.— grita el Barón Holly.

—padre, no se altere...su excelencia, por favor, reflexione, yo le aseguro que ambos podremos llevar un buen matri...

—no insista, eso solo la hace ver como una desesperada.— Eldritch le hace una seña al mayordomo.— Barón, espero no insista, o me veré en la necesidad de tomar medidas severas. Y señorita Holly, yo ya estoy en una relación, y ella no es afectada por la maldición.

Dicho esto, y antes que puedan protestar, los guardias llegan para sacarlos. Emilia le suplica al archiduque, insistiendo en ser la única que puede con su maldición, pero, al final quedaron fuera de la casa.

....

El Barón y Emilia iban en el auto, pero de repente ese se detiene, el Barón pregunta, pero la puerta se abre y es Aleksey quien entra, sorprendiendo a padre e hija.

—¿que quieres?, si nos haces algo, no te saldrás con la tuya.— reclama Emilia.

Aleksey se cruza de brazos, y el auto se pone en marcha.

—no se atreva a dañar a mi hija, el templo se volvería su enemigo.— amenaza el Barón.

—lo que yo haga, no será cuestionado, es que, parece que no comprendes la gerarquia.— se burla la albina.— y el templo, no es nada ante el imperio.

—aun así, no pueden solo hacernos daño, no te hemos hecho nada.— insiste Emilia.

—lo sé, pero tú.— la señala Aleksey.— eres un fastidio, y Barón, si tiene tratos con el rey, cuídese, que el rey esta en mi lista negra, y todos quienes lo apoyan, también.— advierte.

El auto se detiene, y Aleksey se baja de este. Emilia y su padre se quedan en silencio mientras el auto inicia su marcha de nuevo.

...