Isabella ha reencarnado en Vittoria la extra que al final de la historia se casa con el segundo protagonista, el príncipe heredero, pero ella sufre las constantes burlas de las otras damas de sociedad porque su esposo el príncipe, no le presta atención, ya que se dice que sigue enamorado de Lía, la protagonista ¿será verdad esto? ¿que pasará ahora que Isabella es Vittoria?
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capítulo 21- ¿control?
Tras lo sucedido en la fiesta de té, ahora todos sabían que el matrimonio del príncipe iba bien y que no había ningún amorío como se decía, además aquella chicas que creían que Aida era cercana al príncipe han quedado como tontas ante otras, pues ellas aseguraban que tras su llegada, Vittoria sería echada del palacio, Aida por su parte llevaba días sin salir a ninguna parte, la última vez que fue a una fiesta, solo se rieron de ella y las supuestas amigas que tenía la trataron como si no la conocieran. La emperatriz había sido informada de lo sucedido en la fiesta de té así había mandado llamar a Leonel, dándole un sermón al actuar de mala manera ante Aida y por permitir que la princesa actúe de manera maliciosa.
— la idea de la fiesta fue mía, soy quien organizó todo para humillar a tu protegida, madre.—
La emperatriz se sorprende por las palabras de su hijo, jamás lo ha creído capaz de algo así.
— Leonel De Luca, este comportamiento es inaceptable, tú y la princesa deberían pedir una disculpa a lady Aida.—
— no tengo porque, tu protegida es quien inició todo esto, pero no tiene caso decirte nada.— Leonel se pone de píe.
Sin querer escuchar nada más, se retira de esa sala, pero al ir saliendo del palacio de su madre, Aida choca con él y ella se aferra a su brazo para no caer.
— a-alteza...lo siento...— trata de mostrar una sonrisa amable.
— que patética eres, ten un poco de dignidad, tus intentos de seducción son patéticos.—
Leonel mueve el brazo para apartarla y sigue su camino, quedando Aida ahí, molesta por lo que acababa de pasar, se mira la mano y se pregunta, porque su magia no parece funcionar con él, han sido dos veces y no ha logrado hacerle nada. Pero no se piensa rendir, de alguna manera lograra tener en sus manos a Leonel y volverá a ser el dócil y amable príncipe que recuerda.
Leonel llego al palacio de Vittoria, estaba molesto por el comportamiento de su madre, pero si es una magia de control mental, debe tener cuidado y encontrar la manera de quitarle ese control, pues si lo hacen de manera imprudente podría dañar la mente de la víctima, al entrar al palacio de Vittoria, las doncellas le saludan y una lo guía hasta el jardín, donde Vittoria recién termina su práctica de magia, al verla el rubio se acerca abrazándola por la espalda.
— esposa, tu esposo necesita ser mimado...— frota su mejilla con la ajena.
— no eres un cachorro para recibir mimos, pero se como puedo consentirte...— Vittoria empuja su cadera contra el pelvis del rubio.
Leonel sonríe ante ese atrevimiento de su esposa, además le gusta esa idea, aunque aun no sea de noche, esta bien.
— me gusta la idea, deberíamos pedirle a todos que se retiren...no quiere nadie te escuche gemir mi nombre.— le susurra al oído a la chica.
Vittoria se encoge de hombros y sonríe ladina, apartando las manos del rubio para darse la vuelta.
— que promiscuo resulto ser alteza. Creo que se ha hecho una ideas equivocada.— necesita burlarse un poco del rubio.
— ¿ah? No me irás a dejar con las ganas ¿verdad? Eres cruel.— muestra una expresión de tristeza.
Vittoria solo deja salir un suspiro, pensar que ese chico es capaz de actuar así cuando su personalidad es más retorcida. Vittoria le sujeta del brazo y le ordena a todos retirarse temprano, pues quiere descansar, aunque es más que obvió el porque son retirados tan pronto; ya en la habitación, Leonel le hace saber a Vittoria el porque la emperatriz actúa de mala manera con ella, todo se debe a la magia que Aida esta ejerciendo en ella.
— lo ha intentado conmigo, pero gracias a mi magia de curación puedo resistir.— aprieta la mano con molestia.
— quien lo diría, creí que en verdad la emperatriz era tonta por creer sus mentiras. Supongo que por ahora no hay modo de liberarla.—
— estás en lo correcto. Trataré de que no te molesten, mientras encuentro una forma de liberarla, pero debes tener cuidado también.—
— no hace falta que lo digas, conozco a las tipejas como Aida, aprovechan lo que pueden para pasar por encima de otros.—
Pero esta vez Aida se ha cruzado con la enemiga equivocada, solo es cuestión de esperar un poco y ya la vera caer, y será una caída muu dolorosa. Ahora que han platicado, hay que olvidar un poco la situación, Leonel se sorprende al ver como Vittoria se quita el vestido ante él, en realidad no creyó que Vittoria quisiera algo así, pero la chica ya se estaba sin nada ante él, la chica se acerca y sujeta las manos del rubio para hacer que toque sus sen*s, mientras se inclina a besarlo, Leonel no duda en corresponder el beso y apretar esos bien formados sen*s que encajan perfectamente entre sus manos, los amasa con suavemente mientras saborea los labios de la chica, el rubio en verdad esta encantado con esa manera de ser Vittoria y que tome esa clase de iniciativa le prende.
En cuestión de minutos la ropa del príncipe ya estaba en el suelo y su rostro entre las piernas de su esposa, pasando suavemente la leng*a sobre esos suaves pliegues, que con el solo roce, hacía a Vittoria estremecer, el rubio si que sabe donde tocar para que su cuerpo se estremezca, tocando ese punto sensible que la hizo gem*r hasta sentir el clím*x recorrer su cuerpo.
Leonel sonríe y se acomoda entre sus piernas y Vittoria arquea la espalda al sentir como se hunde en ella de una sola estoc*da, llegando profundo, de inmediato comenzó a moverse con cierta brusquedad, pues la última vez que lo hizo con ella, Leonel noto que Vittoria disfrutaba cuando era brusco con ella, desde esa posición sujeto sus caderas para no parar de moverse, ambos estaban disfrutando del plac*r que llenaba sus cuerpos, hasta alcanzar el cl*max, aunque eso no era suficiente, Leonel se inclina apretando los sen*s de Vittoria saboreando cada uno, mientras inicia otra vez lo movimientos, Vittoria sentía como nuevamente se aguantaba en ella, sin duda esa tarde se la pasarían en esa habitación hasta caer agotados.
La noche había llegado, la habitación era iluminada por una tenue luz de una pequeña lampara cerca de la cama, Vittoria le daba la espalda al rubio y este le abraza besando su hombro desnud*.
— Vittoria...siempre creí que entre tú y yo no habría una mejor relación, pero me da gusto saber que todo ha cambiado.—
— no está mal el cambio...— responde Vittoria.
Aunque lamentablemente para el rubio, Vittoria sabe que ella no es la Vittoria que conoció antes, pero eso no importa, pues tampoco planea decirle nada, al menos no por ahora, primero debe conocerlo mejor, pues ella puede notar que el rubio es como ella, un hombre capaz de todo, con tal que todo le salga bien...
Ya no eres mi mami ☝️