Victoria Casani es una chica de 24 años con poca vida social, su día a día se basa en ir a la universidad y forjar su carrera a base de esfuerzo y dedicación, ella sueña con ser arquitecta, ella vive con sus padres Carmen que es de Asendencia Mexicana y Lorenzo que es Italiano, también con su hermano mayor Gabriele, viven en la hermosa ciudad de Florencia- Italia.
Leonard Loannou tiene 38 años, es un excelente decano de diseño arquitectónico y hace poco se unió a (Università degli Studi di Firenze, UNIFI) en Florencia, el es de origen Griego, pero decidió mudarse a este nuevo país, ya que le llegó una excelente oferta de esta universidad, a la que por mucho tiempo estuvo aplicando, pero hasta hace unas semanas se le dió la oportunidad gracias a su excelente perfil profesional.
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CAPITULO 7
Terminamos la conversación y regresé a mi casa, mi madre estaba expectante por saber la reacción del vecino.
-¿Que te dijo?-- preguntó tan pronto me vio entrar.
Me sobresalté -- mamá, pareces una acosadora, me asustaste -- dije poniendo una mano en mi pecho.
- Lo siento hija, no era mi intención, pero dime, qué te dijo--
- te envió las gracias -- respondí.
- ¿y quién es, su familia es muy grande?--
- Solo el vive ahi.... Y resultó ser mi Decano de Diseño Arquitectónico -- hablé con naturalidad.
- Vaya, que coincidencia, o sea que es un señor, se lo presentaré a Sonia, ella quiere conocer a alguien, quizás a el le interese si está soltero --
- No se cómo te vaya con eso, pero buena suerte--
-¿porque lo dices?... ¿luego le gustan los hombres?-- dijo escandalizada.
-No es a lo que me quise referir, Sonia tiene más de 60 años y mi Decano no pasa de los 40, quizás le gusten mayores, pero tendrías que preguntarle aunque sería de muy mala educación, ni siquiera se conocen--
- Pero ya probó mi comida, eso es un gran avance y nada pierdo con preguntarle y puede que sea joven, pero no hay peor diligencia, que la que no se hace-- afirmó mi madre y yo negué con la cabeza.
- Como tú quieras, pero no me metas en tus planes, hazlo por tu propia cuenta -- le dejé en claro.
- Eres una aguafiestas, mala hija, pero te voy a demostrar que tú madre es una experta uniendo personas-- me aseguró muy confiaba, yo sonreí al ver su optimismo y me fui a mi habitación.
- Ahorita bajas a comer, tu padre no demora en llegar, quiero que nos sentemos en la mesa los tres-- gritó mientras yo seguía avanzando.
- ok madre -- respondí y me encerré en mi habitación.
Revise las actividades que debía realizar, y las terminé, saqué mi ropa sucia y la llevé al cuarto de lavado, puse la lavadora a funcionar y en ese momento me llamó mi mamá, mi papá ya había llegado, le ayudé a pasar a la mesa los tacos, mientras ella servía el consomé, mi padre se relamía los labios mientras dejábamos todo en el comedor.
-Amore della mia vita, ¿me quieres enamorar más?-- Le dijo mi papá a mi mamá y un sentimiento de nostalgia se posó en mi pecho, pensar que quizás nunca voy a tener algo así.
Cenamos y luego fui a revisar mi ropa, la metí a la secadora, en cuanto estuvo lista la llevé a mi cuarto y comencé a organizarla en el closet, desde el día del incidente me encargo de lavar toda mi ropa, se que ya tenía la edad suficiente para realizar estás labores y siempre he sido muy independiente, pero mi mamá le gustaba hacerlo por nosotros, pero ese día cuando llegué con mi pantalón manchado de sangre, para que ella no se diera cuenta, le dije que ya era hora de que yo me hiciera cargo de mis prendas sucias, pensé en botar esa ropa, pero no podía, ese pantalón era de mi madre, fue un regalo de mi abuela, y ella me lo dio a mí, tiene bordados hechos a mano, es muy especial para ella, para mí también lo era, por eso ahora lo guardo en el fondo de mi closet, no me atrevo a mirarlo de nuevo, pero tampoco a botarlo.
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Me levanté muy temprano, hoy tengo que estar antes de que el sol salga dentro del Campus, se realizarán unas competencias deportivas, sé que no socializó con nadie, pero amo jugar fútbol y hago parte del equipo de la facultad de arquitectura, hoy vamos a competir contra las otras facultades.
Al llegar, dejé mi auto en mi lugar y corrí a la zona deportiva, debía ponerme mi uniforme y estar lista antes de las 6:30 de la mañana, el primer partido lo jugaremos nosotros, contra la facultad de medicina, mis compañeras de equipo fueron llegando de a poco hasta estar todo el equipo completo.
- Chicas, las necesito concentradas, ustedes tienen que ganar, los años anteriores hemos quedado a nada de ganar la final, pero tengo la plena confianza que este año será nuestro, vamos que ustedes pueden, ahora salgamos al campo a calentar -- Dijo nuestra entrenadora.
Todas fuimos a la cancha y comenzamos a trotar alrededor de esta, las chicas del otro equipo hicieron lo mismo, luego hicimos estiramiento, y comenzamos a calentar, de un momento a otro sentí un hormigueo en el cuello, esa sensación que te da cuando alguien te está mirando, miré a mi alrededor y me encontré con aquellos ojos… El Decano Loannou observaba el entrenamiento sin perder ningún detalle, pero lo que más me llamó la atención fue que precisamente su mirada estuviera puesta en mí, sacudí mi cabeza para despejar cualquier pensamiento absurdo y continúe entrenando.
El árbitro llegó, y la entrenadora seleccionó a las jugadoras que entrarían de titular, está vez, me dejó en el banco.
- No dejes que tu cuerpo se enfríe, serás el primer cambio por sí una de las chicas no está teniendo un buen día-- dijo y yo asentí, me levanté de la banca y seguí estirando.
El partido comenzó, había mucho contacto físico, las chicas de la facultad de medicina son un poco bruscas a la hora de jugar, y varias de mis compañeras son de complexión delgada y pequeñas, es fácil para ellas derribarlas, y como era de esperarse nos hicieron el primer gol, mi entrenadora estaba un poco abrumada, ya que el árbitro era testigo de como estaban golpeando a mis compañeras y aún así no hacía nada, entonces me llamó junto a dos compañeras más.
- chicas, voy a necesitar hacer el cambio ya, se que apenas van 20 minutos, pero si seguimos así, nos van a ganar y las otras chicas van a terminar muy mal, ustedes son más grandes y tienen la fuerza para competir contra ellas, las necesito concentradas -- nos dijo y de una en una fue realizando los cambios.
El juego se niveló, así como nos daban, así mismo recibían, logramos empatar a los 5 minutos de haber entrado al campo, después de ese gol no nos pudieron detener, logré anotar uno de los tres goles que hicimos, cerrando el marcador 3-1, nos llevamos la primera victoria muy emocionadas.
La entrenadora nos llevó a los vestidores y allí nos dio una charla, tendríamos que esperar un par de horas para el siguiente partido, aún no sabíamos quién sería el oponente hasta que no terminara la primera ronda.
- Puen ir a descansar, hagan lo que tengan que hacer, y a las 9 nos vemos de nuevo aquí en el vestidor-- dijo y nosotras asentimos, yo me cambié los guayos por unas zapatillas cómodas y salí a dar un paseo.