Se conocieron una noche, la vida de ella estaba destruida y él no pudo sacarla de su mente. Le ofreció un contrato...
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Capítulo 8
Lisa
Llegamos a la mansión y cuando ví las escaleras supe que sufriría mucho para subirlas. Pero tal parece Máximo es muy observador y todo un caballero porque me cargó y subió las escaleras conmigo en sus brazos. Me dejó sobre la cama y cuando me preguntó quién fue no quise decirle.
No sé cómo será su reacción cuando sepa que fue mí madre pero no quiero que él actúe, prefiero hacerlo yo más adelante, primero deseo recuperarme.
El quiso ver mí abdomen pero antes de poder reaccionar levantó mí blusa. Me sentí expuesta, avergonzada y desnuda por qué esté haciendo todo esto por mí y por verme así. No tenemos confianza como para que haga algo así pero por otra parte, se que será mí esposo.
Un médico no demoró en llegar. Jamás había asistido a uno, incluso cuando tuve fiebre en el pasado mí madre no me prestaba atención ni me dejaba descansar, debía hacer los quehaceres del hogar, atenderla. Me sentí como una molestia para el por ocasionar todo esto.
Cuando el médico salía de la habitación luego de indicarme reposo Máximo y su chófer entraron con varias bolsas y cajas costosas, cuando vi que todo aquello era para mí no podía creerlo. Aquello había costado una fortuna y era todo para mí. Lo peor es que cuando me recupere dijo que tendremos que ir a comprar más.
Él me llevó al baño y preparó una gran tina con agua tibia y sales para mí. Jamás había tomado un baño así, nunca antes en mí vida. Me metí al agua y mis músculos comenzaron a relajarse, era una sensación estupenda y desconocida para mí.
Salí del baño y me coloqué una bata, él me entregó un pijama de seda color rosa y ropa interior. Los colores se subieron a mí rostro. Esa ropa no era mía y tenía etiqueta lo que indicaba que la había comprado para mí.
Al salir vestida vi que había un montón de productos para mí, cremas corporales y faciales, perfumes carísimos, maquillajes y más cosas que no se para que sirven.
Volví a la cama y se sentó a mí lado con una computadora en su regazo. Estaba concentrado trabajando, tecleando a máxima velocidad mientras yo lo observada admirada. ¿Cómo escribía así sin mirar las teclas?
-¿Que pasa?
-Nada, yo... yo... solo me preguntaba cómo escribías sin mirar
-¿Tu como lo haces?
-Yo nunca tuve una computadora pero supongo que miraría cada tecla para poder escribir
-En unos minutos vamos a comer- cerró la computadora y salió de la habitación
Entró con dos bandejas con comida, jugo de frutas, y una caja rectangular
-Este es un celular para ti. Luego podrás configurarlo a tu gusto, ahora debes comer
Él se sentó a mí lado y comió en silencio, yo estaba demasiado sorprendida. Ese teléfono es el más caro, uno que no muchas personas pueden pagar y ahora yo tenía uno.
-¿Te sientes bien? Es la hora de tu medicina y debes aplicarte esto en el rostro- me extendió una pastilla y una crema
-Estoy mejor, gracias por todo lo que haces por mí. Debes estar ocupado y estás aquí perdiendo el tiempo conmigo
-Serás mí mujer, si no te cuido a ti ¿A quien?
-Lo sé pero solo por un contrato
-De todos modos no pienso casarme pronto nuevamente ni en un futuro cercano al menos, ¿Tú?
-¿Yo? No creo en el amor, no me casaré nuevamente- me miró extrañado
-Eres la primera mujer que escucho decir algo así, ¿Puedo saber por qué?
-Porque solo es una ilusión por la que se cometen estupideces y luego solo queda el arrepentimiento. Cambiemos de tema, ¿Quieres?
-¿Te gustaría que viajemos unos días de luna de miel? Podemos casarnos en otro sitio si no quieres que aún se haga público nuestro matrimonio
-¿Podemos no hacerlo público? ¿De verdad?
-Lo estuve pensando y si gente de mí empresa te hizo daño y quieres hacerles pagar lo mejor sería que aún no te conozcan, luego puedo anunciar mí matrimonio y ahí puedes aparecer
-Te lo agradecería mucho pero no hace falta que tengamos luna de miel
-Si me caso y no me tomo unos días no será creíble, además tampoco planeas volver a casarte así que no veo la razón para no disfrutar unos días, ¿No lo crees?
espero el proximol.libro
gracias