Malas Decisiones.!

Sonia iba esquivando los coches a toda velocidad, intentando despistar a los hombres, pero parecía un esfuerzo en vano.

Cuando pensábamos que finalmente los habíamos dejado atrás, escuchamos las sirenas de una patrulla.

¡Detengan el auto!, exclamó el policía a través del altavoz de su vehículo.

¡No puede ser posible! -dijo Sonia, nerviosa, al igual que yo, ya que ninguna de las dos había tenido algún conflicto con la policía antes.

¿Qué vamos a hacer? -pregunté, también inquieta.

Sonia detuvo el auto y la luz del policía nos iluminó en el rostro.

¡Señorita, baje del auto! -ordenó el oficial, iluminando el interior del vehículo en busca de algo indebido.

Señorita, por favor, bájese del auto. He notado que estaba conduciendo a una velocidad excesiva en una avenida de 80 kilómetros por hora, dijo el policía.

Bajé del auto, un poco nerviosa, y temblaba, no sabía si era por el frío o por los nervios.

Escuchamos dos voces detrás de nosotras.

¡Buenas noches, oficial! ¿Qué sucede?, dijo uno de los hombres. Yo ni siquiera quería mirar.

Sonia se volvió rápidamente para verlos.

¡Señoritas, venían a gran velocidad!, comentó el policía.

Me giré lentamente y allí estaba el hombre con el que había soñado en los últimos días, luciendo un traje negro que lo hacía ver muy atractivo.

Bajé la mirada, estaba sinceramente avergonzada.

El policía se alejó un poco mientras conversaba con los hombres.

Espero que puedan hacer que el policía entienda y nos deje ir antes de que alguien nos vea aquí y tome fotos, porque ahí sí nos meteremos en problemas - comentó Sonia, aumentando aún más mi nerviosismo, ya que el hombre no dejaba de mirarme.

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Por otro lado, Lorenzo.

Tenía enfrente a la chica que me había llevado al cielo esa noche, y no quería dejarla ir sin saber quién era.

Después de una discusión y de haberle dado algunos dólares al policía, finalmente accedió a dejarlas ir.

Carlos, necesito estar a solas con la chica -dije, algo nervioso, mirándola, y es que despertaba en mí algo que nadie había logrado antes.

Así que tú solo sigue el juego, estarán a solas mientras yo me quedo con la encantadora pelirroja de su amiga. - comentó Carlos.

Hola chicas, una de ustedes deberá ir a pagar la multa en la estación de policía. - añadió Carlos.

Pero no nos arrestaron. - dijo Sonia, preocupada.

No, nada de eso, solo hay que ir a pagar la multa. - explicó Carlos.

Sonia tomó de la mano a Nova y la alejó de los chicos que no podrán escuchar su conversación.

Tú no puedes ir a la estación de policía, alguien podría reconocerte. dijo Sonia preocupada.

Lo sé, pero no te voy a dejar ir sola, dijo Nova, aún temblando de nervios.

Entonces, chicas, comentó Carlos.

Yo iré a pagar, pero mi amiga necesita un taxi para llegar a su casa, dijo Sonia.

Yo puedo caminar, respondió la chica.

Yo la puedo llevar, me ofrecí, ya que quería estar a solas con ella.

No, gracias, puedo caminar, dijo la chica mientras sacaba la bolsa del auto.

De ninguna manera, Nova, podría pasarte algo caminando a esta hora, insistió Sonia, intentando convencer a Nova.