Reina Luna

Aitana había llegado de un día de compras con Irina, según ella necesitaba un vestido especial para el día de su presentación, recorrieron casi toda la capital, para que al final mandaran a hacer uno a su medida, la fiesta sería el fin de semana, estaba cansada, miro la hora del reloj sobre el buro junto a la cama, Byron llegaría en cualquier momento, hacia siempre lo posible para cenar con ella todos los días, eso le gustaba, aquel hombre era muy atento con ella, pero no podía negar que lo extrañaba la mayor parte del día mientras él trabajaba y ella hacía lo que sea para matar el tiempo, aunque comenzaba a aburrirse de estar en el palacio o ir de compras con Irina, quería hacer otras cosas, sentirse útil, se dirigió a la puerta y salió de la recamará, lo esperaría en el comedor para cenar y poder hablar con él, cuando estaban en la recamará muy rara vez podían hablar, siempre se dejaba llevar por los besos y caricias de aquel hombre y aunque le encantaba lo que hacía, quería hablar con él antes de que se le olvidara todo.

-Hola – Byron llegó detrás de ella, se giró y le sonrió, él se inclinó y le dio un tierno beso en sus labios, le ayudo a sentarse y ordeno que sirvieran la comida, Aitana notó el cansancio en su rostro. - ¿Pasa algo? – Pregunto al notar que ella no decía nada.

- Te ves cansado- Susurro, él salía desde muy temprano a trabajar para poder llegar justo a la cena, sabía que se estaba sobre esforzando para pasar tiempo con ella.

- Estoy bien- Respondió, no quería preocuparla.

- Byron, déjame ayudarte…- Sugirió, los empleados sirvieron la cena y se marcharon, él no respondió a sus palabras- Por favor, además quiero hacer algo más que solo estar aquí encerrada, comiendo, paseando por el jardín o ir de compras con Irina, ya tengo mucha ropa- Susurro con pesadez.

- Puedo romper algunas prendas- Sugirió, Aitana se sonrojo ante sus palabras, Byron rio.

- No me cambies el tema- Dijo sacudiendo sus pensamientos- Por favor…Byron, por favor- Dijo mientras le tomaba de la mano, Byron la miro a los ojos la chica le miraba con ojos de cachorrita y hacía un mohín, se veía tan tierna que sabía que no podría negarse a lo que pedía.

- Bien, pero solo serán labores administrativas, Irina estará contigo- Respondió resignado, Aitana se levantó y se acercó a él a abrazarlo.

- Gracias, gracias- Dijo, Byron suspiro, la jalo a él y la sentó en sus piernas- Aquí no- Dijo ella nerviosa mirando a los lados.

- ¿Aquí no qué? - Pregunto divertido, mientras una de sus manos se deslizaba sobre sus muslos, Aitana cerró sus ojos dejándose llevar por las caricias de su hombre, la mano de Byron fue subiendo hasta su entre pierna rozando su intimidad sobre la tela de aquel short que ella vestía.

- Byron…- Jadeo en susurro.

- Majestad- Dijo un empleado, Aitana abrió sus ojos de sorpresa el rojo en su rostro se hizo visible, Byron sonrió con malicia- Disculpe, pero han llegado el Alfa y Beta de la manada luna azul con sus familias- Dijo y se retiró.

- ¿Mis padres? - Dijo emocionada mientras se ponía de pie, se acomodó sus ropas y lo miró- Vamos- Lo tomo de la mano haciendo que se pusiera de pie, llevándolo hasta la sala donde habían llevado a su familia.

Al llegar Aitana casi llora al ver a su familia, los había extrañado mucho, miro a Byron como si esperara autorización para acercarse a ellos, eso le gustó a él, soltó su mano y asintió.

- ¡¡Mamá, Papá!! – Grito emocionada, sus padres al verla se pusieron de pie y la recibieron con un fuerte abrazo.

- Mi niña, te extrañamos tanto- Dijo su madre mientras se aferraba a ella.

- Yo también los he extrañado- Se separó de ellos y los miro con sus ojos llorosos.

- ¿Yo qué? - Hablo Alain a lado de su madre, Aitana no dudo mucho y se lanzó a sus brazos- Mi pequeña hermanita- Susurro Alain.

- Te ves bien- Dijo al terminar su abrazo, Aitana miro a Sam a su lado no pudo evitar dar un fuerte grito y su amiga la imitó se abrazaron y dieron saltos en el mismo lugar.

- Amiga, te ves - Dijo Sam mirándola de pies a cabeza, era notorio el cambio que había tenido.

- Sam, que alegría verte– Dijo Aitana mirando a su amiga, dirigió su mirada a Melissa quien estaba aferrada al brazo de Damián.

- Hola- Dijo Melissa con las mejillas sonrojadas- Aitana, en serio te ves muy hermosa- Dijo Melissa apreciando cada una de las curvas de la chica.

- Que gusto verte de nuevo, Melissa- Ambas se dieron un caluroso abrazo.

- Nos alegra verte de nuevo querida- Dijo Dafne acercándose y dándole un beso en la mejilla, Aitana asintió y luego miro a Alfa Elías, quien asintió con una leve sonrisa.

- Hola, peque- Dijo Damián, Aitana lo miró con su sonrisa, sintió una penetrante mirada sobre ella y sabía de quien era.

- Damián, Hola- Dijo ella, Damián se acercó a ella, la abrazo y cargo, dando una vuelta con ella en sus brazos.

- Oh, peque, te extrañe tanto- Dijo Damián dejándola nuevamente en el suelo y mirándola a los ojos, sus rostros estaban muy cercas, Aitana río de manera nerviosa.

- Yo también los he extrañado a todos- Dijo separándose de él.

Byron observó aquel saludo, todo iba bien hasta que aquel joven Alfa abrazó de esa manera a su Aitana y la cercanía de sus rostros, no le agrado.

- Rey Alfa- Hablo Elías con formalidad, todos lo miraron y se pusieron serios e incluso nerviosos al ver aquel hombre imponente- Gracias por aceptar mi petición – Dijo haciendo una reverencia.

- Sean bienvenidos- Dijo Byron sin apartar la mirada de Aitana quien seguía dándole la espalda.

- ¿Ya cenaron? - Preguntó Aitana, su familia negó ante su pregunta, Aitana finalmente se giró hacía Byron y se acercó a él- ¿Pueden cenar con nosotros? - Pregunto mientras lo tomaba de la mano.

- Claro – Respondió con aquellos intensos ojos azules.

La cena con la familia de Aitana se llevó de manera tranquila, aquella chica platicaba con su familia poniéndose al día con lo que sucedía en la manada luna azul, Byron cruzo algunas palabras con Alfa Elías sobre trabajo, pero no podía apartar la mirada de aquel joven Alfa que no dejaba de dedicarle miradas a Aitana, no le gustaba lo que veía, tampoco a Gray.

Después de la cena, todos se fueron a descansar, habían planeado el día de mañana, lo que hacía muy feliz a Aitana.

- ¿No irás? - Pregunto Aitana al ver como Byron sacaba su pijama del color habitual.

- Tengo trabajo – Respondió, Aitana suspiró, había estado muy callado desde que su familia llego y entendía por qué, antes de decir algo Byron se encerró en el baño, Aitana suspiró y se comenzó a cambiar de ropa, después de hacerlo se acostó en la cama esperando a Byron, cuando salió tomo su teléfono y comenzó a revisar sus mensajes.

- Byron – Susurro, él la miro la chica se puso de rodillas sobre la cama y se quitó el camisón de seda que usaba, dejando a la vista su cuerpo desnudo- Ven- Susurro con dulzura, Byron recorrió su cuerpo completo sin perder detalle, dejo su teléfono caer y se acercó a ella, se quitó la camisa de su pijama, rodeo su cintura con sus manos y se inclinó para besarla, el beso fue subiendo de intensidad y la recostó sobre la cama, mientras sus manos comenzaban a acaricias sus pechos, Aitana comenzó a jadear, Byron comenzó su recorrido con su boca y lengua, se entretuvo con sus senos, besándolos y mordiéndolos, sintió un aroma provenir de ella, sabía que seguía tomando sus medicamentos, pero el aroma era cada vez más fuerte, ella jadeaba con intensidad diciendo su nombre, sus manos se deslizaron a su entre pierna, con su pulgar presionaba sobre su clítoris.

- Byron, más…- Susurró ella, Byron bajo su cabeza hasta aquella zona intima, su lengua comenzó a saborearla, el aroma de su excitación lo estaba volviendo loco, sentía que perdía el control sobre él, quería más, quería hacerla suya por completo- Más, por favor, más- Incluso Aitana se sentía de aquella manera, Byron se deshizo de aquellos pantalones su duro miembro estaba listo para entrar en ella, algo en el fondo decía que debía controlarse que aún no era el momento, pero aquel embriagante aroma hacía que no escuchara aquel consejo, sus dientes se volvieron afilados, se acomodó en su entre pierna y comenzó a presionar su dureza contra ella, ella comenzó a jadear, sus gritos se hacían cada vez más fuerte.

- ¡Byron, nos atacan! -

Escuchó que gritaron en su mente, sacudió su cabeza y miró a Aitana, ella lo miraba, algunas lágrimas recorrían sus mejillas, escuchó una alarma sonar, soltó una maldición, se puso de pie y corrió al armario a cambiarse, Aitana lo siguió asustada.

- ¿Qué pasa? – Pregunto nerviosa, Byron la miro ella seguía desnuda, saco una de sus sudaderas y se la entregó.

- Vístete, nos están atacando – Dijo molesto mientras terminaba de abotonarse los pantalones. Aitana se puso lo más rápido que pudo aquella sudadera, saco unos shorts cortos y se lo puso, después siguió a Byron, él estaba en medio de un enlace mental, dirigió su mirada al balcón, comenzaba a sentir el olor de la sangre, dio un pequeño salto cuando tocaron con fuerza la puerta.

Byron salió del enlace y abrió la puerta, era Fabián.

- El ataque es al oeste de la capital, son desertores- Informó, Byron asintió y miro a Aitana.

Byron tomo de la mano a Aitana y comenzaron a bajar las escaleras, tenía que llevarla al

refugió y después ir a la zona de ataque, Emilio ya se encontraba haya.

- Rey Alfa- Escuchó que lo llamarón, era Elías se acercaba con toda su familia- Diga sus órdenes- Dijo decidido, Marcus se puso a su lado y miro a su hija, aliviado de que estuviera bien.

- Lleva a Aitana y a las mujeres al refugió- Ordeno a Fabián- Y no te separes de ella- Ordeno, Fabián asintió, aunque quería ir con él, sabía que su deber principal era protegerla a ella.

- Claro, Vamos- Dijo mirando a Aitana, ella negó y se aferró al agarre de Byron.

- No quiero…- Susurro nerviosa.

- Iré por ti después, tengo que ir- Dijo apartándola de él, Aitana lo miro con sus ojos llenos de lágrimas, tenía miedo de que algo le pasara.

- Vamos, Cariño- Andrea se acercó a ella y la abrazó.

- Vengan conmigo- Ordeno mirando a Elías y a Marcus.

- También iremos- Dijo Alain decidido, Byron lo miro y luego al joven Alfa, asintió ante su petición.

Aitana miro como Byron se marchó sin siquiera dirigirle la mirada, su corazón comenzó a doler y sintió el miedo inundar su cuerpo.

- Reina Luna, por favor- Hablo Fabián, Aitana lo miro y asintió resignada.

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