De Rey, ¿A Omega?

Los guardaespaldas no reaccionaron al instante tras ver la condición en la que su jefe se encontraba, ninguno de ellos imaginaban que al entrar encontrarían a un omega atacando a su jefe. Estos apuntan con sus armas cuando logran reaccionar.

—¿que esperan?, matenlo...— grita Antony.

Lyam le pisa la mano causando que el hombre grite de dolor.

—adelante, disparen, pero, su jefe, se va conmigo.— le agarra del cabello quedando tras el hombre.

Ante esto, los hombres dudan, pero, cuando uno de ellos intenta acercarse, su cuerpo se paraliza, al igual que los demás. Todos caen de rodillas, mientras observan como el omega sigue con su trabajo, era una escena digna de una película de terror, excepto porque eso, era la realidad y su jefe estaba siendo masacrado de la peor manera, su rostro bañado en sangre y en el piso ruedan un par de ojos. El omega va con toda tranquilidad hacía la cocina, donde toma el cuchillo más grande y ante la mirada horrorizada de los guardaespaldas, la mano del hombre es separada de su cuerpo y sus gritos desgarradores inundan esa suite.

—bien, ahora...¿quien era el que tiro mi bolso?— voltea hacía los hombres, observando a cada uno.

Aquel que tiro el bolso, siente un escalofrío en su cuerpo cuando la mirada del omega se posa sobre él. Los otros intentan moverse, pero sus cuerpos estaban paralizados. Lyam arrastra del cabello a aquel hombre en medio de la sala y se sienta en la mesita de centro.

—bien señores, tengamos una larga charla, como ya no tienen líder, creo que necesitarán uno.— sonríe con malicia.

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Karin había regresado a la empresa, encontrándose el bolso y teléfono de su jefe, así que de inmediato fue a revisar las cámaras de seguridad viendo como fue llevado por aquellos hombres, a lo que ella asume que se trata de aquel hombre llamado Antony. Rápidamente se dirige hacía el edificio donde ese hombre suele hospedarse cuando tiene una nueva conquista.

Al llegar, sube hasta estar ante la puerta de la suite de Antony y toca un par de veces. La puerta se abre, siendo uno de los hombres quien le dice que se marche, que no han pedido nada a la habitación.

—no vengo a traer nada, vengo por mi jefe.— la chica saca un arma y dispara.

Cuando el hombre cae, ella pasa y cierra la puerta, pero, ve a Lyam sentado en el sofá con todos los guardaespaldas de rodillas.

—¡oh! Karin, que bueno que has venido, ¿encontraste mi teléfono?— pregunta Lyam con toda tranquilidad.

—aquí tiene joven.— le entrega el móvil.

—siempre tan eficiente Karin, ¿como te fue con mi encargo?— pregunta curioso.

—todo listo joven, puede ingresar cuando quiera.— asegura la chica.— veo qué, se ha divertido.— observa Antony tirado en la entrada de la sala.

—un poco.— mira a los hombres aun de rodillas ante él.— bien señores, supongo que ya tienen una respuesta para mí.

—usted no sabe en lo que se ha metido, cuando sepan lo que paso con Antony, la organización no lo dejará vivir.— asegura aquel hombre.

—cierto, todo eso de la mafia y esas cosas, se rige por varios mandos, creo que no se diferencia mucho de mi reinado.— sonríe.— entonces, solo debo mostrar mi autoridad.

Pensó que su vida sería aburrida en ese mundo, pero no, de la nada, se ha vuelto entretenida, tomar el mando de la organización de Antony, será como luchar por el trono, y, no es algo que se le haga imposible, difícil, quizás, porque llevará tiempo, pero, de que lo logra, claro que lo hará, y tendrá la corona.

—Karin, necesito un equipo de limpieza, ¿sabes como conseguir uno?— pregunta el omega.

—creo que conozco a alguien, es de confianza.— asegura la chica.

—perfecto, llámalo y dile que lo veré en mi oficina, en cuanto a este lugar, elimina todo rastro de nosotros en las cámaras, nadie debe de saber quien ensucio tanto.— toma el arma de Karin.

Enseguida un par de disparos se dejan salen de aquella arma y los hombres ante el omega caen sin vida. Mientras que Karin, saca una tablet en la cual se encarga de entrar al sistema del edificio, borrando cada rastro de ellos. Con todo arreglado, Karin detiene las cámaras, el suficiente tiempo para que ambos salgan del lugar.

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Llegando la noche, Lyam y Karin llegan al edificio departamental, ambos van llegando a la puerta del departamento cuando ven a Seth salir, este al ver al omega sonríe ladino.

—parece que tienes una vida interesante, llegando tan tarde a casa.— comenta divertido.

—veo que usted no tiene ni vida social, ya que esta atento a la mía.— responde el omega.

—claro que tengo una buena vida social, justo ahora, voy a divertirme.— guiño.

—siento pena por aquella que fije sus ojos en ti, acabara insatisfecha.— le responde con una sonrisa de burla.

—t-tú...no parecías tan insatisfecho esa noche, solo que huiste antes de que llegara la mejor parte.— presume.

—dudo que haya sido buena, si el inicio fue pésimo.— dicho esto, abrió su puerta y entro.

—hijo de...—deja escapar un suspiro.— que irritante.

Chasquea la lengua y tras cerras su puesta sigue su camino, prometió salir a beber con unos conocidos y no se piensa amargar la noche solo por los comentarios del omega.

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