De una manera misteriosa, Serena y su amiga terminan en un mundo diferente al suyo, y ambas toman cuerpos distintos al suyo.
Serena es la Omega despreciada, mientras que su amiga Katia es una sirvienta de la mansión.
Ambas tendrán que sobrevivir, y ser débil no será la manera.
Las tienen el mismo objetivo, vengarse, salir adelante y también tener un marido.
Todo estaba claro para ellas, pero sin querer, ambas terminan metidas en las vidas de quienes menos imaginaban.
¿Qué puede salir mal en un mundo desconocido?
Acompañame a descubrirlo
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Maternidad (1/3)
No había pasado mucho, cuando el niño lloró porque tenía hambre.
Leyla sin saber que hacer, va hasta la habitación de su amiga y le pide ayuda.
Al poco tiempo ambas estaban de regreso a la habitación de Leyla.
—¿De quién es este bebé?—pregunta Katia al ver al bebé llorando en brazos de su amiga.
—Este bebé es mío ahora, pero no deja de llorar— dice Leyla y Katia le preguntó.
—¿Les diste comida y cambiaste el pañal?—pregunta Katia y Leyla se ríe de sí misma.
—No sé nada sobre cuidar un bebé, quien me lo entregó, no me dio las indicaciones de como hacerlo ¿Qué voy a hacer amiga?— se lamenta Leyla y su amiga le quita al bebé.
—Dame al bebé, tú ve a buscar leche de vaca, en estos tiempos esa es la leche que consumen los niños— dice Katia y Leyla sale prácticamente corriendo a buscar la leche de vaca.
Por suerte, en la cocina había una leche extraída del día anterior, la cual fue tomada por Leyla.
Ella tomó una cuchara pequeña limpia, y se fue nuevamente a su habitación, en dónde con ayuda de la cuchara, le comenzó a llevar leche en la boca al pequeño niño, con cuidado de no ahogarlo.
Poco a poco, Leyla logró darle de comer, y luego, con ayuda de su amiga lo limpió e hizo un pañal improvisado. La manta con la que ella lo había envuelto, estaba insalvable, estás perdida.
Después de limpiar bien al bebé, Leyla lo carga y lo meces bien, y el bebé por arte de magia, se durmió como un pequeño lirón.
Tras ver al bebé dormido, Leyla y Katia se duermen juntas.
**
Al día siguiente, Leyla repite el mismo patrón con el bebé, lo limpia y le da de comer, y luego de eso el bebé nuevamente se queda dormido.
Al ver eso, ella dejó a su amiga al cuidado del pequeño y tomó un baño, para después, ir a hablar con el mayordomo sobre la situación. Claro, omitiendo la forma de cómo llegó ese bebé a sus brazos, eso debe ser un secreto.
En cuanto se reunió con el mayordomo, le explicó que había encontrado a un bebé en los límites del terreno, y que necesitaba artículos para él.
Un poco sorprendido, el mayordomo hace lo que se le pide, y como su señorita no sabe nada sobre los bebés, fue a una de las mucamas de la mansión, a buscar una que sepa sobre el asunto.
Por suerte allí había una que ya tenía hijos.
Él llevó a la criada a la habitación de Leyla, y mientras aquella mujer le explicaba a ella sobre los bebés, el mayordomo hacía su trabajo.
Mientras esto acontecía, el alfa continuaba buscando a su esposa sin descansar, aún no han tenido pistas sobre su paradero, puesto que, el olor de ella no estaba por ninguna parte.
Eso es un obstáculo para él y para los buscadores.
Todos estaban cansados, después de todo, acaban de pelear con los troles, y no descansaron ni un segundo, cuando ya estaban buscando a la esposa del alfa.
Antoni era consciente de esa problemática, y por tal razón fue a hablar con Reynaldo.
—Alfa, debemos tomar un descanso, todos estamos agotados. Después de todo, ni bien terminó la pelea, cuando todos nos fuimos a buscar a la luna Aurora— dice Antoni y Reynaldo gruñe.
—No descansaré hasta encontrar a mi esposa, quien sabe en qué peligro está— dice este mientras gruñe. Black su lobo estaba furioso.
Antoni le hace seña a unos de los que andan con él, quien dispara un dardo tranquilizante a Reynaldo, y él en poco tiempo se sentía cansado y con sueño.
Antoni fue a sostener a su amigo, y cuando este se quedó dormido, lo acomodó lo más que pudo en una roca.
Acto seguido, le ordena a unos de los magos que usan magia espacial, que busquen provisiones, y algo útil para levantar un campamento improvisado.
Cuando el alfa despertó, ya aquel hombre tenía todo listo para partir, y todos habían descansado adecuadamente, y también habían terminado de curar sus heridas.
Cuando Reynaldo despertó, Antoni le trajo un plato repleto de comida.
—Come que aún queda camino por recorrer— le dice Antoni a su amigo, y él en silencio toma los alimentos y se los come.
Después de comer, le ordena a su gente seguir con la búsqueda de su esposa.
***
Mientras el alfa buscaba a su esposa, Leyla cuidaba del pequeño niño, quien se ha portado muy bien.
Los artículos para bebé ya estaban en su poder, como también un documento oficial que aclare que el niño es suyo. Ese documento se lo hace llegar el mayordomo, quien tiene un amigo notario.
Ella gracias a aquella empleada de la mansión, tiene conocimiento sobre cómo tratar con un bebé.
Su amiga casi la torturó para que hable todo lo que pasó, y ella, tras hacerla jurar hasta por sus hijos no nacidos, le contó todo.
Katia se conmueve por lo dicho por Layla y promete ayudarla con la crianza de aquel pequeño, quien se llamará Alejandro, por deseo de su madre.
Es una pena que algo como eso haya pasado con aquella mujer, quien de seguro era alguien de buen corazón.
Por lo menos su amiga hizo trizas a sus perseguidores.
***
El verdadero reto comenzó a partir de ese día, ya que el pequeño bebé se negaba a separarse de Leyla.
Por más que ella deseaba dejarlo en brazos de alguien para trabajar, aquel pequeño lloraba como si le habían robado algo importante.
Leyla comprende la situación, y por ese motivo se llevaba para todas partes a su bebé. Eso sí, llenó a Katia de mucho trabajo, quien resoplaba cada cierto tiempo por el abuso laboral al que estaba siendo sometida.
Pero la sonrisa de quien ahora es su sobrino, le daba alivio a sus pesares.
El pequeño niño pronto se ganó el cariño de todos en esa mansión, y aunque no dejaba que nadie lo cargue más que Leyla, era muy risueño y transmitía una aura encantadora, que hacía que la gente lo ame.
Para Leyla la maternidad repentina fue todo un reto, pero poco a poco le fue gustando la situación.
Eso sí, de vez en cuando peleaba con su bebé, porque este no deseaba estar con nadie, pero el niño con una sonrisa, le aflojaba el corazón.
En esa situación había pasado un mes, y el bebé tenía un tamaño como el de un niño de 4 meses. Eso se debe, a que los hijos de hombres lobos crecen más rápido, y aún más si son hijos de alfa. Claro, Leyla aún no sabe sobre ese hecho, no había prestado atención a ese detalle.
Después de todo ¿A cuántos alfas ha conocido? Creo que no conoce a ninguno, por lo que no sabe su olor.
Por ahora Leyla estaba tranquila, trabajando mientras cuidaba a su pequeño.
Mientras Leyla estaba tranquila con su reciente hijo, Reynaldo por fin había encontrado una pista sobre su esposa.
Resulta, que él llevaba un mes buscando a su esposa, y apenas había descansado. Por suerte o desdicha logró encontrar una pista en un bosque al sur del imperio, por donde queda el imperio de las hadas.
Tras buscar bien por el área, aquel hombre encontró una pista y resultó que eran los que parecían los restos del cadáver de su cuñada, como también resto de sangre de algunos otros más. El de su esposa estaba entre ellos.
Ante tal hallazgo, Reynaldo tiene un mal presentimiento, no es una casualidad, que su esposa haya desaparecido, y que encuentren el cadáver de aquella mujer cerca.
Tratándose de Freya, nada es casualidad.