El terror llega a la escuela, un jóven es asesinado y su mejor amigo, un estudiante de secundaria, tendrá que resolver el misterio antes de perder él mismo su vida... ¿Lo logrará?
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Capítulo 17
Mi día no había comenzado para nada bien y al verlo desaparecer las incógnitas llegaron a mi cabeza, principalmente la que decía. ¿Qué debo hacer ahora?
Mi cuerpo aún seguía temblando. Ahora que lo pienso no tenía la culpa, acababa de pasar por una situación en la que mi vida corría peligro, por si eso no fuera poco, un espíritu me tocó, es una sensación que aún al día de hoy no puedo olvidar. Mi cerebro intentaba procesar todo pero no era posible, ¿Cómo hacerse a la idea de estar metido en una situación en la que hay gente asesinando a chicos de mi edad?
Estaba solo en esa sección de la escuela y estaba seguro que el guardia iba a regresar por mi después de lo que vi y de lo que sucedió, tenía que irme de ahí pero con qué pretexto podría salirme de la escuela. ¿A quién se lo iba a contar si me iba?
Los espíritus de aquellos niños me habían hecho un gran favor al liberarme pero nada me garantizaba que el peligro se había ido, de hecho podía sentir que los problemas seguirían llegando. No estaba muy seguro de si un espíritu te podía matar, quizá eso se merecía el guardia que los había llevado hasta ahí como a mí. No le deseaba otra cosa que morir por sus acciones.
Si no fuera por unos segundos me hubiera convertido en uno de esos espíritus deseosos de venganza. Pero con la mente clara. Ellos me habían defendido, no se preguntaron el por qué, ni si era bueno o malo, solo decidieron ir ahí y ayudarme.
Estaba seguro que todo eso lo había planeado mi amigo, él me recordaba y por alguna extraña razón los demás espíritus le ayudaron a sacarme de ahí. Quisiera pensar que siempre tendría esa fortuna pero si algo me había enseñado la vida era que la suerte no duraba para siempre. En aquellos momentos me había librado de milagro, algo tenía que hacer para salir de ahí.
Lo más sencillo era fugarme e ir a buscar a mi hermana inmediatamente pero le daba muchas vueltas pensando que debía ir a mi salón y contarle todo a los compañeros y así organizar algo para detenerlos. Quizá también llamar a la policía y que ellos entraran al colegio para investigarlo de una vez. Mil ideas pasaban por mi cabeza y ninguna estaba clara. Lo que era un hecho es que no podía seguir ahí parado pensando o dejar que los fantasmas me guiarán otra vez así que tuve que moverme.
Retomé la dirección en mi mente. Por un momento me sentí desorientado y no sabía a dónde ir. Había perdido la brújula como burlarme se le dice. Afortunadamente para mí alma esa situación no duró. Justo enfrente pude ver los baños en dónde había tenido el primer encuentro con el espíritu. Aquel que me envió a la peligrosa situación que acaba de vivir..."¿Lo había hecho a propósito?" Me cuestioné muchas veces. Quizá había espíritus tan enojados que deseaban la muerte a todos los demás y ese ser sabía que yo era una víctima potencial.
Pero también estaba la posibilidad de que ese espíritu me indicara el camino por alguna otra situación. Quizá sea un mensaje que me quería dar o tal vez en ese lugar estaba su cuerpo. Sin importar el motivo no pensaba regresar ahí, al menos no solo.
Con eso en mente comencé a caminar en la misma dirección que había llegado. Esos baños me sirvieron como referencia y crucé por ahí para llegar a mi destino. Al hacerlo iba sumamente aterrado y mirando hacia todos lados. Pensaba que tal vez el guardia me emboscaría, tuviera aliados o algún espíritu se me aparecería.
Por fortuna para mí, el camino fue tranquilo. No hubo nada ni nadie que me impidiera llegar a mi destino. Me sentí aliviado cuando ví que lo logré.
Llegué hasta el salón y ahí vi que todo estaba normal. El maestro de matemáticas estaba dando clase y todos estaban en el salón aunque ninguno ponía atención. Algunos platicaban a escondidas, otros hacían cosas en sus libretas, los más latosos estaban buscando a quien molestar y uno que otro despistado solo quería dormir.
En esos momentos me hubiera gustado seguir asi y que todo lo demás fuera un sueño. Era algo imposible pues por más que tratara no podía borrar la cruel situación.
Yo nunca había sido muy cercano al resto de mis compañeros pero en ese momento me sentía protegido al verlos. Nadie notó que yo estaba ahí ni lo que había pasado desde unas horas antes.
Todos ignoraban el peligro que acechaba a la escuela. Ahí me replante que la directora podría tener aliados en todas partes. Los maestros, las personas que trabajaban en esas oficinas, incluso no descarté que tuviera contactos externos en la misma policía.
En aquellos momentos quería olvidar todo y seguir viviendo en la ignorancia para no enfrentarme a todos ellos, pero no fue posible. Sabía que aunque disimulara yo ya había sido marcado. Las personas que le ayudaban ya habían visto mi rostro. Incluso Flor quien no se veía alegre con lo que pasaba, pero estaba seguro que ella no me ayudaría.
Quería abrir la puerta, entrar y pedir permiso al profesor de estar en su clase. Sentarme y olvidar la triste situación que estaba pasando en la escuela. Verlos me llenaba de nostalgia. Imaginaba que eso le pudo haber pasado a cualquiera y que de seguir así, ese salón se quedaría sin ellos para ser ofrecidos como sacrificio por beneficio de esa estúpida directora.
Por más tentado que estuve a abrir, no lo hice. Opté por retirarme e ir a buscar a mi única aliada en ese momento; Mi hermana.
La única persona que me habría brindado apoyo y conocimiento. Sin importar lo que dijera y la forma en que hiciera las cosas. Ella no se había equivocado en lo que dijo. Algo estaba pasando y teníamos que descifrarlo para ayudar al espíritu de mi amigo.