Nova Reik

Después de caminar por un rato en el zoológico con Stan. Me encontré con Roxy; ella estaba de pie frente a la jaula donde tenían a los de su especie. Por su expresión en el rostro, pude entender que de alguna forma se sentía preocupada por ellos, aún cuando la habían intentado agredir.

Preocupada solté la mano de Stan y me acerqué a ella. Con las manos en los bolsillos, Roxy al notar mi presencia rápidamente volteó a otro lado, intentando ocultar lo que sentía.

—Ahm, oye —comencé con una sonrisa—. No te preocupes por ellos. —la agarré de las manos—. Si nos mantenemos juntos podremos hacerlo, ¿sí? Solo debemos conservar la esperanza

—Jaja, G-Gorila —se rió—. Nadie te ha dicho que no debes tomarle las manos a la princesa y menos a tu capitana, solo mi noble caballero puede hacerlo pero… sí, lo haremos juntos. Es una orden de tu capitana, jaja —respondió—

—¡Sí! Aunque… —miré los alrededores buscando a Kror—. ¿Dónde está Kror?

—Ah… bueno, él… ¡No lo sé! De repente ese plebeyo se fue por ahí y no lo he visto desde entonces —respondió nerviosa mirando a los lados para asegurarse de que Kror no estuviera cerca—

—¿Ah? Pero él estaba contigo, ¿no, su majestad? —añadió Stan, caminando hacia Roxy y mirándola con dureza—

—¡G-Gorila, por favor, no dejes que me haga daño! —gritó Roxy mientras se escondía detrás de mí—

—¿Cómo puedes dejar solo a Kror, y en un lugar como este? —se quejó Stan—

—Jaja —me reí nerviosa mientras apoyaba mi mano en el pecho de Stan para separarlo de Roxy—. Stan no te preocupes; seguramente Kror está bien. No olvides que él no es un niño.

—Tsh, bien —Stan apuntó a Roxy con su dedo—. Pero te estaré vigilando

—¡No dejes que me haga daño! ¡Mamá! —gritó, abrazándome con más fuerza—

—N-No soy tu madre —me quejé—. Pero… —le correspondí el abrazo y le di palmaditas en la cabeza como si fuera su mamá— Tranquila, Stan no te hará daño, ¿sí?

—S-sí, Flor —respondió—.

—Como sea, solo sigamos con el plan; no podemos perder el tiempo —refunfuñó Stan—

Mientras caminábamos por el zoológico vi de reojo cómo unos guardias llevaban a una madre con su hija al otro lado del zoológico, me separé de ellos para seguir a los guardias.

Stan y Roxy, preocupados me siguieron y me acompañaron en el camino. Antes de que cruzaran la puerta que llevaba al otro lado, pudimos escuchar de lejos lo que tanto anhelaba Rho Mar.

—¿Escuchaste que encontraron el cometa de Titán? Al parecer cayó en un planeta de la Vía Láctea

—Sí, el capitán informó a todos esta mañana.

—Hmph, es increíble que lo haya encontrado.

—Me da un poco de pena el capitán: quedarse solo desde bebé sin nadie ni siquiera con su planeta, es normal que se haya obsesionado con ese cometa

—Sí, la verdad es un poco triste, pero supongo que debemos al menos estar ahí para él

—Solo espero y logre usar el cometa para reconstruir lo destruido por los Titanes

“¿Qué? ¿El planeta de ese hombre fue destruido por los Titanes?”, pensé escondida detrás de un contenedor de basura.

—No te preocupes por él, el capitán es fuerte y nunca va a perder, menos cuando el planeta en donde cayó el cometa es el de los terrícolas —puso su mano en el hombro de su compañero—. Así que terminemos el trabajo de mover a estos fenómenos

“¿Qué?, ¿ellos… irán a la Tierra?” Pensé atónita.

Perdimos a los guardias cuando cruzaron al otro lado. Escuchar que ese hombre iría a la Tierra hizo que comenzara a hiperventilar, temblar y sentir unas intensas náuseas que me hicieron correr lejos sin un destino en concreto. Mis compañeros me persiguieron preocupados, mientras me gritaban para que dejara de correr.

Sentía un intenso terror, no por Rho Mar en concreto, sino por la posibilidad de perder todo otra vez, de perder…

¿A mis padres?, ¿A Stan?, ¿Mi mundo?, ¿A mis amigas?.

Corrí por unos cuantos minutos hasta detenerme en una esquina para vomitar.

—N-Nova, ¿estás bien? —al escucharlo, me di la vuelta y retrocedí asustada— Tranquila, soy yo

—S-sí —respondí limpiando el vómito de mis labios— Estoy bien —añadí abrazándome a mí misma—

—Hmph, sin lugar a dudas te pareces a él, papá era igual que tú, siempre diciendo que ’están bien’ para no preocupar a los demás

—Tú… ¿los conociste? —pregunté—

—S-sí, eran increíbles —respondió sentándose en el suelo—. Mamá siempre te tenía en sus brazos; nunca te soltaba ni siquiera para dormir y siempre pendiente de mí, ella… realmente nos amaba

—Y… ¿Y qué hay de papá? —respondí sentándome junto a él—. ¿Cómo era? ¿Él era como dicen las descripciones del museo?

—Papá era alguien que amaba todo tipo de vida en el universo. Siempre peleaba por cuidarla; incluso decía que había que proteger a toda la vida existente por más pequeña que fuera. Eso le causó una pequeña rivalidad con nuestro tío

—Suena como alguien increíble, ojalá hubiera podido conocerlos a los dos

—Hm, sí, me hubiera gustado ver eso. Al menos ahora te tengo a ti y a K-02

—Sabes, mis padres, los de la Tierra, siempre me han dicho que la Tierra es mi hogar. Al principio también me sentía sola y sentía que no pertenecía a la Tierra, pero mis padres lo volvieron mi hogar, y… —le agarré la mano a Nael—. Si necesitas un lugar, mi hogar es tu hogar, ¿sí?

—Jaja, no te preocupes por eso —respondió riendo—. Aunque digo lo mismo, Nova

—¿Huh?, por cierto ¿Cómo fue que terminaste en la ciudadela?

—Es una larga historia pero en resumen terminé ahí gracias a un viejo amigo

—¿Huh? ¿Un viejo amigo? ¿Te refieres al que te sacó de la nave?

—Nova —dijo con un suspiro—. Lo mejor es que regreses a tu planeta, pelear contra ese hombre es peligroso

—P-Puede que sea peligroso, pero no puedo dejarlos. No podría dormir si lo hago. Además mis padres de la Tierra me enseñaron que siempre hay que proteger a la gente indefensa

—Sí, pero poner tu vida en riesgo por gente inocente no va a solucionar nada; es por eso que te pido que regreses a tu planeta

—Si no lo hago yo, ¿quién más lo hará? Esas personas perderán su libertad y ¿quieres que los deje morir? Mi deber es cuidarlas; tú deberías entenderlo

—Sí, lo entiendo pero no quiero que salgas lastimada, Nova. Ese hombre es más peligroso de lo que piensas, ¡Pelear contra él es un suicidio!

—Voy a proteger a esa gente, te guste o no. Es mi deber y si debo morir para salvar a toda esa gente lo haré

—¡No! No voy a dejar que mueras, ni que vayas a pelear con ese hombre. ¡Puedes morir!

—¿Ah?, ¡¿Y tú cómo sabes eso?!

—¡Porque él fue quien me cuidó después de perderlos! ¡Él me crió después de eso! —me agarró de los hombros—. Y sé muy bien de lo que es capaz, Nova

—¿Qué? —respondí atónita—.