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Mafiosa Obsesión

Mafiosa Obsesión

Status: En proceso
Genre:Mafia
Popularitas:4.7k
Nilai: 5
nombre de autor: KeliindA RojanO C.

Rubí huye a Nápoles buscando escapar de Diego Salvatore, un pasado que la asfixia con su enfermiza obsesión. En Italia, creyendo encontrar un respiro, se topa con Donato Valletti, un capo mafioso cuyo poder y magnetismo la atrapan en una red de intrigas y deseos prohibidos.

Donato, acostumbrado a controlar cada aspecto de su mundo, se obsesiona con Rubí, una flor exótica en su jardín de sombras. La seduce con promesas de protección y una vida de lujos, pero la encierra en una jaula dorada donde su voluntad se desvanece.

Diego, consumido por la culpa y la rabia, cruza el Atlántico dispuesto a reclamar lo que cree que le pertenece. Pero Nápoles es territorio Valletti, y para rescatar a Rubí deberá jugar con las reglas de la mafia, traicionando sus propios principios para enfrentarse con el mismísimo diablo.

En un laberinto de lealtades rotas y venganzas sangrientas, Rubí se convierte en el centro de una guerra despiadada entre dos hombres consumidos por la obsesión.

NovelToon tiene autorización de KeliindA RojanO C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 17

POV DIEGO

El silencio en la sala era casi palpable, una pesadez que me oprimía el pecho. Rubí se había ido, dejando tras de sí un vacío que resonaba con la fuerza de un trueno. Volví a reclinar la cabeza en el sofá, cerrando los ojos, tratando de bloquear la imagen de su rostro lleno de furia.

—¿Qué demonios pasó aquí, Diego?—

La voz de Marcos rompió el silencio como un latigazo. No abrí los ojos. Sabía que estaba furioso, y no lo culpaba.

—Lo que tenía que pasar— respondí, con un tono que pretendía ser indiferente.

Marcos se acercó, su sombra se proyectó sobre mí. —Y ¿qué era lo que tenía que pasar, exactamente?—

Finalmente, abrí los ojos y lo miré. Su rostro era una máscara de incredulidad y decepción.

—Tenía que ser claro con ella— dije, con mi voz era áspera. —No podía permitir que se hiciera falsas ilusiones—

Marcos frunció el ceño, sin entender. —¿Falsas ilusiones? ¿De qué estás hablando? Tú mismo me dijiste que la querías para esposa—

Aparté la mirada, sintiendo una punzada de culpa. —Cambié de opinión—

—¿Cambiaste de opinión?— Repitió Marcos, incrédulo. —Así, sin más. ¿Y qué pasó con todo lo que me contaste? ¿Con lo feliz que te hacía? ¿Con que era diferente a todas las demás?—

—Lo sé, lo sé— dije, pasándome una mano por el pelo. —Pero tú sabes cómo son las cosas en nuestro mundo. No puedo permitirme… esto—

—¿Permitirte qué, Diego? ¿Ser feliz? ¿Amar a alguien?— Marcos se burló. —No me jodas. Siempre has sido un tipo duro, pero nunca te había visto actuar como un cobarde—

Sus palabras me golpearon como un puñetazo. —No es cobardía, Marcos. Es… pragmatismo. No puedo mezclar mi vida con… esto— Señalé a mi alrededor, abarcando la mansión, el poder, la mafia.

—¿Y ella qué? ¿No tiene derecho a elegir? ¿A saber la verdad?— Marcos insistió. —La usaste, Diego. La hiciste creer que la querías, y luego la desechaste como si fuera un juguete roto después de que ella te dió lo que querías—

—No la usé— protesté, sintiendo que la rabia comenzaba a hervir en mi interior. —Yo también sentí algo por ella. Pero no puedo dejar que eso me controle. No puedo poner en riesgo todo lo que he construido—

—¿Y qué has construido, Diego? ¿Una jaula de oro? ¿Una vida vacía y solitaria?— Marcos me miró con lástima. —Vas a arrepentirte de esto, lo sabes, ¿verdad? Vas a pasar el resto de tu vida preguntándote qué hubiera pasado si hubieras tenido el valor de seguir a tu corazón—

Me levanté de golpe, enfrentándome a él. —No me vengas con sermones, Marcos. Tú sabes que no tengo otra opción. No puedo permitirme una debilidad. No puedo dejar que el amor me haga vulnerable—

—Eres un idiota, Diego— dijo Marcos, con una mezcla de frustración y decepción. —Un idiota que prefiere vivir en la oscuridad antes que arriesgarse a la luz—

Se dio la vuelta y salió de la sala, dejándome solo con mis demonios. Sus palabras resonaban en mi mente, como un eco persistente. ¿Tenía razón? ¿Estaba cometiendo el mayor error de mi vida?

Tal vez. Pero no podía permitirme dudar. No podía permitirme mirar atrás. Tenía un mundo que controlar, un imperio que mantener. Y el amor… el amor era un lujo que no podía permitirme. O eso me decía a mí mismo, mientras el vacío en mi pecho se hacía cada vez más grande.

POV RUBY

El motor rugía mientras aceleraba por las calles, cada semáforo en rojo es una tortura que me impedía llegar a casa. Las luces de la ciudad se difuminaban a través de mis lágrimas llenas de furia, pero me negaba a dejar que fluyeran libremente. Las lágrimas eran para los débiles, y yo no era débil. Estaba furiosa, dolida, pero no débil.

Finalmente, llegué a casa. Aparqué el auto de cualquier manera y entre corriendo. Al llegar a la puerta de mi apartamento, la abrí de golpe, encontrándome con Camila y Sofía esperándome con los ojos llenos de preocupación.

—¡Rubí!— Exclamaron al unísono, corriendo a abrazarme.

Pero me aparté bruscamente. —No me toquen— dije, y mi voz sonaba ronca y quebrada.

Me miraron sorprendidas, sin entender mi reacción.

—Rubí, ¿qué pasó? ¿Estás bien?— Preguntó Camila, acercándose con cautela.

—¿Bien? ¡Claro que no estoy bien!— Grité, sintiendo que la rabia volvía a apoderarse de mí. —Ese maldito… ese imbécil me mintió. Me usó. Me hizo creer que… que algo era posible—

Sofía se acercó y me tomó de la mano, pero volví a apartarla. —No me toques, Sofi. No quiero que me tengan lástima—

—No te tenemos lástima, Rubí— dijo Sofía con suavidad. —Estamos preocupadas por ti. ¿Qué te hizo ese hombre?—

Respiré hondo, tratando de calmarme. No quería llorar, no quería mostrarles mi vulnerabilidad. Pero las palabras salieron atropelladamente, como un torrente descontrolado.

—Se fue— dije, y mi voz temblaba. —Se fue sin decir nada. Me dejó sola en su maldita mansión, como si fuera un objeto que podía usar y desechar—

—¿Qué?— Exclamó Camila, incrédula. —¿Cómo pudo hacerte eso?—

—Me dijo que lo de anoche… que lo de anoche fue un error— continué, sintiendo que la bilis me subía por la garganta. —Que no significó nada. Que él no está hecho para el amor, ni para las relaciones serias y que yo tenía que entenderlo, pero no puedo. ¿Cómo es eso posible? ¿Cómo puedo entenderlo?—

Las lágrimas amenazaban con brotar, pero las reprimí con todas mis fuerzas. —Me mintió— repetí, con rabia. —Me hizo creer que era diferente, que podía cambiar. Pero es igual que todos los demás. Un cobarde que tiene miedo de sentir algo—

—Ese hijo de…— Sofía apretó los puños, furiosa. _Voy a ir a buscarlo y…—

—No— interrumpí, sacudiendo la cabeza. —No hagan nada. No quiero que se metan en esto. Es mi problema, y yo lo voy a solucionar—

—Pero Rubí…— Camila intentó objetar, pero la interrumpí de nuevo.

—No, Camila. Ya está decidido. Me voy a olvidar de él. Voy a borrarlo de mi vida como si nunca hubiera existido—

Me senté en el sofá, sintiendo que el cansancio me invadía. —Necesito un trago— dije, mi voz sonaba hueca.

Sofía fue a la cocina y regresó con una botella de tequila y tres vasos. Sirvió las copas y me entregó una.

—Salud— dije, levantando el vaso. —Por los hombres que no valen la pena, y por las amigas que siempre están ahí—

Bebí el tequila de un trago, sintiendo el fuego quemarme la garganta. Pero no era suficiente para apagar el dolor que sentía en el corazón.

—¿Qué vas a hacer ahora, Rubí?— Preguntó Camila, con preocupación.

—Voy a seguir adelante— respondí, con determinación. —Voy a demostrarle a ese imbécil que puedo ser feliz sin él. Que soy fuerte, que soy independiente, y que no necesito a ningún hombre para ser completa—

Pero en el fondo, sabía que no era cierto. Una parte de mí siempre recordaría a Diego, la noche que pasamos juntos, y la ilusión de un amor que nunca llegó a ser. Y aunque me doliera, me negaba a dejar que ese dolor me definiera. Iba a levantarme, a sacudirme el polvo, y a seguir adelante. Porque yo era Rubí, y no iba a dejar que ningún hombre me robara mi brillo...

1
Betty Saavedra Alvarado
Diego si no te apuras perderás a Rubí
Blaka Blaka
Se ACABO ?¡¹
Maya
Ahora se pelearán por esa chica esos. 2
María Vargas
Vamos 💪Diego no me decepciones 🥰
Betty Saavedra Alvarado
En donde más duele se cuando atacan a nuestra familia Donato estas desatando una guerra
Betty Saavedra Alvarado
Ahora a luchar por el poder los Salvatore nadie los humilla
Betty Saavedra Alvarado
A luchar a no dejarse vencer Ruby saldrás adelante con tus amigas
Betty Saavedra Alvarado
Se vienen los problemas
Betty Saavedra Alvarado
Rubí a darle una lección a Diego
Betty Saavedra Alvarado
Diego eres un bruto con todas sus letras
Maya
Ojalas no sea pura boca siempre en todas las historias dicen eso y después cuando los ven caen redonditas con ese idiota
bela
Bandido....sinverguenza....Pobre Ruby pero talvez se de cuenta de lo que perdió ODIOTA
Veronica May Correa
Luego no te quejes idiota dejarla sin decir nada
JZulay
candente....!!!!! 🔥🥰😋
Karina Vazquez Gonzalez
que lujuria más placentera de los dos mucho calor 🔥🔥🔥🔥 toda la.noche disfrutando se el uno al otro ...esperemos que todo acabe bien y que diego no la.haga a un lado o la lastime ..porque hasta donde yo se el tiene mucho miedo de enamorase y ser todo para ruby excelente historia nos llevaste ala imaginación de los protagonistas
Betty Saavedra Alvarado
Diego y Ruby disfrutando su noche
Karina Vazquez Gonzalez
ahora si empieza lo bueno qur psara con ellos dos será que realmente se interese el por ella y no juegue con ella ..excelente historia nos llevaste ala imaginación escritora muchas felicidades
Yanitza Aguirre
Comenzó la pasión y deseo de estos dos ☺️ gracias
Betty Saavedra Alvarado
Diego y Ruby son fuego pasión y deseo
JZulay
waooo ....lo vas a matar de la impresión ...😋
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