Mi nombre es Rosalie Montana, fui comprometida con el hombre que creí sería mi gran amor, pero todo ha sido un gran error, después de la muerte de mi padre todo mi mundo se vino a bajo hasta el punto de tener que desaparecer.
ahora tres años más tardes he regresado para reclamar lo que por derecho me pertenece y hacer sufrir al asesino de mi padre.
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CAPITULO 17
AXEL
No sabía que pretendía Andrés con todo lo que estaba haciendo, pero de algo si estaba seguro y era de que Rousse, iba a ser para mí.
Llegamos al hotel, por la cara de Andrés, estaba seguro de que le había molestado que Rousse decidiera quedarse y salir conmigo, como era de esperar, en esta cita iba a prescindir de mi seguridad, no quería que Andrés me volviera a interrumpir, yo anhelaba más que nadie volver a probar esos labios.
Sin contar con que quería descubrir quien era realmente Rousse Lascuráin.
Me encerré en mi habitación al llegar, me estaba imaginando el plan perfecto para hacer que Rousse se enamorara de mi
Pero no contaba con la llamada de mi padre para que me arruinara lo que quedaba de noche.
-si padre, cuál es la emergencia ahora?- le dije sin ánimos.
-me acaba de llamar Nicolás Cervantes, el dueño de Corven.
-si, sé quién es.
-está impresionado por tu nuevo proyecto hijo, me siento orgulloso de ti, Corven ha Sido un sueño difícil de lograr, yo... Yo jamás pude convencer a Corven de una colaboración juntos.- decía mi padre alegre
-bueno padre, ya ves que se logró, y es una muy buena oportunidad de escalar más alto y ubicar a la empresa entre las 3 primeras. Pero ese no es el verdadero motivo de tu llamada.- conocía a mi padre más que nadie, y sus llamadas no solo eran para decirme lo orgulloso que se sentía, había algo más.
-bueno hijo, ya que lo mencionas- si claro como si necesitara mencionarlo para que lo dijeras (pensé) - cuando vas a casarte...
-papá, hemos hablado mucho sobre eso, no estoy listo para dar ese paso, tengo una empresa de la cual me hago cargo.
-lo sé Axel, pero necesito que comprendas que debemos hacer sociedades, vínculos fuertes y el matrimonio es eso...
-te he dicho que no quiero casarme sin estar enamorado de esa persona.
-y acaso podrás conseguir alguien digna?- dijo papá enfurecido.
Camine hasta la puerta de la habitación contigua, la entreabri y mire a la hermosa joven que estaba tumbada boca abajo, en un profundo sueño, se veía, relajada, sin preocupaciones, se veía realmente preciosa. quería ir hasta ahí, besar sus hombros, acariciar su piel...
-Axel no me ignores- me grito papá del otro lado del celular, llamando de nuevo mi atención.
-puede que ya la haya encontrado.
-Axel Villasmil, escúchame bien, no voy a permitir que te cases con una de esas conquistas tuyas, tiene que ser alguien que este aprobado por mí, si no te olvidas del dinero y de la empresa.- antes de poder decir algo más, corto la llamada.
Sabía las intenciones que tenía mi padre, nuestra empresa había pasado por muchas decadencias para lograr a ser lo que ahora era, casar a su hijo empresario con una gran empresa, haría un vínculo más fuerte y una fusión imparable, en el mundo empresarial, ya una vez estuve de acuerdo con hacerlo, pero yo amaba a esa mujer, aunque ella no supiera de mi existencia, pero el destino habia decidido alejarnos, y ahora papá se empeñaba de nuevo a casarme por negocios.
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Rousse
Me levanté temprano, directo a la ducha, si hoy es el último día aquí, junto a Axel quería que comenzará desde temprano, quizás al llegar a la oficina todo sería igual que siempre, yo su simple asistente y el, mi jefe insufrible.
Salí de la ducha, seque mi cabello y me ate una toalla en la parte superior de mi pecho, me mire un par de veces en el espejo, me veía tan distinta, no solo por las operaciones, sino también por la persona que era ahora.
-si yo fuera tú, también admiraría mi belleza.- dijo Axel, que se encontraba recostado en el marco de la puerta del baño, con sus brazos cruzados y una sonrisa de diversión en la cara, al ver que casi muero de un infarto.
-¿Qué demonios haces ahí?- grité despavorida.
-estaba viendo lo narcisista que eres.
-yo no soy narcisista, es solo que estaba... Estaba mirando como había amanecido, ¿acaso uno no se puede ver en un espejo sin que venga tu jefe a criticarte?
-yo no he dicho que no puedas, y aclarando ese asunto, hoy no soy tu jefe.- dijo con su hermosa sonrisa ladeada.
-ah no?- lo miré arqueando una ceja.
-pues no... - dijo mientras se acercaba a mí y colocaba sus manos en mis hombros. Su tacto era cálido, suave y firme a la vez.
Mi cuerpo temblaba, y mis labios anhelantes estaban de probar sus besos, él se acercó mucho más a mí, reduciendo la distancia que nos separaba, podía sentir su aliento a café, su mano derecha acariciaba mi mejilla.
-aaay por Dios Axel bésame de una vez- grité por dentro.
Y como si leyera mis pensamientos, sus labios se unieron con los míos, en un fino roce, su boca y la mía eran como unos imanes, ellas tenían una atracción innegable, era como si hubiesen Sido creadas para estar unidas. Su lengua comenzó a danzar en mi boca, era una danza sincronizada a la perfección, las ganas nos invadían, el beso comenzó con delicadeza, pero ahora era una explosión de deseo y pasión, él sostenía mi cuello con una de sus manos, yo intenté hacer lo mismo, así que estire ambas manos para cruzarla detrás de su cuello, pero se me olvidó que estaba en toalla y esta se resbaló, cayendo al piso y dejándome totalmente desnuda enfrente de Axel.
Intenté recogerla y colocármela, lo más pronto posible, pero Axel ya había mirado mi cuerpo desnudo, su cara estaba roja, pero su mirada guardaba lujuria y deseo, trate de mantener la calma, por más que mi cuerpo deseara ser devorado por ese hombre, tenía que controlarme y darme mi lugar.
-Axel por favor, puedes permitir que me vista?- le pregunté con algo de vergüenza.
-si claro- respondió, pero me seguía mirando, como mira un lobo a su presa antes de comersela.
-entonces porque no sales y me esperas afuera hasta que me coloque algo de ropa, para bajar a comer.
-pero para qué vamos a bajar, si aquí está todo lo que deseo y quiero comerme- sus palabras eran juguetonas, pero hacían que me pusiera más nerviosa de lo que ya estaba.
-Axel por favor!- le pedí, pero él ya estaba a escasos centímetros de mí, intenté alejarme, pero mi trasero choco con la mesa del tocador.
Él se apresuró y acercó su boca a la mía, con un movimiento tan sutil, mordió mi labio inferior, haciendo que se me escapara un gemido.
Cerré mis ojos y esperé que continuará besándome, el baño no era el lugar en que deseaba perder mi virginidad, pero eso era lo de menos en este momento, yo estaba tan húmeda, anhelante de mi Dios griego, pero cuando abrí mis ojos Axel ya no estaba en ningún lugar.
Me sentí decepcionada y casi reventaba a llorar cuando lo escuché hablar del otro lado.
-tiene 15 minutos para vestirse señorita Lascuráin, si no lo hace entraré ahí y la vestiré yo mismo.
-eso suena muy tentador señor Villasmil- lo reté - creo que mejor me quedaré desnuda en espera de usted.
-no tientes la suerte Rousse, si llego a ir al baño, haré todo menos vestirte. - dijo haciendo que mi corazón casi se saliera de mi pecho.