El Retrovisor De Mi Vida

La mesa del comedor estaba cubierta de papeles, revistas de boda y muestras de telas. Nos sumergimos de lleno en la planeación de la boda, está seria dentro de dos meses no queríamos esperar más, pero el quería brindarme una boda del sueño.

Beige sostuvo su bolígrafo y estaba concentrada en los invitados, cuando se dio cuenta de que no le habían comentado a sus padres todavía, realizaron una videollamada con los cuatro, ellos conocían la relación, pero no sabían que se había comprometido.

Cuando ellos aparecieron en la pantalla, los saludaron y les contaron la noticia, sus madres se pusieron a llorar. Quedaron de viajar para ayudar con la organización, todos estábamos muy felices.

Después continuaron organizando la lista de invitados, dónde Beige quería una boda sencilla, con pocas personas solo la familia y los amigos más cercanos. En cambio, Marco quería darle una boda grande, invitando a todo aquel que conociera. Entonces rápidamente la conversación se convirtió en un debate.

También estaba en juego el presupuesto él quería pagar todo y yo quería ayudar, iban a empezar una relación donde entre los dos debían afrontar todo, no solo una parte debe cargar todo. Fue difícil, pero creo que llegamos a un consenso. Se demuestra que somos abogados, nuestro pequeño se ríe seguido, de nuestros pequeños debates por todo, pero que terminan dándonos la razón, con un arreglo y un beso.

Frente al lugar donde se va a realizar, resultó más sencillo los dos queríamos que fuera en una zona campestre, Beige ya tenía claro donde se iba a celebrar, en un jardín botánico, dónde ya había consultado el valor del alquiler y cotizado todo.

Y marco tenía la misma información de un viñedo afuera de la ciudad, los termino por convencer el viñedo, ya que se prestaba más a lo que esperabamos para este día tan especial.

Frente a los demás temas de comida y música y todo lo que conlleva un matrimonio no hubo discrepancia, solo había que cotizar y saber quién nos ayudaba con eso, teníamos gustos muy parecidos.

La próxima semana llegaban mis padres y suegros y estaba muy emocionada, hace mucho no estaba con mis papás y a los papás de Marco solo los conocía por videollamada.

Después de todo esto, por fin llegó el día.

Fue mi día soñado, me encantó todo, mi pequeño y mi ahora esposó estaban hermosos.

Nosotros decidimos que nuestra luna de miel, sería un viaje en familia, Francisco no molestaba para nada. Aunque la noche de boda, él se va a quedar con sus abuelos. Quienes salían mañana también, para sus casas, estaban felices.

Fueron unas vacaciones divinas, conocimos, comimos, de todo. Yo empecé a notar que nosotros tres eramos un equipo. Cuando volvimos a la ciudad Marco, nos tenía una sorpresa había comprado una casa cerca a la oficina y al jardín de Francisco.

Me encantó mi casa soñada, lo que no esperaba es que ya estuviera todas nuestras cosas instaladas, al ver mi cara de sorpresa Marco me indico que Laura y Jorge lo habían ayudado con todo y que también había otra sorpresa cuando salí al patio me encontré con un cachorro de pastor alemán era hermoso, Francisco corrió dónde él y gritaba tengo un perrito. Lo alcé y le pregunté al pequeño como se iba a llamar y él dijo "shercan" el rey de la selva, cómo la película.

Este es el nuevo inicio de nuestra familia de cuatro, ya está preparada para volver al trabajo y a la rutina.