Viviana Smith, ha estado enamorada de Tomás Jhonson desde su primer año en la universidad, fue para ella amor a primera vista, lastimosamente el solo tiene ojos para su novia Kendall, vivían se ha resignado, está segura que nunca va a tener una oportunidad con él, pero debido a una trampa puesta por Jeimy su mejor amiga y hermana de Tomás, ellos terminan casados, durante varios meses Vivían sufre por los desplantes y desprecios de Tomás, pero un día, después de un fatal accidente, ella decide olvidarse de él marcharse lejos, pero jura vengarse de las personas que le hicieron daño y acabaron con lo más preciado para ella.
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Capítulo 16
No hay vuelta atrás.
Vivian
Continuo con mi camino, decidida a hacer esto.
— Vivian, entiendo que estés desanimada por lo que las cosas no han resultado como esperábamos, pero, creo que estás tomado una decisión muy apresurada. — dice y la escucho que camina apresurada hacia mí, sin embargo decido quedarme callada, ninguna de las dos va a quitar el dedo del renglón. — Vivian, escúchame, detente, por favor, escúchame.
Miro a Tomás esperandome y frunzo el entrecejo al verlo acompañado de Kendall. Al verme ella sonríe con semblante de triunfo.
¡Genial! ¿ Qué necesidad había de traerla?
— Ves, la muy zorra vino a burlarse de tí. ! Cómo la odio! — ignoro a mi amiga y me acerco más a ellos. — Vivían, escúchame detente. — Jeimy me toma por el hombro y me parienta, eso me enoja, doy media vuelta de manera brusca.
—¡ Ya basta de .. !— mis palabras se detienen cuando comienzo a ver puntos negros y mi vista se pone borrosa. —¡Oh Dios! — Exclamó asustada.
— Vivian, ¿Qué tienes? Te has puesto pálida?
— No... No me siento muy bien, yo.. creo que voy a.
— ¿Qué está pasando aquí? ¿Tú qué haces aquí Jeimy? — escucho la voz de Tomás.
Mis piernas pierden su estabilidad y mis rodillas se doblan, no caigo al piso gracias a que Tomas que ha llegado junto nosotras me sostiene.
— ¿ Qué pasa? ¿Esto es una treta? — pregunta.
— ¡No seas estúpido, no vez que está palida.
— Es otro de su trucos. — habla Kendall.
— N.. no.. no me siento... — la oscuridad se apodera de mi antes de poder terminar la frase.
Abro mis ojos y frunzo el entrecejo, siento la boca seca. Estoy acostada, me incorporo y siento como todo da vuelta, llevo la mano a mi cabeza.
— No sé mueva muy brusco señora. — Habla alguien y miro a mi derecha, frunzo mi entrecejo confundida, es una enfermera, ¿Estoy en un hospital?
— ¿Estoy en el hospital? — indago, la mujer asiente.
— Si, llegó aquí hace quince minutos. — me explica. — Su cuñada y esposo la trajeron, se desmayo y no recuperaba la consciencia.
— Ya veo. — musito en voz baja.
— En unos minutos vendrá el doctor con los resultados de sus analices. — me informa. — Manténgase tranquila.
— Me duele mucho la cabeza, ¿Podrías darme algo para eso?
— No, pero cuando el médico llegue puede pedírselo y entonces con gusto se lo daré.
— entiendo, gracias.
La enfermera sale de la habitación y automáticamente Tomas y Jeimy entran al lugar, él con semblante enojado y ella preocupada.
— ¿Qué mierda es todo esto? — me pregunta, yo lo miro confundida.
— ¿ De que hablas?
— ¿De que hablo? No te hagas la tonta. — dice mientras se acerca a mí. — Todo este teatro de desmayarte.
— No sé de qué hablas, no estoy haciendo ningún teatro, me sentí mal y perdí el conocimiento. — respondo mirándolo también molestas. — No es de tu incumbencia pero me he sentido mal últimamente, solo que es la primera vez que me pasa esto.
— Tomás, deja en paz a Vivian, deja de estar diciendo idioteces, acusándola de inventar esto, ya madura. — lo regaña Jeimy. — ¿ Tu por qué no me habías dicho que estaba sintiendote enferma?
— No sé, se me pasó, además es desde hace poco.
— Bueno, Dios quiera que no sea nada grave. — comenta.
— La enfermera dijo que en pocos minutos el médico vendrá a darme los resultados de los exámenes que me hicieron.
— Bien. — Dice Jeimy, Tomás se mantiene callado, pero su semblante molesto sigue igual.
Varias minutos después el médico entra al lugar con unas hojas en las manos.
— Buenas tardes, soy el doctor Rubios, ya tengo los resultados de los exámenes. — El hombre mira una hoja y sonríe. — Felicitaciones, está usted embarazada, tiene aproximadamente diez semanas de embarazo.
¡No, no, no y definitivamente no!
— O.. pero... Pero yo.. — musito sin poder hablar, trago en seco y miro a Tomás su rostro se ha desfigurado de irá, Jeimy tiene los ojos abiertos. — Yo no puedo estar embarazada, mi... Mi periodo ha bajado normal.
— Es algo muy común, la remitiré a ginecobstetricia para que le hagan su seguimiento. — dice el hombre y sale de la habitación.
— ¡Oh por Dios Vivian esto es maravilloso! — Exclama Jeimy llegando a mi lado.
No, esto es maravilloso, esto es un desastre.
— Sabía que todo esto era un teatro. — dice Tomás acercándose a mi. — jamás quisiste el divorcio, todo esto fue una burla, querías hacerme creer que me ibas a dar el divorcio y a lo último ibas a hacer todo este teatro. — muevo la cabeza de un lado a otro negando aquello.
— No, eso no es cierto.
— ¡Ya deja de mentir — gruta y me toma por los hombros y comienza a sacudirme — ¡Eres una maldita desquiciada que lo único que quiere es acabar con mi vida, ¿ Qué es lo que quieres de mi?
— ¡Tomás te has vuelto loco suéltala — Jeimy intenta liberarme del agarre de Tomás pero esto se le hace difícil.
Unos enfermeros entran a la habitación y toman a Tomás uno por cada brazo, y lo alejan de mi, o
lo miro entre lágrimas de irá.
— !Yo quería hacerlo, quiero divorciarme de ti! — grito cansada de todo esto. — ¿ Por qué siempre tienes que pensar lo peor de mi? — pregunto molesta. — ¿Crees que yo quiero esto? No, lo último que quiero es traer al mundo a un niño en estás circunstancias.
— Vivian, ¿Qué dices? — me pregunta Jeimy en voz baja.
— No te preocupes Tomas, los planes no van a cambiar, voy a divorciarme de ti. Si quieres puedes traer al abogado ahora mismo. — digo, él me mira con odio en sus ojos.
— Sueltenme — le exige a los enfermeros, estos se miran entre si. — No haré nada, solo me iré. — los hombres le creen y lo sueltan. — Mañana llevaré el abogado a la casa, espero que tus palabras sean ciertas. — dice y sale de la habitación.
— Quiero que el doctor me de el alta. — le pido a los hombres, uno asiente y ambos salen de la habitación.
— Vivian, no puedes divorciarte de Tomás ahora.
— ¿ Por qué no?
— Estás esperando un hijo de él, ¿ Por qué es de él, verdad? — la miro molesta e indignada.
— Increíble que siendo mi mejor y única amiga me preguntes eso.
— Lo siento, pero te veo tan decidida a divorciarte que..... Yo ... Solo... Disculpa fue una pregunta y pensamientos estúpido. — asiento. — Pero no puedes divorciarte de Tomás ¿Acaso estás pensando en abortar? indaga y guardo silencio por varios segundos
— No. jamás haría algo así. - respondo.
A pesar de que esta noticia me cayó como balde de agua fría, de que no imaginaba que esto podía pasarme ahora y que es el peor momento.
En mi vientre está mi hijo, sangre de mi sangre. Lo amaré y lo protegeré de todo, y eso incluye a su padre. Sé que lo mejor para mí y mi hijo, es que nos alejemos. la de Tomás.
— ¿ Y piensas tenerlo sola?
— Si, Jeimy, no necesito de tu hermano para criar a mi hijo, como ves a él no le importa, además, si mi madre pudo sacarme adelante a mi, yo también lo podré hacer, ahora por favor, si vas a seguir insistiendo con lo mismo te ruego que me dejes sola, si no, puedes quedarte. — digo y me acuesto en la cama, ella se mantiene en silencio por varios segundos, luego sale de la habitación.
bendiciones