No siempre lo que crees que fue verdad lo era
No siempre la mujer que creíste amar te amaría
No siempre lo que tú creíste que eran leales a ti lo fueron
regrese a mi primer vida después de experimentar otra vida en otro mundo
Quieres conocer más de mi historia la del principe heredero Alexander D Angello del imperio Zafiro quédate y te contaré mi dolor y vivencias y por lo que en está vida lucharé por ser mejor y proteger a mi familia de la traición de los que nos rodean.....
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el despertar de la princesa Alina
En otro lugar
Unas sirvientas en una habitación en muy mal estado se encontraban golpeando con una vara a una bebé de 2 años. La niña lloraba porque no quería comer lo que le estaban dando.
– ¡Come, maldita niña! Qué fastidio tener que cuidarte; más bien, deberías morirte.
– ¿Cómo se te ocurre, Kina? Si esta bebé muere, se acaban nuestros ingresos, así que debemos mantenerla con vida. -
- ¡Qué fastidio tener que cuidar a esta mocosa!
¿Trajiste algún medicamento para ver si se calla la boca? Porque ya estoy cansada de escuchar sus quejas. -
- No, dale cualquier cosa, no eres capaz ni de eso. Todo tengo que hacerlo yo. Además, estoy de muy mal humor. Esta niña no nos sirve de nada. Acepté ser una de sus doncellas para ver si podía estar cerca del emperador, pero es una princesa olvidada, ya que ni al emperador le interesa saber de su hija. Mira nada más esta pocilga donde nos mandaron, todo por esta estúpida princesita. -
- Sí, tienes razón. Todo por esta inmundicia de niña me sacaron del castillo y nos mandaron a este pabellón solo porque ella lloraba y su llanto mortificaba a la antigua emperatriz. Nos tocó servir a esta mocosa, pero por lo menos nos hemos beneficiado de la mensualidad de ella. Por cierto, ¿ya fuiste a reclamarla con el contador? Quiero comprarme un vestido que vi para lucirlo con un joven galán que conocí hace unos días en la ciudad imperial. -
- Claro que ya fui, pero no está en su oficina. Más tarde iré. Yo también quiero comprarme unos aretes nuevos, pero no podemos excedernos, ya que últimamente el emperador ha pedido ver a la princesa más seguido, y no siempre podemos llevarla con el mismo vestido. Hasta el momento no se han dado cuenta. -
" No te preocupes, ahí tiene vestidos que ya no le quedan; de esos podemos mandarle a hacer cualquier trapo. Tengo una amiga que es buena cosiendo, y ella puede arreglarlos. Además, no se van a dar cuenta. Para lo que les importa el emperador, él solo la sienta a su lado. Su hermano ni siquiera le hace mucho caso. Mira, ya lleva tres días con fiebre y no notaron que la bebé estaba enferma. Solamente la mandan a buscar una vez a la semana, solo para ignorarla."
- ¡Qué fastidio tener que escucharla! Cállala, ya me tiene con dolor de cabeza. -
" No escuchaste, princesita, que te calles la boca"
Aquella sirvienta, llena de odio hacia la pequeña Alina, le daba aquella sopa en mal estado a la niña, que no podía tragarla. De lo mal que se sentía, le pegaba con una vara en los brazos. Al ver que la princesa no le hacía caso, comenzó a gritarle fuertemente para callarla.
- ¡Ash! Definitivamente, esa mocosa no se va a callar hoy, ¡maldita sea! -
Mientras las dos sirvientas discutían, un joven de 5 años se dirigía a ver a su amada hermana, sin saber que esa niña estaba siendo maltratada por las personas que supuestamente deberían velar por su bienestar...
Aquel joven príncipe caminaba por los pasillos para llegar a sus aposentos lo más rápido posible, acompañado por su sombra, el capitán Salvatierra, quien ignoraba a todo aquel que se le atravesaba, ya que quería compartir un rato con su hermana, con aquella bebé, su tesoro, a quien juró proteger en esta vida.
¡Mi príncipe, ¿por qué tan apurado?! —le dice su nana.
Este reduce su paso, pero no se detiene.
—Voy hacia mis aposentos a cambiarme porque voy a almorzar con mi padre y hermana.
Así, al llegar a sus aposentos, aquel joven ingresó rápidamente, se cambió de ropa y salió disparado sin escuchar a nadie, algo le decía que tenía que llegar con su hermana lo más pronto posible. No sabía cómo explicarlo, pero era un desespero que ni él mismo entendía. Aún siendo un niño, presentía que su hermana lo necesitaba y se maldecía internamente porque su padre había mandado a su hermana tan lejos, al pabellón Sur. Pero, bueno, sabía que ella estaba bien, o eso quería pensar él...
Después de una caminata de 10 minutos, por fin llega al lugar donde vive su hermana. Sin embargo, queda impactado por lo que ve: los jardines están muertos, no hay sirvientes y, mucho menos, guardias. Todo está sucio; no parece un lugar digno de la princesa del Imperio Zafiro.
Es imposible. Su padre ha estado enviando el presupuesto para que mi hermana esté bien, porque esto está así, donde están los guardias y sirvientes, "piensa."
Sigue por el camino hasta llegar a los aposentos de su hermana. Escucha murmullos y se acerca a la puerta al darse cuenta de que su hermana está llorando, pero queda en estado de shock y no puede moverse, ya que escucha lo que dicen esas dos sirvientas o doncellas de su hermana. El príncipe, que había llegado a la puerta, quedó tieso como una estatua; no sabía que su hermana estaba sufriendo a causa de esas arpías. El capitán por fin llega, ya que el príncipe salió corriendo y no pudo alcanzarlo. Este lo llama.
¿Su alteza se encuentra bien?
Al sacarlo de su estado, no le presta atención al capitán ingresa en la habitación abriendo la puerta tan estruendosamente que las dos mujeres que estaban adentro se asustan al verlo...
- Su Alteza, el Príncipe Heredero, sea bienvenido. Sin embargo, ¿por qué no nos avisó de su visita? La princesa no se siente muy bien, Alteza. Estábamos administrando su medicina, - dice una de ellas, con el miedo a flor de piel, ya que la mirada del príncipe le produce un escalofrío por todo el cuerpo. Es espantoso, y su aura es aterradora...
- ¡Malditas! ¿Cómo se atrevieron a insultar a mi hermana, mi tesoro? - les grita el príncipe, asustando a las más débiles, a pesar de que es un niño, resulta intimidante.
Llega donde está su hermana sentada, la toma en brazos, se da cuenta de que tiene fiebre. Mira a esas dos mujeres con odio y le ordena al capitán:
- Encierren a estas mujeres en las mazmorras e informen a mi padre que mi hermana está enferma. Manden a alguien por el médico imperial; lo esperaré en mis aposentos. Voy a sacar a mi hermana de este lugar, no es apto para la princesa del imperio Zafiro. -
El capitán escucha la orden del príncipe, sale a buscar a los guardias que supuestamente deberían estar velando por la seguridad de la princesa, pero no encuentra a nadie. Así que se dirige a unos que pasaban muy cerca del pabellón, les dice que lo acompañen hasta donde se encontraban aquellas mujeres y ordena que las encierren en las mazmorras. Luego se acerca al príncipe y le dice:
- Su Alteza, déjeme llevar a la princesa, será más rápido. -
- Está bien, capitán. Vamos rápido, mi hermana necesita que la vea el médico, tiene fiebre. -
Aquel hombre y el niño se dirigen con una bebé enferma hacia el castillo, temiendo por la salud de la princesa, que no sea grave, pues ella se ha desmayado...
Al llegar a los aposentos del príncipe, el capitán coloca a la bebé en la cama. El príncipe le pide al capitán que busque una sirvienta para que traiga agua fría y paños, con el fin de comenzar a bajarle la fiebre a su hermanita. Este solo asiente con la cabeza y sale de la habitación.
Al rato, entra una sirvienta con lo que había pedido el príncipe, y este comienza a colocar los paños sobre su hermana.
- Su Alteza, tenemos que cambiarle la ropa a la princesa, la que lleva puesta está muy sucia y eso no ayudará en nada, le dice la sirvienta. Él asiente con la cabeza y la observa salir de sus aposentos. -
" Príncipe, ya mandé a informarle al emperador con un guardia del castillo, así que solamente tenemos que esperar a que llegue el médico y el emperador, " le informa el capitán.
Al terminar de hablar, el capitán ingresa el emperador muy asustado, le dijeron que su hija estaba enferma y que el príncipe la llevaba a los aposentos de este.
- ¿Qué ha pasado, hijo? ¿Por qué está tu hermana enferma si esta mañana estaba bien? -
El príncipe lo mira con gran tristeza y comienza a relatarle lo que escuchó de las doncellas de su hermana y cómo estas la maltrataban.
- ¿Cómo se atreven, lord Daniel? -grita un emperador furioso.
Él ingresa con precaución; conoce a ese hombre y sabe que es un demonio cuando está furioso, especialmente cuando escuchó que gritó su nombre.
- Investiga qué ha pasado en el pabellón de mi hija y por qué sus doncellas se atrevieron a tocarla, y el por qué no había guardias ni sirvientes. Quiero que sea ahora. -
Este solo obedece y sale de aquellos aposentos con el rostro más pálido que un papel. Sabe que esta vez habrá varios muertos, y todo por haber osado tocar a la hija de su señor...
En el mismo instante en que sale de los aposentos del príncipe, llega el médico imperial. Este solo abre paso para que ingrese; por el momento, prefiere estar investigando lo que le pidió su señor a que este descargue su ira con él.
El médico ingresa, hace una reverencia y se disponía a saludar cuando es interrumpido por el emperador.
- No hay tiempo para eso; pasa, examina a mi hija rápidamente. - Lo hace, sin rechistar conoce a su señor y sabe que está de muy mal humor, y así es capaz de matarlo si no se apresura.
- Déme permiso, príncipe, para poder examinar a la princesa. -
El príncipe se para y deja que el médico trate a su hermana. Ve cómo le administra una inyección y limpia algunas heridas que tiene en los brazos, las piernas y la espalda. Es una escena que provoca dolor; aquella bebé está muy golpeada. Después de media hora, con la ayuda de una sirvienta, se acerca a su alteza.
- Mi señor, quisiera hablar con usted - dice el médico, mirando a su alrededor. Ve a la sirvienta, que entiende, y pide que salgan y los dejen solos; sin embargo, el príncipe se niega rotundamente. El emperador solo suspira y accede a que escuche lo que le dirá el médico. Al salir todos y cerrar la puerta, el emperador coloca un hechizo para que nadie escuche lo que el médico les informará.
- Mi señor, lo que tengo que informarle no sé cómo lo tomará. Solo sé qué pasa cuando cumplen 7 años, y eso aplica cuando son magos puros. Sin embargo, en el caso de la princesa es algo que no había visto antes. Mi señor, la princesa está teniendo su despertar. Como usted sabe, solamente los magos puros pueden experimentar un despertar. -
"¿Me estás diciendo que mi hija está teniendo un despertar antes de tiempo? Eso es lo que me quieres decir, médico."
- Sí, señor. Por eso le pido que envíe a alguien al templo de manera urgente, ya que la princesa necesita la ayuda del gran sabio para poder controlar su poder. Al ser tan pequeña, podría morir por no saber manejarlo. -
El médico tiembla de pies a cabeza; su emperador lo mira como si quisiera matarlo. Él solo sale de la habitación como alma que lleva el diablo, sin decir nada, dejando a un médico con los nervios a flor de piel y a un príncipe sin saber qué hacer porque su padre salió de esa manera...