"El Misterio del Bosque Encantado" es una emocionante novela de aventuras que sigue a Lucas, un joven aventurero que, desafiando las advertencias de su pueblo, explora un bosque misterioso lleno de secretos. Tras encontrar una puerta oculta y enfrentarse a una criatura mítica, Lucas descubre que su destino está ligado a una espada ancestral y a un portal que lo transporta a un mundo desconocido. Allí, es recibido por un grupo de guerreros que lo guiarán en una nueva misión, mucho más peligrosa de lo que jamás imaginó. Esta es la historia de un viaje lleno de valor, misterio y descubrimientos.
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El Nuevo Amanecer
El cielo sobre Azaroth había cambiado. Lo que antes era un manto gris y oscuro, opresivo como una noche sin fin, ahora empezaba a teñirse de tonos rosados y anaranjados. El amanecer se aproximaba, no solo en el cielo, sino en todo el continente. Lucas, Mara y Torak se encontraban en la cima de una colina, observando cómo las primeras luces del día comenzaban a desplazar las sombras que durante tanto tiempo habían dominado la región.
Habían escapado de la fortaleza justo a tiempo. A sus espaldas, las ruinas de Azaroth se desmoronaban lentamente, consumidas por el poder del equilibrio que Lucas había restaurado. Las torres ennegrecidas se derrumbaban como si nunca hubieran existido, y el suelo, que una vez se había sentido vivo y retorcido, ahora era solo piedra y tierra estéril.
Lucas, agotado pero satisfecho, observaba el horizonte con una mezcla de asombro y alivio. A pesar de la batalla que acababan de librar, la paz que sentía dentro de sí era innegable. La llave, ahora parte de él, brillaba suavemente en su pecho, como si también descansara después de la ardua tarea de restaurar el equilibrio.
—Lo logramos —dijo en voz baja, sin apartar la vista del amanecer.
Mara, a su lado, dejó escapar un suspiro de alivio. Sus manos todavía temblaban un poco por el esfuerzo de la batalla, pero una sonrisa suave cruzaba su rostro.
—No fue fácil, pero sí —respondió—. El equilibrio está restaurado. El mundo tiene una nueva oportunidad.
Torak, siempre el más práctico, se limitó a asentir, cruzando los brazos sobre su pecho mientras observaba las ruinas de Azaroth.
—Fue una buena pelea —gruñó con satisfacción—. Aunque aún queda trabajo por hacer. Las sombras no desaparecerán de la noche a la mañana.
Lucas asintió. Sabía que Torak tenía razón. Aunque habían derrotado al guardián de la oscuridad y destruido el corazón maligno, la restauración completa del equilibrio no ocurriría de inmediato. La oscuridad aún existiría, al igual que la luz. El ciclo natural de la vida continuaría, pero ahora había esperanza.
—Aún así, hemos cambiado el curso de las cosas —dijo Lucas—. El poder de la oscuridad ya no es absoluto. Ahora, ambos lados tendrán la oportunidad de coexistir, como siempre debieron hacerlo.
Mara lo miró con una mezcla de admiración y afecto.
—Tú hiciste lo que muchos creían imposible, Lucas. No solo portaste la llave, sino que entendiste su verdadero propósito. No era solo una herramienta de destrucción, sino de balance.
Lucas sonrió débilmente. Sabía que el viaje no había sido solo sobre el poder de la llave o la lucha contra la oscuridad externa. Había sido un viaje hacia su interior, hacia comprender el delicado equilibrio entre luz y oscuridad que también existía dentro de él. La lección más difícil había sido aceptar que no podía derrotar a la oscuridad, sino aprender a vivir con ella.
—Creo que todos hemos aprendido algo en este viaje —respondió, mirando a sus compañeros—. Ninguno de nosotros salió de esto siendo el mismo que cuando comenzamos.
Torak rió entre dientes.
—Eso es seguro. He visto cosas en esta aventura que jamás hubiera imaginado, y he luchado contra enemigos que superaban todo lo que creí posible. Pero, al final, valió la pena.
Mara lo observó y luego volvió la vista al horizonte. El amanecer ya estaba en pleno apogeo, y los rayos del sol comenzaron a bañar la tierra con una luz dorada, cálida y reconfortante.
—Ahora que todo ha terminado, ¿qué sigue? —preguntó ella, su voz llena de curiosidad y esperanza.
Lucas tomó una profunda bocanada de aire, sintiendo el viento fresco en su rostro. Era una pregunta que no había considerado hasta ahora. Toda su vida reciente había girado en torno a la misión de restaurar el equilibrio. Sin embargo, con esa tarea cumplida, el futuro se abría ante él como un vasto e inexplorado horizonte.
—Supongo que tendremos que descubrirlo —dijo finalmente—. El mundo ha cambiado, y con él, nosotros también. Pero una cosa es segura: no estamos solos en esto. La restauración del equilibrio es solo el comienzo. Hay mucho más que hacer para reconstruir lo que la oscuridad ha destruido.
Mara sonrió, asintiendo de acuerdo.
—Quizás es hora de ayudar a otros a entender lo que significa el verdadero equilibrio —dijo—. Guiarlos para que no repitan los errores del pasado.
—Eso suena como una buena idea —agregó Torak—. Y no me importaría tener un poco de descanso antes de la próxima batalla.
Lucas rió suavemente. A pesar de las palabras de Torak, sabía que el guerrero siempre estaría listo para la próxima pelea, fuese contra las sombras o cualquier otra amenaza que el futuro pudiera traer.
El silencio se asentó entre ellos mientras contemplaban el nuevo día que se desplegaba ante sus ojos. Los árboles en la distancia parecían más verdes, y el río que serpenteaba por el valle reflejaba el resplandor dorado del sol naciente. Era un mundo renovado, lleno de posibilidades, y cada uno de ellos sentía que tenía un papel que desempeñar en él.
Después de unos minutos, Mara se volvió hacia Lucas.
—¿Y la llave? —preguntó—. ¿Qué harás con ella ahora?
Lucas miró la pequeña joya luminosa que colgaba de su cuello. Aunque había cumplido su propósito, aún sentía su energía dentro de él, como si la llave siguiera siendo parte de algo más grande.
—La llave ya no es solo un objeto —respondió, tocándola suavemente—. Es parte de mí ahora. Parte de todos nosotros, de alguna manera. Pero su tiempo de ser utilizada como arma ha terminado. Ahora será un recordatorio de que el poder, sea de la luz o de la oscuridad, debe ser utilizado con sabiduría.
Mara asintió, satisfecha con la respuesta.
—Entonces, ¿qué nos espera ahora? —preguntó Torak, mirando a sus compañeros—. ¿Volvemos a casa?
Lucas sonrió. "Hogar" era una palabra que ahora tenía un significado más profundo. Después de todo lo que habían pasado, cualquier lugar donde estuvieran juntos podía considerarse un hogar.
—Sí —dijo finalmente—. Es hora de volver a casa. Pero nuestro viaje aún no ha terminado. Esto es solo el comienzo de algo nuevo.
Con esas palabras, el grupo comenzó a descender la colina, dejando atrás las ruinas de Azaroth y avanzando hacia el nuevo amanecer que se desplegaba ante ellos. Sabían que, aunque las sombras seguirían existiendo, el equilibrio que habían restaurado ofrecería una oportunidad de paz y armonía que el mundo no había visto en siglos.
Y así, con el sol naciente a sus espaldas y un futuro lleno de posibilidades ante ellos, Lucas, Mara y Torak se embarcaron en una nueva etapa de sus vidas, listos para enfrentar cualquier desafío que pudiera venir, sabiendo que, unidos, eran más fuertes que cualquier oscuridad.