La Obsesión Del Mafioso Dorado

hija, ¿porqué no me lo dijiste?

- ella me amenazó, dijo que era su prima favorita y que usted siempre iba a ir a ella

- ¿cómo se atreve a llamar a mis hijas abominación?, ¿cómo no te distes cuenta de que eso estaba pasando? Pregunto Amanda molesta

- jamás pensé que alguien de mi confianza diría esas cosas de mi hija, Ana nunca lo menciono

- haré que esa mujer se trague sus palabras. Dijo Amanda molesta

- lo siento hija, perdóname por no haberte cuidado bien

- no te preocupes papá, ya soy una adulta y sabré defenderme gracias a mi hermana.

- Ariana, de igual manera, eres una señorita, no debes de responder con violencia, ellas son parte de nuestra familia. Dijo Adolfo

- por eso Ana no quería decirle nada, si esas arpias le hicieron la vida imposible a mi hermana, yo no las perdonaré.

Ariana estaba tan molesta, que se fue a su habitación y se encerró, Adolfo pensó en seguirla, pero Amanda lo detuvo.

- déjala ir, será peor si te acercas a ella en ese estado

- es que no quiero que piense que estoy defendiendo a Dalis y a su hija

- déja que se le pase

- iré con mi hermana. Dijo Ana con lágrimas en sus ojos

- Ana hija

Ana lo ignoro y se dirigió a la habitación de su hermana

- Alfonso, Ana es una jovencita muy dulce, pero ha sido afectada psicológicamente por tu prima, me he dado de cuenta de que no es feliz y su autoestima está baja, discúlpame que te lo diga, pero Ariana tiene razón en actuar a como lo está haciendo, Ana es su hermana y aunque estuvieron separadas el vínculo que las une por ser gemelas, es más grande de lo que te puedas imaginar.

- no quiero que tengan una mala opinión de mí, jamás me pasó por la cabeza que algo así pudiera pasarle, también estoy molesto, pero Ariana tiene que tratar de no actuar así, los golpes no solucionan nada.

- si Ariana la golpeó fue por algo, no te has dignado en preguntar la causa del problema, mi hija es rebelde y muchas veces actúa sin pensar, pero solo es agresiva cuando la ofenden

Como madre también he fallado, para sacarla adelante tuve que dejarla mucho tiempo sola, pero yo estaba pendiente a ella, mis ausencias las cubría con mucho amor y dedicación, siempre e estado pendiente a su salud, tanto emocional como física

- ¿me estás diciendo que he fallado como padre?

- no te estoy diciendo eso, Ana está bien educada y es muy amable y eso se debe a ti, pero siempre tienes que escuchar ambas partes para poder juzgar.

Mientras que Amanda y Adolfo discutían, Ana tocó la puerta de la habitación de Ariana

- hermana abreme porfavor

Ariana le abrió la puerta y Ana la abrazo, llorando le pidió disculpas

- deja de ser tan débil, no tienes que disculparte por todo, aprende a ser fuerte, ya eres una mujer.

- lo haré hermana, ¿pero estás bien?, te vees palida

Ariana corrió al baño y empezó a vomitar, Ana iba a decirle a sus padres pero Ariana le pidio que no lo hiciera

- creo que me cayo mal el desayuno o quizás nos metimos muy pronto a la piscina

- ¿pero ya estás bien?

- si

- Ari, nuestro padre es bueno, yo soy la tonta, no te enojes con él

- Ana, prométeme que siempre te vas a defender, algún día conseguiremos parejas y no estaremos a como lo estamos ahora, no sé porque, pero tú dolor yo lo siento, me enojaré con quién sea si te hacen daño

- lo haré hermana, me defenderé

- eso es lo que quería escuchar.

- creo que nuestros padres están discutiendo, si queremos que se reconcilien debemos de hablar con ellos. Dijo Ana

- está bien, tienes razón

Ambas fueron hasta donde ellos estaban, Ariana se acercó a su padre y le pidió disculpas

- papá, discúlpeme por la forma en que actúe, no quise ser grosera

Amanda estaba extrañada, Ariana no actuaba de esa manera, Adolfo al escucharla disculparse la tomo de la mano

- discúlpenme ustedes, no he sabido cuidar a Ana, lo siento mucho, he fracasado como padre

- no papá, no lo has hecho

Ana se acercó a ellos y les dio un abrazo, Amanda se emocionó por la escena y también se les unió, las gemelas se miraban con mucho afecto al igual que sus padres.

Los días pasaron, Ariana estaba aburrida por no salir de casa

- gracias a Dios hoy es sábado.

- si hermana, al fin conocerás a nuestra familia, verás que no todos son como mi tía y su hija

- después de hoy podremos salir juntas sin necesidad de escondernos

- así es

Amanda y sus hijas se arreglaron, las tres estaban hermosas, Amanda al verlas vestidas de la misma manera, no sabía diferenciarlas

- ¿porqué quisieron vestirse igual?, ¿saben que me cuesta diferenciarlas?

Ambas rieron, no había nisiquiera un lunar a la vista que las distinguiera

- esa es la idea mamá, no queremos que nadie se dé cuenta, quien es quien

- por tu sonrisa y tus palabras, eres Ana

- así es mamá, yo soy Ana

- ¿estás segura de eso mamá?. Pregunto la otra

- no lo estoy, no me hagan eso, estás joyas son para ambas, así podré saber quién es quien

Las tres rieron, pero Amanda había acertado, Ana fue la primera que hablo, ambas se colocaron las prendas.

La mansión estaba llena de familias y amistades, Laritza y María también habían acudido

- ¿porqué tanto misterio?. Pregunto María

- será que quiere mostrar a sus dos hijas. Respondió Laritza.